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Carlos lleva dos días sin poder salir de su casa ni levantarse de la cama de su habitación. En el estómago siente «como si tuviera ... cuchillas», y no puede parar de vomitar. El fin de semana le ha pasado factura y, sobre todo, el 'tusi' (o la mal llamada cocaína rosa) que consumió durante esos días. Tumbado en la cama, muestra los vídeos del sábado y del domingo y los efectos físicos psicológicos que la droga le provocaba.
Carlos (nombre ficticio porque prefiere mantener el anonimato) aparece con una extraña expresión de felicidad. Su boca tiene una especie de sonrisa, pero sus labios están tremendamente apretados el uno con el otro. Las pupilas de los ojos están dilatadas, apenas se fijan en un punto y se mueven de un lado a otro con desorden. Además, los músculos de la cara aparecen tensos, rígidos. El conjunto de los gestos transmite una imagen inquietante. «¿Ves cómo te deja la cara el 'tusi'? Te desfigura, te pone cara de loco», explica.
Carlos lleva consumiendo 'tusi' o cocaína rosa desde hace casi un año, aunque asegura que con esta última fiesta va a dejar de tomarla. Mientras expresa esa intención, le llega un mensaje de WhatsApp al móvil de un amigo en el que le dice: «Cuídate y como te vea otra vez con el 'tusi' me mosqueo contigo».
La Policía Nacional de Murcia presentó el pasado lunes el primer alijo que incauta de esta sustancia que se elaboraba en un laboratorio situado en Alicante y que fue desmantelado por los agentes de la Región. Aunque se sabía que el 'tusi' estaba empezando a consumirse habitualmente en las zonas de ocio de la Región, esa operación fue la constatación de que es una droga peligrosa que ha llegado para, por ahora, quedarse un tiempo.
Carlos asegura que cuando él la probó por primera vez pensaba erróneamente, como muchos que la consumen, que se trataba de cocaína de color rosa. «Llegó a Murcia vendiéndose como si fuera coca rosa, pero no es cocaína y es muy peligroso que la llamen, así porque la gente puede llegar a consumirla de la misma forma. La coca se esnifa haciendo rayas de la longitud que se quiera, pero el 'tusi' no se puede consumir así, sería un disparate porque te quedarías en el sitio. Esto se mete por la nariz cogiendo un poco del polvo rosa con la punta de una llave, aspiras y ya está. Eso sí, a los tres días aún sigues sonándote la nariz y expulsando grumos rosas».
Entre los efectos negativos que se experimenta, asegura que la sustancia ataca a la vista, «se ve doble»; ataca a las piernas, «te paraliza», y lo peor es que la persona es totalmente consciente de que no se puede mover, «es terrorífico». «Este sábado, después de meterme un tiro en el aseo, me puse a salir del baño, pero no podía moverme, no podía andar y lo peor es que yo era consciente de ello. Me hablaban mis amigos, yo escuchaba lo que me decían, pero no podía reaccionar. Eso es lo peor».
- ¿Qué es lo peor?
- Que tú eres consciente en todo momento de lo que pasa. Que no puedes andar. Quieres andar y no puedes... No te deja. Mal rollo, tío.
El 'tusi' no es una droga especialmente adictiva, como sí lo es la cocaína o la heroína. La mayor parte de su composición es ketamina, un potente anestésico disociativo usado tanto con seres humanos como con animales que en dosis altas causa intoxicación y alucinaciones similares a las del LSD, y MDMA, una droga sintética que se popularizó en la década de los 80 y los 90 en España y que recibe varios nombres -éxtasis, cristal- y puede presentarse con diferentes formas (pastillas, cristales). Es una sustancia que se consume en situaciones de ocio y los principales efectos que provocan en quien lo consume es un aumento de la energía, estimulación y euforia ante estímulos sensoriales. «Te pone que te crees que eres el amo de todo». Pero también se puede sufrir entumecimiento corporal, aumento del ritmo cardiaco, alucinaciones, delirios.
Nunca se sabe a ciencia cierta los efectos que se van a experimentar, no están asegurados, porque depende del 'cocinero' que elabore la mezcla y la proporción de MDMA y ketamina que contenga. «Depende de quién lo haga, tiene unos efectos u otros. Tú pillas, no sé, un gramo de esto, y no sabes lo que te va a provocar. Lo que sí se sabe es que si te pasas, te quedas bloqueado. A mí me ha dejado ya varias veces así, balbuceando, sin poder hablar».
Y es una recomendación oportuna porque asegura que cada vez hay más gente que se está atreviendo a consumirla. Antes te veía la gente metiéndose rayas de coca en los baños de los bares y de las discotecas. Ahora, ves a la misma gente pero tirándole al 'tusi' o a la 'keta' (ketmaina). La coca está ahora en un segundo plano en las zonas de marcha.
El gramo empezó costando unos 100 euros, «ya que era algo muy exclusivo», pero la oferta ha aumentado y el precio ha ido bajando hasta los 50 o 60 euros actuales, «se vende como rosquillas». «Yo llevo muchos meses tomando, y en este viaje chungo estoy pagando las consecuencias. Yo ya he cortado con esto, y no se la recomiendo a nadie, a nadie».
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