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Después de diez intensos años al frente de la patronal Croem, José María Albarracín (Murcia, 1962) pasará el próximo jueves el testigo a Miguel ... López Abad, a quien deja el listón alto. Licenciado en Derecho, se dedicará por entero a su empresa familiar, la más antigua del sector del pimentón y con la quinta generación al frente. Hace balance de su gestión y considera que el Gobierno regional debe cambiar de táctica ante Madrid, copiando la estrategia negociadora de la Comunidad Valenciana. «Menos confrontación y más negociación. Se lo he trasladado personalmente a López Miras».
–¿Qué balance hace de sus diez años al frente de Croem? ¿Qué planes tiene de futuro?
–Me marcho con la cabeza bien alta y satisfecho con el deber cumplido. Dejo una confederación fuerte y unida como nunca, y también sana y con el máximo nivel de influencia. Ahora doy un paso al lado, cumpliendo mi palabra. Modifiqué los estatutos para que fueran dos mandatos de cuatro años como máximo, los cuales se vieron ensombrecidos por la pandemia y, ante la petición unánime de los órganos de gobierno, acepté extenderlos extraordinariamente dos años más porque no era el momento de marcharse. Ahora me dedicaré completamente a mi empresa. Disfrutaré de la familia e intentaré reponer fuerzas porque han sido diez años muy intensos. El día 20 habrá un nuevo presidente al que hay que apoyar y Albarracín pasará a la historia, espero que como un presidente decente que ha dado el callo por los empresarios de la Región.
–Cuando habla de limitar los mandatos, ¿lo trasladaría al mundo de la política?
–Lo trasladaría prácticamente a toda actividad personal o colectiva de las personas. Creo que ocho años son más que suficientes para trabajar, para dar la talla y la cara, y todo lo que exceda a ese tiempo empieza ya a ser un poco cansino, incluso para sí mismo. Creo que culminar dos de cuatro, dos de cinco dicen ahora algunos, es una cifra muy buena que recomendaría a todo el mundo. Y, por supuesto, a los políticos.
–¿Qué proyectos le han quedado por hacer, en el tintero?
–Haber sido incapaz de alcanzar mayores cotas en inversiones importantes para la Región y, por encima de todo, el puerto de El Gorguel. Ha sido un carpetazo que espero que sea en falso, que podamos reabrirlo y que sea defendido por todos con una sola voz, porque es la auténtica inversión que necesita la Región para despegar definitivamente y convertirse en un referente a nivel europeo y mundial.
–Ahora muchos se rasgan las vestiduras con lo que ha pasado en El Gorguel. A la vista de cómo se ha llevado el tema, ¿cree que se ha gestionado bien por parte de la Autoridad Portuaria y el Gobierno regional?
–La Autoridad Portuaria y los empresarios que la hemos apoyado hemos hecho las cosas lo mejor posible para la viabilidad del proyecto. Lo que nos fastidia muy mucho es que no se haya dado ni una sola condición técnica por parte del Ministerio, y que se haya basado única y exclusivamente en una decisión política. En el documento no hay absolutamente nada técnico que impida o que sugiera que El Gorguel no es viable.
–Le preguntaba también si el Gobierno regional lo ha hecho bien.
–Creo que tendríamos que haber sido mucho más agresivos. Quizás tendríamos que haber cambiado la estrategia para llegar hasta el Ministerio y el Gobierno de España, que es un Gobierno muy difícil para la Región de Murcia, puesto que ya ha demostrado que no nos tiene ningún cariño. La estrategia debía haber sido de una sola voz, de todos a una, y no haber ido desperdigados.
–Han ido de la mano con el Gobierno regional en muchos temas. ¿Cómo se conjuga ser reivindicativo y mantener una relación estrecha? ¿Han sido complacientes con algunas políticas?
–No hemos sido complacientes. Hemos sido críticos, pero críticos constructivos y, trabajando desde la lealtad, hemos conseguido determinadas cotas e hitos. De lo contrario hubiera sido imposible. Insisto: buena sintonía sí, pero reivindicación siempre y defensa de los intereses empresariales, por encima de todo. Pienso que ha sido una mezcla buena para sacar adelante proyectos y propuestas.
–¿Y sus relaciones con el PSOE?
–Las mías como presidente han
sido muy buenas; incluso las relaciones con Ciudadanos y con el resto de partidos políticos, salvo con Podemos, porque es la antítesis del sector empresarial por lo que hemos visto y oído de sus líderes. Han puesto a los empresarios en el centro de la diana, nos han insultado y maltratado, cuando debería haber sido todo lo contrario. Con un partido que está en las antípodas del sector empresarial no puede haber ninguna interlocución posible.
–El Gobierno regional ha rebajado la presión fiscal y aprobado las leyes de simplificación administrativa. ¿Les ha dado lo que han pedido, ha sido muy permeable?
–Ha sido bastante permeable, pero también es cierto que las peticiones han sido muy lógicas. En otras cuestiones ha costado un poquito más de trabajo, pero el estandarte de la negociación y del consenso que se ha alcanzado con el Gobierno de la Región en los últimos años ha sido positivo.
–¿Cómo califican los empresarios en general la legislación medioambiental? ¿Los hay quienes aún la consideran un engorro para al crecimiento, un estorbo?
–Siempre hemos dicho que medio ambiente y crecimiento económico tienen que ir de la mano. Los empresarios en general lo están haciendo bien, cumpliendo a rajatabla con los objetivos de desarrollo sostenible. Los empresarios no somos un estorbo, sino, muy al contrario, absolutamente necesarios para que el medio ambiente se respete, pero también para que podamos crecer, porque de lo contrario nos quedaríamos estancados. No consideramos acertada la sobreprotección. No hay que llevar el medio ambiente ni el crecimiento económico a los extremos; hay que intentar confluir en un punto en el que ambos sean compatibles. Es lo que ha defendido Croem y lo que seguiremos defendiendo.
–¿Percibe que la Comunidad Valenciana supone una barrera para el desarrollo de determinados proyectos de infraestructuras de la Región, como El Gorguel?
–La Comunidad Valenciana ha demostrado ser muy hábil. Creo que la salida de Ximo Puig y la llegada de Carlos Mazón ha significado un importante empujón para que las relaciones con el Gobierno de España y con Europa fueran más fructíferas, y se ha demostrado en la consecución de tres objetivos en materia de infraestructuras, como las ampliaciones del puerto de Valencia y de los aeropuertos de Alicante y de Valencia. En ese sentido, Mazón ha hecho una labor extraordinaria, ha mantenido una estrategia muy buena y creo que, en parte, hay cosas que tenemos que copiar.
–¿Cosas que debe copiar el Gobierno murciano?
–Carlos Mazón ha demostrado ser un gran político y tener una actitud positiva de cara a las negociaciones con el Gobierno de España. Yo se lo he trasladado personalmente también a López Miras. Menos confrontación y más negociación. Ese es el talante que se debe seguir. Creo que ese mensaje lo ha captado perfectamente López Miras y lo está poniendo en marcha. Esta polarización general que existe en España se debería minimizar tendiendo la mano desde la Comunidad al Gobierno de España y viceversa.
–¿Cómo analiza que apenas haya reuniones del presidente y los consejeros con los ministros? En otros territorios sí las hay.
–Hay que seguir la estela de lo que acabo de comentar. Hay que ajustar, por no decir cambiar, la estrategia de cara al Gobierno de España y a las relaciones con Europa para que sean más fluidas. Destaco de López Miras su capacidad de aprendizaje en los siete años que lleva en el Gobierno. Ha dado un salto cualitativo y sabe que tiene el apoyo del sector empresarial; para ser exigente, pero también para negociar en beneficio de los intereses de la Región, fundamentalmente en materia de infraestructuras. Hay una cuestión clara: el Gobierno de España y su presidente, del color que sea, tiene la obligación de escuchar y atender las peticiones que cada región le plantee. Si eso se produce con nuestra Comunidad, nuestro presidente regional sabrá devolver con la misma moneda. Tenemos que cambiar nuestra forma de mirar hacia Madrid.
–¿La Región debe pesar más en Madrid? ¿Nuestro políticos tienen poca fuerza?
–Eso es un dicho recurrente, pero yo creo que la Región ha ido ganando peso por naturaleza. Tiene más de millón y medio de habitantes y un tejido empresarial que aporta riqueza, empleo y bienestar. Ahora bien, cuando hay dos partidos enfrentados, y uno y otro se empeñan en que esto parezca un combate de boxeo... Me preocupa mucho que no haya unidad de acción política entre todos los partidos para defender los intereses de la Región.
–¿Piensa que mejorará el servicio ferroviario con la llegada de la competencia?
–Por un lado, no podemos tolerar estar condenados a que una vez que llegue el Corredor Mediterráneo a Monforte del Cid se produzca un cuello de botella por el que tengan que pasar todo tipo de trenes. Eso sería inviable. Por otra parte, es un paso importantísimo que la alta velocidad haya llegado a Murcia. Estoy convencido de que, si se aceleran las obras de la estación y si continúan las inversiones hacia Lorca y Cartagena, la alta velocidad irá ganando adeptos porque tenemos una Región muy atractiva. Con Renfe, Ouigo y algún operador más que pueda venir se van a generar muchísimas más conexiones.
–El déficit de agua sigue sin solución, ¿le serviría que le haga la misma pregunta que hace diez años, cuando llegó a Croem?
–Prácticamente, yo diría que sí. La suerte es que hemos salvado esos diez años. ¿Cómo? Porque tenemos grandes agricultores, regantes, productores y una industria agroalimentaria que es la auténtica palanca de la economía regional. Han sabido sobrevivir sin tener la certeza ni la garantía de agua. Es un auténtico reconocimiento para todo el sector.
–¿Los diez años siguientes pueden ser iguales?
–Espero y deseo que no, aunque me temo que esto va a cambiar poco porque los detractores (del Trasvase) los tenemos a la vuelta de la esquina. Espero que se produzca un cambio de mentalidad. Tenemos que convencer al Gobierno de España y a Europa de que nuestra región tiene una potencia bestial en materia hídrica, que sabe usar y cuidar el agua, y conseguir darle la vuelta a la tortilla.
–¿La reforma que se pretende hacer de la ley del Mar Menor puede desproteger la laguna?
–Nosotros siempre vamos a estar con el sector agroalimentario y nuestros agricultores. No creemos que sean culpables de forma directa. La agricultura tiene parte de culpa, al igual que el sector inmobiliario, el crecimiento y los ayuntamientos. Pero la solución compete a todos y tenemos que valorarla en beneficio del interés general. Siempre con el respeto a la laguna por encima de todo, pero también con el respeto debido a las producciones agrícolas, porque soy consciente de que son muy escrupulosos a la hora de cuidar el Mar Menor.
–¿Se está consolidando un modelo de salarios bajos y empleos precarios?
–No, bajo ningún concepto. Los salarios se han ido acomodando y los empresarios han sabido adaptarse a esas circunstancias. Lo que no se puede permitir permanentemente es un incremento salarial perdiendo competitividad y productividad. Por lo tanto, hay que subir los salarios a partir de ahora de una forma moderada, teniendo en cuenta el IPC en su justa medida, pero también hay que pedir más rendimiento y productividad, y ponerlo encima de la mesa del diálogo social.
–Con el potencial que existe en la Región, ¿está el sector industrial y tecnológico un poco descuidado? ¿Dónde estamos en la carrera para captar inversiones?
–Hace pocos días dije que el crecimiento exponencial de Murcia viene no solamente por infraestructuras básicas como El Gorguel, sino también por un gran plan industrial, precisamente en una región donde somos una auténtica potencia, si sabemos hacerlo bien. La industria y el turismo son los grandes sectores con los que debemos crecer. Es necesario generar un consenso en torno a un gran plan industrial, con el que podremos dar un salto muy importante de cara al futuro.
–¿Qué opina de las críticas que le dirigió el expresidente de Croem Miguel del Toro a través de una carta abierta?
–De esa carta no he querido opinar y no lo voy a hacer porque no procede. Está en su derecho de hacer y decir lo que considere oportuno, aunque creo que hay otras vías para hacerlo. Él ha tenido siempre comunicación directa conmigo para cualquier cosa. Además, yo nunca he valorado la gestión de ningún expresidente, entre otras razones porque lo único que he hecho ha sido ensalzar la labor de mis predecesores. Ahí creo que ha habido una equivocación y estoy convencido de que él se ha dado cuenta.
–¿Qué balance hace de su relación con los dirigentes de UGT y Comisiones Obreras?
–Ha sido una relación muy buena. Cada uno ha defendido su parcela, como es lógico, y quiero agradecerles que hayan trabajado de una forma leal y respetando la mesa del diálogo social, lo cual ha permitido alcanzar un gran consenso en muchas ocasiones, como el desbloqueo de convenios colectivos que estaban muy anticuados. Cada uno hemos aportando nuestro grano de arena para solventar problemas y para que haya una paz social de un altísimo nivel ahora.
–¿Cuál es su análisis del escenario político nacional?
–Al igual que otros dirigentes empresariales territoriales, pienso que hace falta un giro importante a la situación. No se puede estar viviendo permanentemente en el enfrentamiento y el insulto. Para eso no hemos elegido a nuestros políticos. Si van a seguir por ese camino, más vale que se dediquen a otra cosa, porque cuando se trabaja por y para España hay que hacerlo con todas las consecuencias y no pensando en personalismos y partidismos.
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