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EFE
MADRID.
Viernes, 4 de diciembre 2020, 02:23
El exdirector de riesgo crediticio de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), Manuel Lerma, defendió ayer en la Audiencia Nacional que la reestructuración de deuda que la entidad acordó en 2011 con la inmobiliaria Hansa Urbana, promotora de Novo Cartago, «fue la mejor decisión que tomó la caja». Lerma compareció como testigo en la causa que se sigue contra la ex directora general de la CAM, María Dolores Amorós, y otros tres encausados, que se enfrentan a cuatro años de prisión por administración desleal en la operación con Hansa Urbana, que habría ocasionado a la entidad un deterioro de 37,7 millones de euros.
«Estábamos muy satisfechos de haberlo conseguido. No sé si ha salido peor de lo esperado, pero entonces creo que fue la mejor decisión que tomó la caja», afirmó Lerma, quien insistió en que la CAM buscó en todo momento evitar el concurso de la promotora, lo que habría dilatado el cobro de la deuda.
En sus conclusiones provisionales, la Fiscalía Anticorrupción se centra en los negocios entre Hansa Urbana y TIP, 'holding' inmobiliario de la entidad participado al 100% por ella. En concreto, detalla una operación en Cabo Cortés (México), con unos terrenos valorados por Tinsa en 443 millones.
A mediados de 2011, Hansa se encontró con una «crítica posición de liquidez», lo que llevó a la CAM, que tenía «mucha participación en ella», a reestructurar su deuda.
Para eso se decidió efectuar un canje de la deuda que Hansa tenía en México, tomando como valor de los terrenos una tasación de 443 millones realizada por Tinsa, «sin que se hubiera producido ningún cambio en la concesión de licencias». Ello ocasionó a la CAM, según un perito del Banco de España, un perjuicio de 37,7 millones, que posteriormente fue saneado por el Fondo de Garantía de Depósito (FGD), que en total inyectó 5.249 millones en la entidad.
«Ha sido la operación más compleja que he visto en mis 25 años de carrera profesional en riesgos. En dos años, una empresa emblemática (Hansa Urbana), con una estructura financiera envidiable, empezó a tener una caída de ventas total y necesidad de reestructurar su deuda», relató Lerma.
«La solución» pasaba por la dación en pago de activos de la promotora, la cual estaba «muy empeñada en que se tomaran los de Novo Carthago, en Cartagena». Sin embargo, desde la entidad visualizaban varios problemas: «Era suelo de costa, y la CAM ya tenía muchos que no eran viables. Además, estaban teniendo problemas medioambientales que ya aparecían en la prensa». La caja «intentaba salir, minimizar la exposición de riesgos con Hansa Urbana», recalcó Lerma y en aquellos instantes «se consideró que lo mejor era tomar posiciones de control» sobre los terrenos en México.
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