Luis Alberto Marín quiere volver

Ante la voluntad decidida, y absolutamente contrastada por quien suscribe esta crónica política, del diputado murciano en renunciar a su acta en el Congreso para volver a Murcia se abren varios escenarios. El más inmediato, y a la vez el más complicado, sería una dimisión exprés con el visto bueno de Feijóo y de López Miras, para que este último pudiese recuperar a uno de sus bastiones (siempre que el puesto no lo tenga ya comprometido) antes de que el lorquino de La Arboleja configure su gobierno a partir de esta semana entrante. Complicado, pero no imposible. La principal adversidad de esta salida es que no faltarían observadores que señalarían que la renuncia de un cargo de confianza de Feijóo con despacho en la planta noble de la calle Génova se podría interpretar como una señal anticipada de la fallida investidura de Feijóo.

La fortaleza radicaría en el refuerzo que supondría para un Gobierno regional al que se le anuncia un legislatura complicada de un hombre con la experiencia y preparación de Marín, inspirador del programa económico con el que Miras ganó las elecciones. La dualidad consejero-secretario nacional de Economía en el PP es compatible. De hecho ya lo ha sido en tiempos precedentes. Miras sabrá lo que le place y Feijóo sabrá si da o no el 'nihil obstat'.

Con Marín en Madrid, en la agenda del presidente figuran tres nombres, entre algún otro, para refuerzo del área económica: Andrés Torrente, secretario general de Salud; Sonia Carrillo, actual secretaria general de Economía y Hacienda; y Carmen María Zamora, directora de Función Pública, número seis en la lista del PP al Congreso y, a la sazón, esposa del alcalde de Alcantarilla y uno de los barones del PP regional, Joaquín Buendía. Si López Miras altera sus planes o no en función de la novedad Marín, se sabrá en las próximas fechas. En cualquier caso, si no se resuelve ahora será una situación latente y en diferido. Ya que el economista y doctor en Derecho insiste en afirmar 'sotto voce' que volverá a casa antes de Navidad. Como los turrones. Si no es ahora, será dentro de unos meses. Pero su decisión parece firme y alternativas profesionales no le van a faltar.

Una renuncia de Marín implicaría el inmediato acceso al Congreso de los Diputados de la ciezana Miriam Guardiola quien no pierde ocasión para expresar el desencanto que le produjo quedarse a las puertas el 23-J.

El presidente, por su parte, se refugia en el secreto de sus deliberaciones con López y con Miras y deja para los próximos días la confirmación o no de lo que se viene rumoreando con insistencia desde San Esteban: el nombramiento como portavoz del Gobierno de la periodista Carmen María Conesa o las dudas que mantiene Pedreño para seguir al frente de Salud con el diputado regional Antonio Martínez a la expectativa de lo que decida.