Un juez cita a declarar al exedil de Murcia Roque Ortiz como investigado por presunto acoso

El juzgado, en su auto, al que LA VERDAD ha tenido acceso, ordena incoar diligencias previas por estos hechos. Explica que no está determinada aún la naturaleza y circunstancias de tales hechos ni las personas que en ellos han intervenido y que, con tal fin, deben practicarse las pruebas necesarias para su esclarecimiento. El juez, además de ordenar la toma de declaración de Ortiz –que llegó a ser gerente de la Universidad en la época de José Ballesta como rector–, insta a que se solicite a la UMU el expediente que, al parecer, la institución inició contra él a raíz de la denuncia de esta funcionaria.

En la denuncia remitida al juzgado, el abogado José Luis Mazón, que se encarga de la representación de esta funcionaria, explica que su clienta ha sufrido en los últimos años varias bajas médicas de síndrome depresivo inducidas «por el menosprecio a la dignidad» de la denunciante. El letrado cita, entre esas conductas, hacerle el vacío a la empleada, comentarios despectivos, negarse verbalmente a darle un permiso para disfrutar de una plaza de movilidad internacional o recriminarle en términos ásperos por haber tomado un café con otro investigador, según recoge el escrito. Esta parte sostiene que Ortiz aprovechó su cargo para negarse a dar el visto bueno a la convocatoria de una plaza de veterinario en la UMU por el turno de personas con discapacidad –un puesto al que, al parecer, la mujer podría haber optado al tener una discapacidad del 52%–.

Mazón hace hincapié en que «estamos ante un caso arquetipo de conducta de acoso moral en el trabajo, hostigadora o humillante, con abuso del cargo de un jefe de área contra una subordinada». Una «conducta maniática hostigadora», recalca el letrado, que ha llevado a su clienta a sufrir «una patología psiquiátrica».

El escrito recoge, además, que la UMU ha iniciado también un expediente contra la denunciante a raíz de unos hechos que, al parecer, fueron advertidos por su jefe –el supuesto uso de una furgoneta del centro fuera de las horas de servicio–.

Ortiz explicó a LA VERDAD que «se trata de un asunto estrictamente laboral y, por supuesto, de naturaleza reservada». Aseguró que la propia universidad ya dio por zanjado este caso, «previa tramitación del oportuno expediente, según el protocolo que para este tipo de casos tiene aprobado, rechazando taxativamente cualquier situación de acoso». El exconcejal sostiene que, ante los tribunales, reiterará todo lo ya expuesto ante los servicios jurídicos de la Universidad de Murcia.