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Juana Martínez
Jueves, 2 de marzo 2023, 14:58
Treinta y ocho matrimonios fueron declarados nulos en la Región en 2022 y la causa principal fue la falta de madurez de uno de los cónyuges. Noventa parejas separadas acudieron en busca de información sobre el trámite, aunque finalmente lo solicitaron la mitad. Fueron cuarenta y tres las sentencias dictadas por el Tribunal Eclesiástico de la Diócesis de Cartagena, cuatro menos que el año anterior. Solo en cinco de ellas ratificó la validez del enlace y los afectados por dos de esas resoluciones recurrieron ante el Tribunal Metropolitano de Granada.
Así lo explicó ayer en Murcia el vicario judicial de la Diócesis de Cartagena, Gil José Sáez, en una rueda de prensa en el Palacio Episcopal. También señaló que el noventa por ciento de las personas que consiguieron ver suprimidos los efectos de su boda volvieron a celebrar otro enlace por la Iglesia Católica. Y seis iniciaron el trámite de nulidad pero renunciaron a continuar, lo que llevó al archivo del expediente.
Las alegaciones más frecuentes para solicitar la nulidad fueron falta grave de discreción de juicio y la incapacidad para asumir las obligaciones esenciales del matrimonio por causa de naturaleza psíquica. En el primero de los casos, existe «una falta de madurez, que hace que la persona cuando toma la decisión de contraer matrimonio no haya reflexionado bien o esté sometida a algún tipo de coacción», manifestó Sáez. En el segundo caso, «la incapacidad es que la persona no puede asumir esas obligaciones, no que no quiera». Se lo impiden afecciones como la depresión o la bipolaridad.
Gil José Sáez
Vicario judicial de la Diócesis de Cartagena
El sacerdote remarcó que es habitual que haya personas que consientan ser testigos de una parte y días antes renuncien a esa obligación. Además, indicó que en dos de las resoluciones aprobadas se esgrime la adicción a la pornografía de una de las partes como argumento de nulidad. «El consumo habitual y adictivo de pornografía produce dramas en los matrimonios», afirmó el vicario. Y le atribuyó contribuir al «fracaso» de las parejas. «La adicción a la pornografía provoca unas consecuencias físicas (disfunción eréctil, conductas agresivas…) y también psicológicas (depresión, culpabilidad, vergüenza…); «es un tema complicado, un tema tabú porque afecta a la intimidad de la persona», comentó Saéz.
La edad más frecuente para iniciar el procedimiento de nulidad osciló entre los 40 y los 59 años. Y hubo un número similar de peticiones de nulidad por parte de hombres y de mujeres.El proceso tarda menos de un año si ambos cónyuges están en la Región, pero puede dilatarse hasta los dieciocho meses si hay uno en Sudamérica. Las tasas, que no han variado desde 2013, tienen un coste de mil ciento sesenta y nueve euros. A esa cantidad se debe añadir el precio de los letrados que varía dependiendo de si son del tribunal o no, en tal caso ascienden a mil veintiún euros. Y las pruebas periciales si se realizan a los dos suman cuatrocientos setenta y ocho euros al total. Si bien treinta se han beneficiado de exenciones totales o parciales del importe.
La bajada de las anulaciones es correlativa al descenso de los matrimonios, debido a la secularización de la sociedad. Y supone un desafío para la Iglesia, según Sáez, quien manifestó: «Los jóvenes no quieren ningún vínculo, tampoco por lo civil, ni siquiera se inscriben como pareja de hecho». En 2008 se celebraron más de seis mil matrimonios por la Iglesia, frente a los mil quinientos veinte del 2022.
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