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Los días se suceden uno tras otro, incansables, hasta que en un segundo, de repente, la rutina se trastoca y el rastro se desvanece. Los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado recibieron el pasado año hasta 835 denuncias por desapariciones en la Región, según recoge el último informe del Centro Nacional de Desaparecidos (CND), dependiente del Ministerio del Interior. La Región es la octava comunidad con una mayor cifra de denuncias por desapariciones, de las que 412 corresponden a menores de edad.
Cada semana de 2024, de media, el paradero de 16 personas se convirtió en un interrogante en la Comunidad. La mayoría de estos casos, hasta un 55%, se resuelven en los primeros tres días. Otros, sin embargo, se enquistan y se convierten entonces en una pesada incógnita que trae de cabeza a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y atormenta a las familias. Interior, al cierre del año, mantenía activas 302 búsquedas, 190 de menores. En todo el país, el pasado año dejó 26.345 denuncias por desapariciones de las que, a 31 de diciembre, permanecían activas 6.722.
Gran parte de la cifra de desaparecidos que registra la Región se vincula, sin embargo, con el comportamiento de los menores de edad ya que casi siete de cada diez denuncias registradas el pasado año en la Comunidad -concretamente 412- tenían como protagonistas a adolescentes, principalmente extranjeros, de entre 13 y 17 años. Es el tramo de edad que más denuncias genera, conforme a los datos que maneja Interior. La asociación SOS Desaparecidos lleva ya varios años dejando constancia de su preocupación por este fenómeno. Insiste en la necesidad de adoptar medidas para atajar estas fugas juveniles que cada vez se producen a edades más tempranas.
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