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Guía para detectar los síntomas de la «enfermedad del poder»

«A veces los problemas de las empresas tienen nombres y apellidos», señaló Huete en relación a las «personas tóxicas»

Viernes, 21 de septiembre 2018, 01:52

«A veces los problemas tienen nombres y apellidos». De esta forma empezó Luis Huete a enumerar una serie de síntomas de lo que denominó la «enfermedad del poder». Una patología que pueden manifestar algunos altos directivos, «personas tóxicas» que no son precisamente las personas «equilibradas y maduras» que precisan los timones de las empresas.

Ante los presidentes de la Cámara de Comercio de Murcia, Miguel López Abad; de la Asociación de la Empresa Familiar de Murcia (Amefmur), José María Tortosa, y de la Asociación de Conserveros y Empresas de Alimentación (Agrupal), José García Gómez, entre otros muchos asistentes, Luis Huete expuso algunos de esos síntomas: «Son personas con frialdad, con distancia sobre lo que otros piensan y sienten; también son personas con un juicio poco realista de lo que se gana y lo que se pierde con las decisiones. Son personas que no miden bien el riesgo. Además, consciente o inconscientemente, sus agendas de intereses personales acaban primando sobre los intereses de la institución, y suelen utilizar a las personas, que se convierten en medios para conseguir los fines. Presentan un protagonismo excesivo, además de una tendencia a colgarse las medallas de otros, y suelen rodearse de gente mediocre, lo que en Andalucía se llaman los 'agradaores', cuyo trabajo es agradar, y no te dan una información real, mientras a los brillantes no les dejan crecer».

Asimismo, se puede identificar a un directivo aquejado de la «enfermedad del poder» porque «sobrevalora sus capacidades personales y piensa que es indispensable y que, sin él, la empresa no funciona», y también por las «conductas desinhibidas». Es decir, «humilla en público» y, en privado, «se monta orgías» con distintos componentes, generalmente «alcohol, sexo, drogas...». Según Huete, «es una mezcla de narcisismo, carácter obsesivo, sociopatía y conductas adictivas. Pasa en política, en empresas, en instituciones... Hay alrededor de un 5% de la población que es sociópata. Pero los sociópatas, con la fama y el poder, son como las moscas y la miel. En los negocios y en la política no es improbable que ese porcentaje aumente hasta el 10%, por lo que hay que estar muy atentos».

Entre los asistentes al foro también estaban el concejal de Promoción Económica, Cultura y Programas Europeos del Ayuntamiento de Murcia, Jesús Pacheco, y el expresidente de la Comunidad y líder de Somos Región, Alberto Garre,

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