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El jurado popular ha declarado culpables por unanimidad a los dos acusados de asesinar a Arturo H. T., un vecino de la pedanía murciana de Torreagüera que fue tiroteado cuando circulaba en su coche a la salida del gimnasio en el que entrenaba, en el barrio de El Bojal de Beniaján. Asimismo, el tribunal ha estimado las atenuantes de reconocimiento de los hechos y reparación del daño, por lo que la Fiscalía, que inicialmente pedía penas de 24 años de cárcel para ambos, ha rebajado su solicitud a 12 años de prisión, petición a la que se han adherido todas las partes.
Los dos procesados, Jonathan M.N., de 31 años, como autor material del crimen, y Fernando P.L., de 28 años, como inductor, reconocieron durante la vista oral ambos delitos y han depositado la cantidad de 50.000 euros para compensar a la viuda y los tres hijos de la víctima por los perjuicios causados.
Los nueve miembros del tribunal emitieron su veredicto por unanimidad, con nueve votos a favor y ninguno en contra hallando a ambos acusados culpables tanto de un delito de asesinato como de tenencia ilícita de armas.
Basándose las declaraciones de los testigos y los acusados durante el juicio, el jurado ha considerado probado que Femando P. L. encargó a Jonathan M. N. matar a Arturo H. T. a cambio de pagarle una cantidad de dinero aproximada de 3.000 euros.
El tribunal popular consideró que el motivo fue que Fernando tenía el convencimiento de que Arturo había sido la persona que estaba detrás del robo que sufrió en su domicilio, ubicado en la pedanía murciana de Alquerías a principios del mes de agosto de 2017. «Le pagué 3.000 euros y cubrí algunas deudas por drogas que había contraído con un camello para que lo matara, porque se rumoreaba que él fue el que había entrado a mi casa a robar», señaló Fernando en su declaración.
Para llevar a cabo el crimen, Fernando entregó a Jonathan una pistola, marca Astra del calibre 9 milímetros, llegando a realizar pruebas de disparo en una finca propiedad de la familia de Jonathan, careciendo ambos de licencia de armas.
Asimismo, los miembros del jurado estimaron que el 23 de enero de 2018, sobre las 11.20 horas, el acusado Jonathan abordó a Arturo cuando este acababa de salir de un gimnasio e iba conduciendo su vehículo, un Renault Megane, en la calle Carril Márquez con la calle Príncipe Felipe de El Bojar, en Beniaján. Fernando reconoció en el juicio que avisó al sicario de que la víctima salía del gimnasio enviándole un mensaje con tres puntos suspensivos.
Tras preguntarle si se dirigía a la parte de abajo del pueblo, sacó la pistola que previamente le había entregado Fernando, y realizó seis disparos que impactaron en la cabeza de la víctima y en el lado izquierdo del cuerpo. «Días antes intenté matarlo, pero algo me lo impidió; no iba suficientemente drogado. Pero ese día iba muy puesto y salí a matarlo. Cuando le disparé, salí corriendo en dirección al campo de fútbol, escondí la pistola, quemé la ropa en un bidón y me oculté en mi casa», confesó el autor material del crimen.
Pablo Martínez Pérez, abogado de Fernando, el presunto cerebro del crimen, indicó que se muestra «muy satisfecho», ya que su cliente se enfrentaba a penas de 24 de cárcel y una causa separada por tráfico de drogas. «A día de hoy se ha archivado el asunto de drogas y ha acabado con penas con una importante reducción. Todo ello siempre desde el respeto a la víctima que siempre se ha manifestado por esta defensa y por Fernando, que ha pedido perdón en cada turno de palabra. El veredicto es justo para todas las partes», concluyó.
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