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La Atención Primaria afronta el déficit de profesionales con una plantilla envejecida, lo que augura un empeoramiento del problema en los próximos años si ... no se ponen soluciones. En los centros de salud de la Región de Murcia, uno de cada tres médicos de familia tiene más de 60 años y el 57,5% supera los 50, según recoge un reciente informe del Ministerio de Sanidad que analiza las necesidades de especialistas en España hasta 2035.
En concreto, 637 de los 1.108 médicos de familia de Atención Primaria superan los 50 años y 372 tienen más de 60, de acuerdo a este documento. «Hay toda una generación de profesionales que se va a jubilar», resume Marcos Margarit, vocal de la Sociedad Murciana de Medicina Familiar y Comunitaria (Smumfyc). Esto puede generar «un problema bastante serio, porque la población ha aumentado y la complejidad [por el envejecimiento y la cronicidad] también», advierte.
¿Está garantizada la reposición de este elevado número de facultativos, una vez se vayan jubilando? Las cifras apuntan a un panorama complicado. El Servicio Murciano de Salud (SMS) convoca cada año 89 plazas de médico interno residente (MIR) en la especialidad de Medicina de Familia, aunque la Consejería anuncia que en 2023 la oferta aumentará hasta las 95 plazas. Esto significa que, en los próximos cinco años, se incorporarán más de 450 nuevos profesionales. Podría ser un número suficiente si no fuese porque ya hay un déficit de base en la actual plantilla, según denuncia el Sindicato Médico, y porque buena parte de estos MIR no terminarán en las consultas de Primaria, si no en servicios de Urgencias, en el sector privado o repitiendo el periodo de formación en otra especialidad diferente.
«Medicina de Familia está cubriendo en estos momentos las urgencias extrahospitalarias y hospitalarias porque no hay especialidad de Urgencias. Aunque elevemos el número de plazas MIR, el problema es que muchos no se van a quedar en Primaria, porque no resulta atractivo», lamenta María José Campillo, de la junta directiva del Sindicato Médico (Cesm).
El informe del Ministerio refleja este problema con claridad. La plantilla de médicos de familia en Atención Primaria es una de las más envejecidas de todo el SMS. Solo en Análisis Clínicos y Medicina del Trabajo hay una mayor proporción de facultativos por encima de los 60 años, y únicamente Microbiología e Inmunología superan el porcentaje de profesionales mayores de 50.
Esto contrasta con la plantilla de médicos de familia en Atención Especializada, que es de las más jóvenes. Solo el 9,6% de estos facultativos superan los 60, y siete de cada diez tienen menos de 50. De estas cifras se desprende que las nuevas promociones de MIR prefieren otros destinos distintos a Primaria.
«Mi impresión es que en los últimos años se han formado muchos médicos de familia que o se han ido a trabajar a servicios de Urgencias o se han vuelto a presentar al MIR, para hacer otra especialidad. Ante la precariedad, también hay quien ha optado por irse a otros lugares o a las mutuas privadas», señala Marcos Margarit.
«En determinadas áreas, cuando acaban la residencia, los MIR ya tienen apalabrados contratos de guardia en el hospital donde se han formado, o en el 061, tanto para SUAP (servicios de urgencias de Primaria) como para UME. Cuando llega el momento de llamarlos para Primaria, muchas veces ya no están disponibles», advierte, por su parte, Jesús Abenza, vicepresidente de Smumfyc. Esta sociedad científica pone una alternativa encima de la mesa para evitar esta «fuga»: que Función Pública habilite alguna fórmula para que a estos nuevos especialistas se les pueda ofrecer algún tipo de «precontrato» antes del final de su periodo de residencia, con la vista puesta en que puedan cubrir sustituciones o reforzar los ambulatorios durante ese mismo verano.
Pero también es necesario mejorar las condiciones de los contratos, según coinciden Smumfyc y el Sindicato Médico. «Hoy por hoy, la Medicina de Familia no es atractiva: llevamos doce años de recortes, sin aumentos de sueldo y con contratos precarios», denuncia María José Campillo. El problema se agrava en las áreas más periféricas y en las zonas rurales, donde hay centros con vacantes sin cubrir desde hace años. Son puestos que asumen «otros profesionales doblando consulta, con lo que ello implica para los pacientes y para el propio médico», o echando mano de facultativos «sin especialidad» procedentes de otros países, explica Jesús Abenza.
La situación en Primaria era ya deficitaria antes de la pandemia. En 2019, el SMS no pudo reforzar todos los centros de salud durante el verano, como se había planteado el entonces director gerente, Asensio López, porque fue imposible encontrar facultativos disponibles. Todas las bolsas se quedaron a cero y ni siquiera echando mano de la promoción del MIR que acababa de terminar la residencia se pudieron cubrir todos los contratos.
Los sindicatos advierten de que no solo hay fugas a los hospitales, sino también a otras comunidades autónomas que ofrecen más estabilidad. Todos estos problemas han quedado aún más en evidencia durante la crisis sanitaria desatada tras la irrupción de la Covid.
El problema es común en todo el Sistema Nacional de Salud y afecta aún más a las comunidades de la llamada España vaciada. El informe del Ministerio de Sanidad, elaborado por Patricia Barber y Beatriz González, dos expertas de la Universidad de Las Palmas, advierte de que «la Medicina Familiar y Comunitaria es la especialidad con peores pronósticos de déficit» de aquí a 2035. «El problema de la falta de profesionales se ha agravado durante la pandemia», añaden las autoras. «El modelo estima un déficit importante, aunque se observa una reducción del mismo sobre 2026-2027, cuando se incorporen» las nuevas promociones de MIR, más numerosas que las anteriores.
Pero el informe subraya que el incremento de plazas no es la única medida a tomar. «Muchas plazas están en zonas alejadas de las grandes ciudades, con menor atractivo para los jóvenes profesionales», un problema que «se agudiza porque hay un gran número» de nuevos especialistas en Medicina Familiar que «opta por ejercer en el sector sanitario privado y en la Medicina de Urgencias». Además, «los contratos que se ofrecen generalmente son temporales». Algunas comunidades han tratado de afrontar esta situación con «programas de fidelización de residentes MIR», pero con «escaso éxito».
Las plazas MIR en Medicina Familiar y Comunitaria han crecido un 14,5% en la Región en los últimos cinco años, según la Consejería, si bien en la última convocatoria la oferta quedó congelada. Se trata de un incremento menor al de muchas otras especialidades. El consejero de Salud, Juan José Pedreño, ha reclamado insistentemente al Ministerio una mayor flexibilidad para poder acreditar nuevas plazas, pero no hay una alternativa sencilla al modelo actual. «Esto no es como la Facultad, no se pueden meter 90 donde hay 80. Se necesitan tutores y centros de salud con equipos y criterios de calidad», advierte Marcos Margarit, quien además de vocal de Smumfyc es jefe de la Unidad Docente de Atención Familiar y Comunitaria de Lorca y Noroeste. En los últimos años, se ha hecho un esfuerzo para ampliar la capacidad docente, pero la calidad no puede descuidarse, recuerda Margarit.
Si entre las nuevas promociones MIR de Medicina Familiar hay quien opta por buscar trabajo en los hospitales en detrimento de los centros de salud, en el caso de Pediatría esta tendencia es masiva. Esto se refleja en los datos que recoge el informe del Ministerio: el 52,5% de los pediatras que trabajan en Primaria tienen más de 50 años, un porcentaje que se reduce al 23,7% entre sus compañeros de los hospitales.
En definitiva, la plantilla de Primaria está mucho más envejecida, lo que augura un déficit todavía mayor al actual en los próximos años si no se corrige la tendencia. Según datos del Servicio Murciano de Salud, 92 de las 263 plazas de Pediatría en Atención Primaria están ocupadas por médicos de familia o generalistas, mientras otras 25 están vacantes. El problema es especialmente acuciante en áreas como Lorca, Altiplano o Noroeste.
El informe del Ministerio advierte de los «problemas de cobertura de plazas de Pediatría en Atención Primaria». Los especialistas jóvenes «cubren prontamente la plazas de hospital, donde trabajan prácticamente la mitad de los pediatras del Sistema Nacional de Salud, pero no las de Atención Primaria». Los expertos que han elaborado el documento abogan por «cambios organizativos» que podrían «mejorar» la situación «a corto plazo». Sin embargo y a diferencia de la preocupación que muestran con respecto a Medicina de Familia, los autores creen que «a largo plazo no existirá problema» en Pediatría, «dadas las proyecciones demográficas». Se trata, en todo caso, de un análisis de la situación en España y no específicamente en la Región.
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