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La hija y la mujer del fallecido junto a otro familiar, en la zona donde ocurrió el suceso. Guillermo Carrión / AGM
La esposa del médico fallecido sospechó de su hijo desde el primer momento

La esposa del médico fallecido sospechó de su hijo desde el primer momento

La mujer de José Antonio Villegas se extrañó de que su marido no volviera a casa varias horas después de haber salido a pasear al perro y bajó a la entrada de su edifico, donde encontró el cuerpo

EFE

Murcia

Miércoles, 5 de agosto 2020, 10:51

La esposa del médico José Antonio Villegas, que este martes apareció muerto a puñaladas en la entrada a su vivienda, sospechó desde el primer momento de su hijo, que poco después se confesaba autor de los hechos ante la Guardia Civil de Liétor, donde fue detenido cuando tenía en su poder dos pistolas de aire comprimido y un cuchillo.

Así lo manifestó a los funcionarios policiales que acudieron a la vivienda, situada en la calle Infanta Cristina, y que la encontraron junto al cuerpo sin vida de su marido, José Antonio Villegas, especialista en Medicina del Deporte, que yacía en una gran mancha de sangre.

Fue precisamente la esposa, sorprendida de que no volviera a casa varias horas después de haber salido a pasear al perro, la que bajó a buscarlo y se encontró con el cuerpo en la entrada del edificio. Dada la hora en que el fallecido solía bajar a la calle a diario para sacar a la mascota y a que el detenido, H.V., de 34 años, aseguró que el apuñalamiento se produjo minutos después de las cinco de la mañana, se considera que el mortal apuñalamiento se pudo cometer cuando el médico no había llegado a salir del edificio.

Cuando los agentes de la Guardia Civil lo encontraron en la carretera que conduce al pantano del Talave, en el citado municipio albacetense, lugar al que acudieron ante las sospechas que levantó en unos vecinos de la zona, el presunto autor del crimen llevaba numerosas manchas de sangre en ropa y calzado y en su cuerpo.

El detenido confesó a los agentes que las mismas procedían tanto del padre como de él mismo, ya que en el forcejeo con aquel también había resultado herido.

De hecho, los guardias civiles observaron que presentaba varias heridas en su cuerpo, que él mismo se había curado con el botiquín que aseguró suele llevar en su coche. En la bolsa que arrojó al arcén de la carretera a la llegada de los agentes fueron encontradas unas hojas manuscritas en las que se indicaba que solo debían ser abiertas por los agentes de la ley, el juez u otro representante de la Justicia, pero cuyo contenido no ha sido revelado.

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