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La Dirección General de Recursos Humanos del Servicio Murciano de Salud (SMS) está firmando en las últimas semanas decenas de comisiones de servicio a petición ... de las gerencias de los hospitales, que buscan evitar que la resolución de la gran oferta pública de empleo (OPE) que se puso en marcha en 2019 suponga ahora el desmantelamiento de los equipos de médicos especialistas construidos a lo largo de los años en los diferentes servicios.
El problema afecta sobre todo a unidades superespecializadas de referencia en hospitales como La Arrixaca, Morales Meseguer, Reina Sofía o Santa Lucía. El retraso en la convocatoria de oposiciones, y después en su resolución, ha mantenido durante años -o incluso décadas- a muchos médicos en una situación de precariedad, con contratos eventuales concatenados o, en el mejor de los casos, en una interinidad. Durante todo este tiempo, estos especialistas «se han formado en técnicas muy específicas o en consultas monográficas» de determinadas patologías, explica Fernando Alberca, jefe del servicio de Aparato Digestivo de La Arrixaca. Ahora, cuando llega por fin la resolución de la OPE, se encuentran con que la plaza obtenida se halla en otro hospital, mientras que el puesto que han estado desempeñando queda asignado a otro profesional que carece de la formación superespecializada que ellos acumulan.
«El problema es que las plazas no salen, se retrasan en el tiempo y te encuentras con interinos que llevan 16 años trabajando. Si esa persona se ha formado en intervencionismo endoscópico o en trasplante hepático y ahora se tiene que ir, se produce una carencia. Todo esto es consecuencia de tantos años sin convocar oposiciones en un sistema que es bastante rígido», resume Alberca.
La situación creada en Aparato Digestivo se ha podido resolver con «cuatro comisiones de servicio» acordadas entre hospitales. Las mismas negociaciones se han desarrollado en servicios como Traumatología o Cardiología. La flexibilidad demostrada por las gerencias ha permitido calmar las aguas tras la preocupación inicial, pero a costa de echar mano de una figura -la comisión de servicios- que es temporal y, en principio, excepcional. Así lo advertía la propia directora de Recursos Humanos del SMS, María del Carmen Riobó, en una resolución emitida a mediados de enero para fijar los criterios sobre la concesión de estas comisiones. «Con carácter general, no se autorizarán entre centros dependientes del SMS. Se priorizará la cobertura definitiva mediante los oportunos procedimientos de movilidad y la provisional utilizando las bolsas de empleo permanentes», subrayaba.
La OPE que ahora está en plena resolución se convocó en 2019, con plazas correspondientes a 2017, 2018 y al proceso de estabilización en el empleo pactado en su día entre el Gobierno central y los sindicatos. El retraso acumulado, en definitiva, es considerable. Tampoco los concursos de traslados han sido tradicionalmente ágiles en el SMS, aunque el Sindicato Médico (Cesm) confía en que esto cambie con la próxima aprobación del concurso abierto y permanente. «Permitirá a los profesionales moverse con relativa facilidad», explica María José Campillo, la presidenta de Cesm. Será a esta figura a la que podrán acogerse los especialistas que ahora permanecen en sus puestos gracias a las comisiones de servicio.
El problema que planteaba el cambio de hospital de decenas de especialistas se está resolviendo satisfactoriamente, en general, mediante encaje de bolillos. Pero hay un factor de fondo que está empezando a generar tensiones en el sistema: el déficit de médicos. La resolución de Recursos Humanos deja claro que las comisiones de servicio «no se autorizarán cuando no sea posible cubrir» con otro profesional el puesto obtenido por el solicitante en la OPE. Los hospitales comarcales sufren en estos momentos la falta de muchos especialistas, con plazas que llevan años vacantes, y las gerencias aspiran a llenar algunos de esos huecos gracias a las oposiciones.
«La resolución se está respetando, y de momento no se están concediendo comisiones de servicio a profesionales que hayan ganado plazas vacantes en el Hospital de Yecla. Aunque quedan especialidades por resolver», explica Beatriz Barberá, delegada de Cesm en el Altiplano.
En definitiva, el déficit de médicos está empezando a generar un choque entre las necesidades de los hospitales comarcales y los grandes centros de referencia, como La Arrixaca o el Santa Lucía. Mientras los primeros necesitan especialistas para poder cubrir servicios con plantillas diezmadas, los segundos aspiran a consolidar sus unidades superespecializadas, que cubren también a los pacientes de esas áreas periféricas.
«El problema con la OPE lo hemos podido solucionar mediante las comisiones de servicio, pero lo que subyace es el riesgo de desmantelamiento de unidades de alta capacitación en La Arrixaca. No hay especialistas para todos y, si se prioriza cubrir las plazas en las áreas de salud, hay que tener en cuenta que se pueden desmantelar procesos muy complejos y específicos en este hospital», advierte el jefe de Cardiología de La Arrixaca, Domingo Pascual.
Pablo Puertas y Pablo Ramírez, jefes de Traumatología y Cirugía General de La Arrixaca, respectivamente, coinciden en apuntar a fórmulas como las unidades compartidas, con profesionales que pasen parte de la semana en un hospital comarcal y el resto en un centro de referencia. «Todos los hospitales tienen la misma importancia, pero no todos manejan el mismo tipo de pacientes. El 30% o 40% de los pacientes intervenidos en La Arrixaca son de otras áreas», reflexiona Ramírez. «La unidad compartida permite enriquecer al hospital comarcal con un profesional que al mismo tiempo se se sigue especializando en La Arrixaca», sostiene Puertas.
«El problema no lo tenemos con la OPE, sino con las bolsas de trabajo, que no tienen en cuenta la especialización. Esto puede hacer que la persona con más puntos para ir a una unidad superespecializada no tenga la formación y experiencia específica en ese área, mientras que quien sí la tiene no pueda quedarse en ese puesto», explica Pablo Puertas, jefe de Traumatología de La Arrixaca. Las bolsas garantizan «un orden legal» y unos criterios objetivos -matiza-, pero pecan de rigidez al no tener en cuenta esas necesidades específicas, señala. Pablo Ramírez, jefe de Cirugía General de La Arrixaca, cree que «sindicatos y administración deberían negociar» para encontrar una solución a este problema.
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