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Juan Espallardo. lv
«Me gusta que mis lectores viajen a Extremo Oriente y a épocas del pasado»

«Me gusta que mis lectores viajen a Extremo Oriente y a épocas del pasado»

Juan Espallardo Jorquera, dibujante, lleva 50 años de profesión

Minerva Piñero

Martes, 31 de julio 2018

Es el arte, para Juan Espallardo (Molina de Segura, 1951) el halo misterioso de la pintura; la combinación de colores disonantes y armónicos; los garabatos en el cuaderno de un niño; la humildad de las dos dimensiones en las que plasma su verdad. Y es el dibujo, para este artista, que no es capaz de recordarse sin un modesto lápiz en la mano, su idioma. El oficio al que se ha dedicado durante más de cinco décadas y que ahora, después de formarse y publicar sus propias historietas, como fueron las aventuras de 'El Tremendo Tobi', enseña a sus alumnos en el Museo de Bellas Artes de Murcia, donde da clase.

-¿Es crítico o cómico en sus tebeos?

-En general, me gusta que sean historias agradables. Aunque un tebeo en el que no exista ningún contratiempo también aburre. Más que criticar lo que no me gusta, lo que hago es ensalzar aquello que me llama la atención, que me agrada.

-¿Y qué le gusta?

-El disfrute de la naturaleza, el conocimiento de otras culturas, las arquitecturas de otros países, la indumentaria de otra época, las ropas pintorescas... Me gusta trasladar al lector a épocas del pasado para que conozca a los mayas, a los aztecas, para que viaje a países del Extremo Oriente, al ambiente que se vivía en Hollywood en 1929...

-¿Hacia el futuro nunca mira?

-También he dibujado tebeos de ciencia ficción, pero el futuro, para mí, no existe. Por más que lo intentemos, no podemos imaginárnoslo. Es una proyección del presente. Prefiero vivir en el ahora mirando hacia el pasado; el futuro que venga él solo.

-También escribe. ¿Acompaña a sus libros con ilustraciones?

-No. He ilustrado muchos libros y portadas, pero considero que la literatura no debe depender de las ilustraciones. Con los datos de los personajes y localizaciones que describo, prefiero que el lector se lo imagine todo: no me gusta ponerle condiciones. Si se añaden ilustraciones no pasa nada, pero personalmente me decanto por no ponerlas.

-¿Qué caracteriza a la pintura china, una de las disciplinas que conoce?

-Después de tantos siglos, existen muchas tendencias, ya que los chinos han desarrollado múltiples escuelas y técnicas, pero la que tiene más impacto en Occidente es la 'xie yi', la pintura china que yo practico. Se asocia al zen japonés.

-¿Cómo?

-Consiste en reflexionar mucho y en hacer una ejecución rápida. En cuestión de minutos, se puede ejecutar una pintura; es un proceso enérgico. Se realiza, sobre todo, en blanco y negro, con un gran pincel y con tinta. En su proceso, el pintor se puede tirar toda la mañana contemplando la montaña sin moverse, como si esta fuera una escultura. Transcurridas varias horas, no es que él haya aprendido lo que es la montaña, sino que se ha convertido en ella. En ese momento toma el pincel y se vierte sobre el papel. En este tipo de pintura se observa y se estudia el modelo, una fase que puede quedar resuelta en cuestión de minutos u horas. Una vez aprehendido, el artista es capaz de sintetizar al modelo.

-¿Una lectura diaria que recomiende, un tebeo?

-A Jesús Blasco. Creo que es el mejor dibujante no solo en España, sino de toda la historia. Ahora, han editado sus historias de 'Los Guerrilleros'. A Leopoldo Sánchez, un dibujante espectacular que vive en Cartagena, también. En concreto, recomendaría 'Bogey', unas historietas policíacas ambientadas en el futuro.

-¿Dónde se le puede encontrar?

-Hace unos quince años, el Ministerio de Cultura me contrató para dar cursos de anatomía, de retrato, de pintura china... Pero en Madrid. Después, me pidieron que los diera aquí. Ahora, doy clases en el Museo de Bellas de Murcia de dibujo elocuente. Los domingos, además, enseño dibujo de desnudo natural con modelo. Cuando tenía veinte años nunca pensé que me dedicaría a la enseñanza, pero, después de tantos años, ahora considero que sí tengo algo que presentar a los demás.

-¿Y qué conclusión saca de sus clases?

-Que tengo unos cuantos alumnos que son licenciados en Bellas Artes y que no les han enseñado a dibujar. Después de pasar los años de facultad, les dan su título, pero no tienen ni idea. Y tienen la humildad de decir que quieren aprender a pintar, de venir a mis clases de dibujo. Los aprecio muchísimo. No ocurre con todos los profesores de la universidad, pero hay algunos que les enseñan de forma deficiente.

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