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Juan José Molina y Miguel Sánchez, en una foto de archivo. N. GARCÍA
Esperando a Albert

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El recelo de Rivera de las baronías regionales en Cs da lugar a liderazgos poco asentados que, ante el optimismo electoral, muchos se atreven a disputar. Miguel Sánchez tiene muchas opciones de revalidar la candidatura si la ejecutiva opta por unas primarias exprés, como hizo en Andalucía

Domingo, 16 de diciembre 2018, 12:21

Ciudadanos es, posiblemente, el partido que mejor sabe explotar las primarias: una explosión de democracia interna, una explosión de candidatos, una explosión de polémicas... Al final sale el que tiene que salir, pero el proceso resulta colorido y atronador. En la Región de Murcia van por ese camino.

Aún no hay ni convocatoria ni idea precisa de cómo se desarrollarán las primarias, pero ya han surgido cuatro aspirantes. Apenas se sabe que se celebrarán previsiblemente en enero o febrero y serán solo para elegir a los candidatos a la presidencia de la Comunidad Autónoma y a la alcaldía de Murcia.

En la web regional del partido no hay ningún enlace que muestre el organigrama, que informe de quién manda

El actual portavoz en la Asamblea Regional, Miguel Sánchez, fue el primero en anunciar su intención de presentarse para repetir al frente de la candidatura autonómica. Le siguió el empresario Francisco Morales, que fue vocal en la Junta Municipal de la pedanía murciana de Santa Cruz y se propone «conseguir una mayor relevancia de la afiliación en la vida del partido». También reclamó más participación para los afiliados -¿algo no funciona en ese aspecto en el partido?- el tercero en discordia, Óscar Pozzati, también empresario, sin ninguna experiencia política y el único, hasta ahora, que ha convocado un acto público para exponer sus intenciones. El cuarto es el funcionario de la Mancomunidad de Canales del Taibilla Leonardo Pérez que ha citado este mediodía a los medios de comunicación para informar de por qué dar el paso.

«La publicidad es gratis»

En otros partidos se estarían tentando la ropa ante la sobreproducción de candidatos, un claro signo de incorformismo e insatisfacción hacía los líderes, pero en Ciudadanos lo ven como algo normal y no existe preocupación alguna. Incluso están convencidos de que surgirán varios más. «Los que tengan peso y opciones de ganar, se presentarán al final, cuando el proceso ya esté en marcha», comenta un dirigente naranja. Entre estos podría estar el diputado regional Juan José Molina, quien ya reconoció a 'La Verdad' que esperará a que se convoquen las primarias para analizar la situación y tomar una decisión.

Las razones oficiales de la inflación de aspirantes son que las buenas expectativas electorales estimulan el atrevimiento -la última encuesta del Cemop le otorga nueve diputados en la Asamblea, cinco más que ahora-, al igual que la escasez de filtros, ya que, a diferencia de otros partidos, no se exige reunir un número de avales de afiliados para concurrir. Basta tener el carné del partido con nueve meses de antigüedad y estar al día en el pago de las cuotas para poder inscribirte como candidato. «Además, la publicidad es gratis. Solo con decir que te presentas te garantizas salir en los medios de comunicación, y automáticamente tu nombre, que hasta ese momento nadie conocía, empieza a sonar en el partido», señala otro cargo naranja.

Si la disputa se presenta reñida, el presidente es probable que señale a su favorito para inclinar la balanza a su favor

Sin embargo, hay otra razón más derivada del hiperliderazgo de Albert Rivera. La dirección nacional ha procurado evitar las baronías territoriales, ante el riesgo de que pudieran desvertebrar un proyecto político aún joven, lo que ha dado lugar a liderazgos poco asentados en algunas regiones, de las que Murcia es un claro ejemplo.

La web regional del partido lo refleja a la perfección. No existe ningún enlace a la vista que muestre el organigrama de la organización, que informe de quién manda aquí y cómo se reparten las responsabilidades. Existe una pestaña denominada 'el partido', pero al clicarla te reorienta a la web oficial de Ciudadanos, donde Albert Rivera reina a lo largo y ancho. En la Región de Murcia, Cs ni siquiera tiene una figura equivalente al presidente o secretario general del resto de organizaciones políticas. El cargo que ejerce su máxima figura, Miguel Sánchez, es el de portavoz regional. Ante esta situación, no es extraño que haya afiliados que discutan su relevancia y se crean capaces de plantarle cara.

Pero el riesgo mayor está en la celebración de unas primarias que se prevén multitudinarias a pocos meses de las elecciones. La escena del partido sumido en un tremendo guirigay, cuando el resto de candidatos autonómicos están ya en plena precampaña, puede espantar a más de un elector.

Precedentes y discrepancias

Sobre todo si se repiten las crudas controversias que hicieron dudar de la limpieza de las primarias celebradas hace cuatro años. Hubo tres aspirantes, pero uno no llegó a reunir los avales que entonces se pedían. De los dos que se midieron en las urnas, Miguel Sánchez ganó con claridad, pero el perdedor, el actual diputado naranja y secretario primero de la Cámara, Luis Fernández, denunció días antes de la votación supuestas irregularidades y un claro trato de favor del partido hacia Sánchez, a lo que se sumaron varias acusaciones más de 'pucherazos' en otros municipios de la Región.

El partido era entonces un bebé y no es fácil que se repitan las mismas circunstancias, pero el peligro, aunque mínimo, a que surjan públicas discrepancias y peleas internas existe.

El precedente más próximo es Andalucía. Allí hubo hasta trece candidatos que intentaron moverle la silla a Juan Marín, el portavoz en la Junta y aspirante a repetir, que, efectivamente, repitió tras conseguir el 67% de los votos. Le favoreció el calendario del proceso interno convocado desde la dirección nacional, unas primarias exprés que se resolvieron en apenas una semana: dos días para presentar candidaturas, tres más para hacer campaña y otro para votar. Ni que decir tieneque también hubo quejas.

Si en Murcia se opta por el mismo y meteórico proceso, es evidente que el beneficiado sería Miguel Sánchez, quien ya parte con un conocimiento de la organización y un renombre dentro de ella del que carecen el resto. La dirección nacional no es partidaria de sorpresas y es muy posible, así lo apuntan algunos dirigentes, que al final Albert, si la disputa está reñida, haga ver a los afiliados con un gesto o una declaración quién es su favorito, lo que terminará por inclinar la balanza en favor del agraciado.

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