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Cuando en marzo pasado el coronavirus y el primer estado de alarma irrumpieron en los juzgados en forma de suspensión temporal de su actividad ... presencial, Raúl Sánchez Conesa hizo algo más que trabajar desde casa para tratar de desatascar decenas de causas sobre cláusulas suelo y otros asuntos civiles. «Me leía todos los protocolos que iban publicando el TSJ, el Poder Judicial y otras administraciones para adaptar los servicios públicos esenciales a la pandemia, hice cursos de aplicaciones de videollamadas como Teams y Zoom y me fui embebiendo de las herramientas tecnológicas que podía aplicar a mi tarea. Las instituciones dijeron que había que apostar por lo telemático y por mí que no fuera. Y ha dado sus frutos», explica a LA VERDAD el magistrado cartagenero.
Sánchez, titular del Juzgado de Primera Instancia 4 de su localidad natal y, hasta hace poco, juez de refuerzo en el Contencioso-Administrativo de Cartagena y en el Juzgado 16 de Murcia, especializado en asuntos hipotecarios, está en boca de compañeros de profesión, procuradores y abogados por haberse destacado en la realización de vistas telemáticas. Solo en una mañana, despachó en la Red 44 asuntos sobre reclamaciones a entidades bancarias, la mitad de las 88 sobre las que debía tener sentencias cada mes, según las exigencias del servicio.
4.982 vistas fueron celebradas de forma telemática de marzo a diciembre de 2020, según el TSJ.
12,69% fue el porcentaje de actuaciones en esta vía electrónica.
277 salas de videollamada y 123 webcams ha instalado el TSJ.
Desde marzo hasta el 31 de diciembre de 2020, juzgados y tribunales de la Región efectuaron 4.982 sesiones digitales, según datos del Tribunal Superior de Justicia (TSJ). Así, casi 13 de cada cien convocatorias, de las 39.262 realizadas, fueron solventadas sin necesidad de que miles de personas acudieran físicamente a los edificios. Y eso incluye juicios orales, audiencias previas, comparecencias y otras diligencias.
«La Ley Orgánica del Poder Judicial y la Ley de Enjuiciamiento Criminal ya recogían el uso preferente de los medios electrónicos, pero ese salto iba lentísimo. Es una paradoja, pero a la vez que la pandemia ha aumentado el volumen de nuevos asuntos, también ha propiciado que las administraciones corran a la hora de hacer inversiones en nuevas tecnologías y en formar a sus trabajadores. Yo tenía claro que ese tren iba a pasar y que había que subirse a él, con voluntad, tiempo y sentido común», señala Raúl Sánchez.
El juez apunta que las vistas 'online' son muy útiles para «determinados trámites muy sencillos, en los que intervenimos muy pocas personas y todas ellas profesionales, que vamos al grano y solucionamos todo en pocos minutos». Y resume así una de ellas: «Juez y agente estamos en la sala y las partes comparecen a través de sus dispositivos, preferentemente ordenador y 'tablet'. Se les pide que estén conectados 10 minutos antes y se les va dando paso. Y aunque pueden entrar de forma simultánea más de 50 personas, en nuestro caso comparecen el abogado y el procurador del banco y el abogado y el procurador del consumidor».
Las ventajas, añade Sánchez, son múltiples, desde el ahorro en desplazamientos al movimiento económico que generan las sentencias. Y espera que lo digital venga para quedarse, conciliando «los valores tradicionales de contradicción e inmediación, que exigen por ejemplo la presencia de demandantes, testigos y peritos en la sala, con la protección de la salud y la agilización que permiten las nuevas tecnologías».
En el TSJ, institución que preside Miguel Pascual del Riquelme, destacaron la seguridad de los dispositivos de videoconferencia seguros usados: el sistema VCM Cisco Meeting. Ya hay 277 salas de videollamadas y 123 webcams para tareas gubernativas y organizativas. A la vista de la experiencia positiva en internet en todas las jurisdicciones, el Consejo de Gobierno del TSJ acordó el miércoles que, «en la presente situación de pandemia, es del mayor interés el fomentar la práctica telemática de aquellas actuaciones procesales en que ello resulte técnica, organizativa y procesalmente posible». Evitará así la «paralización» y se puede «razonablemente contribuir a la descongestión física de las sedes judiciales».
«Las vistas telemáticas son un sistema magnífico. Funciona con mayor puntualidad y agilidad y evita desplazamientos y acumulaciones de diez o quince personas en la puerta de cada juzgado», dice Antonio Berenguer, abogado de Murcia especialista en derecho bancario y empresas.
Y ve «deseable que esta fórmula siga tras la Covid-19, porque hay momentos en que se hace indispensable que el juez examine directamente a las partes y oiga a testigos y peritos para valorar su credibilidad, pero hay cuestiones registrales, notariales y financieras donde su presencia directa no es tan necesaria».
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