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El catedrático emérito de Economía Aplicada de la UMU ha codirigido el estudio sobre las Zonas Rurales en la Región promovido por el Consejo Económico ... y Social, que se presenta hoy. El experto alerta del preocupante proceso de despoblación que sufren doce municipios.
–¿Cómo queda la delimitación de zonas rurales y urbanas en la Región?
–La Región de Murcia es una de las provincias españolas con mayor grado de urbanización. La segmentación entre áreas rurales y urbanas no es sencilla. Hay espacios que indudablemente son rurales y otros urbanos, pero entre ambos hay un terreno de porosidad que nos ha llevado a crear la categoría de zonas intermedias. Hay que tener en cuenta que en la Región hay municipios muy grandes, como Lorca, donde caben 30 municipios; es urbano, pero tiene áreas, como las pedanías altas, muy rurales, que hemos denominado intermedias. Para segmentar la Región hemos utilizado cuatro factores: hemos delimitado el territorio en celdas de 1km2 y calculado el índice de envejecimiento, la cobertura agrario-forestal de la superficie municipal y la accesibilidad al hospital público de referencia.
–¿Cuáles son esas áreas rurales?
–Hemos determinado 20 zonas rurales, trece municipios intermedios y doce municipios urbanos. Dentro del grupo de zonas rurales, hay doce (Ricote, Pliego, Aledo, Abanilla, Ojós, Ulea, Moratalla, Campos del Río, Albudeite, Bullas, Cehegín y Calasparra) que tienen problemas demográficos brutales. La tasa de envejecimiento (la población mayor de 65 años entre la población menor de 16) de Ojós, por ejemplo, es de casi 400. Eso significa que hay cuatro vecinos mayores de 65 por cada menor, y eso es insostenible. Otros municipios han conseguido crecer en población, como Abanilla o Beniel, pero en esos doce el envejecimiento perdura y es preocupante.
–El envejecimiento y la despoblación generan otros sesgos de todo tipo: de acceso al empleo, a una educación de calidad, a los servicios...
–Es un círculo vicioso. A mayor envejecimiento, menor tasa de actividad, más paro, saldo migratorio negativo y, como consecuencia, aumento de ese envejecimiento. En esos municipios, la tasa de actividad es menor, la de paro más elevada, la renta media es más baja (un 80% de la media) y la tasa de pobreza y exclusión más elevada: mientras la media regional está en un 30%, en estas zonas rurales alcanza el 40%.
–¿Y la atención educativa y sanitaria a la que tienen acceso los vecinos de las zonas rurales afectados por la despoblación?
–Curiosamente en ese aspecto, los resultados en la Región son muy positivos, por encima de la media española. Murcia es, con Baleares, la autonomía con mayor accesibilidad a los servicios públicos en zonas rurales. Hemos delimitado el tiempo que se tarda desde cada celda a los centros sanitarios y hospitales de referencia y a los centros educativos, y resulta óptimo. La valoración que hacen los habitantes de las zonas rurales con respecto a su accesibilidad a los servicios de salud y de educación es relativamente buena. La valoración es mucho peor en otros parámetros, fundamentalmente con respecto a los servicios de transportes, que están muy mal valorado, especialmente por las mujeres, que dependen más de ellos.
–Una encuesta reciente alertaba de que casi el 40% de los habitantes de municipios afectados por despoblación se plantea dejar el pueblo...
–Según la pequeña encuesta que incluye el estudio, en la Región en general los habitantes están bastante contentos con vivir en su pueblo. Tienen conciencia e identidad de pueblo.
–Alerta de la preocupante tendencia al envejecimiento de la población en esos doce municipios. ¿Qué pueden hacer las administraciones públicas para frenar el proceso?
–En el estudio proponemos 40 medidas, pero destacaría dos. La primera es que es importante que las administraciones públicas se tomen esto en serio y decidan cuáles son las competencias de cada una para coordinarse de verdad en sacar adelante el arduo problema que padecen estas doce áreas rurales y otras de las denominadas intermedias. Debe reforzarse el papel de los ayuntamientos, que son quienes mejor conocen el territorio. Para eso necesitan una situación económica saneada. Se pueden aplicar también muchas medidas directas, como actuar a través de la fiscalidad. Al igual que Ceuta, Melilla y Canarias tienen un tratamiento favorable por insularidad, las zonas rurales afectadas por el envejecimiento podrían tener un tratamiento fiscal favorable en cuestiones como el IBI, el IAE..., para que los jóvenes encuentren un aliciente.
–¿Cómo ha afectado la pandemia a las zonas rurales?
–La evolución ha sido favorable en los datos de afiliación a la Seguridad Social. Una de las medidas que proponemos es el teletrabajo.
–¿Cómo están las infraestructuras digitales en esas zonas?
–Están mal, en muchas áreas no hay banda ancha. Las empresas se mueven por las leyes del mercado y hay banda ancha donde hay mercado. Pero ahí es donde deben actuar las administraciones públicas.
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