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Ana Morales, jefa del Servicio de Neurología de La Arrixaca. Ros Caval / AGM
«El ictus llega sin avisar, en menos de un minuto», alerta la doctora Ana Morales

«El ictus llega sin avisar, en menos de un minuto», alerta la doctora Ana Morales

La jefa del Servicio de Neurología de La Arrixaca avisa de la importancia de actuar rápido ante los síntomas: «Es crucial llamar al 112 para que comience la cadena de tratamiento; el tiempo es vida»

Domingo, 29 de octubre 2023, 07:21

«El ictus llega de forma brusca, sin avisar, en menos de un minuto». Así es la cruda – y sobrecogedora – realidad de una enfermedad que es la primera causa de muerte en España en mujeres y la segunda en hombres. Y así de contundente se muestra Ana Morales, jefa del Servicio de Neurología de La Arrixaca, al hablar de este tipo de accidente cerebrovascular que cada año afecta a unos 1.500 ciudadanos de la Región de Murcia y que se cobra la vida de una de cada 10 personas que lo sufren anualmente en la Comunidad. Normalmente de avanzada edad, ya que «es una enfermedad que afecta sobre todo a mayores de 70, aunque existe una tendencia a que lo sufran personas más jóvenes en los últimos años», explica Morales, doctora y coordinadora científica del programa de ictus de la Región.

Existen dos perfiles que cumplen con el patrón de pacientes víctima de un ictus, que se produce al explotar u obstruirse un vaso sanguíneo del cerebro: «Varón de 70-75 años con factores de riesgo vascular; y mujer de 80-85 años que no cuenta con tantos factores de riesgo pero sufre previamente alguna arritmia cardíaca», señala Ana Morales. Y es que la hipertensión (más de los afectados eran hipertensos), la diabetes, el tabaquismo, la ingesta de alcohol, la obesidad y el sedentarismo siguen siendo las principales causas que pueden favorecer la aparición de este accidente cerebrovascular. El cuidado de estos factores es trascendental para evitar su aparición, tanto que «teniendo controlados hasta 10 de estos parámetros la probabilidad de sufrir un ictus cae un 90%», desvela la doctora.

Pero estos no son todos. En los últimos años han emergido otros factores de riesgo que se repiten en pacientes que han sufrido un ictus: «Hemos observado que aquellas personas que sufren apnea del sueño son propensas a sufrir un accidente cerebrovascular; también la ingesta de nuevas drogas perjudica, así como infecciones que llegaron con la pandemia que no se han curado del todo y siguen en nuestro organismo», señala Morales. Es casualmente la proliferación de sustancias estupefacientes hasta ahora desconocidas una de las causas de que el ictus aceche a los jóvenes. «No hay un incremento significativo de casos en este colectivo, pero sí una tendencia a que se registren en menor edad, también por el tabaquismo y al existir un mejor cribado en la actualidad de aquellos ictus leves que antes pasaban desapercibidos», asegura la jefa del Servicio de Neurología de La Arrixaca.

Cuando llegan los síntomas

Esta enfermedad no llama a tu puerta, entra directamente con la amenaza de no dejar nada igual a cómo estaba hasta entonces. Con los años, el ictus se lleva a menos gente. Es la mejor noticia de una enfermedad que, como confiesa Ana Morales, «su peor cara la muestra con las secuelas, que pueden ser de distintos tipos y hacen que tu vida deja de ser como antes». Aquellos que lo sufren entran al hospital por su propio pie y salen siendo totalmente dependientes. Es un accidente (cerebrovascular) y por lo tanto no se puede predecir. Los síntomas llegan de repente y 'atacan' por cualquier parte: «Se puede sentir una alteración brusca de la visión y del lenguaje, mareos, vértigo, una pérdida de fuerza o sensibilidad en un hemicuerpo, una pérdida de equilibrio y también cefalea. En cuanto aparezca alguna de estas dolencias, hay que llamar al 112. El tiempo juega en nuestra contra», alerta Ana Morales.

Es en ese momento cuando aparecen las horas cruciales para lograr el primer objetivo: intentar que se mueran las menos neuronas posibles y poder recuperar el mayor número de ellas. Para ello, en la Región de Murcia se está trabajando en un sistema de tratamiento denominado código ictus. «Es un sistema de información de traslado del paciente que busca que este llegue lo más rápido posible al lugar más cercano donde pueda ser tratado. Una llamada rápida al 112 es crucial para que un compañero del 061 se traslade a valorarlo lo antes posible», indica la doctora.

Nuevos avances

Atajar a tiempo el problema es el mejor arma para vencer al ictus. Pero, además de la rapidez con la que detectar la enfermedad, existen nuevos avances que están permitiendo, sobre todo, una caída de la mortalidad desde 2008 hasta ahora (del 14 al 11%). Actualmente, en la Región se trabajan en dos tratamientos, según cuenta Ana Morales: «La Unidad de Ictus, en La Arrixaca y el hospital Santa Lucía de Cartagena, donde se trabajan los casos más graves. Y el tratamiento para el ictus isquémico. Este se puede abordar de dos formas: a través de un fármaco, que diluye el trombo y permite que se recupere el riego sanguíneo, y con trombectomía. Este último consiste en el uso de un catéter, que se introduce a través de la ingle, y se llega al trombo para intentar extraerlo. Este solo se lleva a cabo en la sección de Neuroradiología intervencionista del servicio de rayos de La Arrixaca».

Paralelamente, los expertos están inmersos en la aplicación de las nuevas tecnologías para avanzar en la cura de esta enfermedad. Sobre todo para llegar lo antes posible porque, en el ictus, el tiempo es vida. «Trabajamos con neuroimagen, que consiste en obtener fotografías a través de un escáner para saber cuántas neuronas tiene muertas el paciente cuando llega. Esto nos permite poder actuar aunque pasen 6-8 del accidente, conocer el caso a tratar y elegir con precisión», apunta Morales.

No esconde muchos secretos su prevención. Aunque no avisa, el ictus se esconde en una mala salud cardiovascular. Basta con cuidar las cosas del día a día, como la alimentación, la ingesta de azúcar, el alcohol y el tabaco, así como controlar la tensión arterial para mantener lejos este 'bicho' que se acerca con los años. Todo (o casi) mejora con llevar a cabo algo que, para la doctora, es crucial: «Hacer ejercicio físico resulta trascendental para evitar un ictus. Primero porque es más difícil que lo sufras, así lo dicen infinidad de investigaciones, y segundo porque si tienes una buena condición física puedes recuperarte mejor de un accidente de este tipo». En otras palabras: hay que cuidarse, vida solo hay una.

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