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La incidencia de Covid descendió un 20% en la última semana en la Región de Murcia, según informó ayer la Consejería de Salud. En concreto, la tasa acumulada a siete días en personas mayores de 60 años baja hasta los 768,2 casos por cada 100.000 habitantes, aunque esta caída aún no se traslada a la incidencia a catorce días, que se mantiene en 1.767 positivos por 100.000.
Salud notificó ayer 207 nuevos casos en la Región de Murcia correspondientes al domingo, e informó de un fallecimiento. En cuanto a la situación en los hospitales, no hay grandes cambios. 318 pacientes infectados permanecen ingresados en la Región, cuatro más que el pasado viernes. De ellos, 14 se encuentran en UCI, uno menos que en el balance anterior.
«Tras el aumento en hospitalizaciones que se registró hace un par de semanas, ahora nos encontramos en una situación estable», resume el director médico del Reina Sofía, Fernando de la Cierva. La presión asistencial ha ido subiendo, pero las cifras siguen lejos de las alcanzadas en olas anteriores. Además, una parte de los ingresos reflejados en la estadística no se corresponden en realidad con casos graves de Covid, sino con pacientes que permanecen hospitalizados por otras causas y han dado positivo en una PCR. Así, de los 48 pacientes infectados que en estos momentos se encuentran en el Reina Sofía, 30 están ingresados por Covid, pero otros 18 lo están 'con' Covid. Es decir, no es esta su patología principal.
«El perfil ha ido cambiando. La edad media ha subido, y está ahora en 66 años. Tenemos, sobre todo, a pacientes de edad avanzada que además de Covid sufren otras patologías», explica Fernando de la Cierva. Los ingresos de menores de 60 se corresponden con personas sin vacunar, añade.
Pero aunque la saturación en las plantas y las UCI de los hospitales es sensiblemente inferior a la de olas anteriores, no ocurre lo mismo en los servicios de Urgencias, porque la transmisión comunitaria es muy elevada. De hecho, también el personal sanitario sufre un alto número de contagios, advierte De la Cierva. «La semana pasada tuvimos que suspender algunas intervenciones porque teníamos a cinco anestesistas de baja por Covid», explica. El protocolo obliga a los sanitarios a no volver al puesto de trabajo hasta que no haya un test de antígenos negativo.
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