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Antonio Calderón.
Calderón gana partidarios en el PP para ser un alcalde de «consenso»

Calderón gana partidarios en el PP para ser un alcalde de «consenso»

Un sector del partido valora al número dos de la lista por su imagen interna y la ausencia de tensión ante posibles pactos

Eduardo Ribelles

Martes, 2 de junio 2015, 01:07

Cuando Antonio Calderón fue designado número dos de la candidatura municipal del PP, detrás de Pilar Barreiro, muchos en ese partido interpretaron que su elección era un reconocimiento a un hombre de los llamados de consenso: apreciado por sus compañeros de gobierno y también por los de la oposición, debido a la ausencia de tensión en los plenos con quien ha gestionado durante ocho años con delicadeza los Servicios Sociales. Pues ahora ese carácter puede ser su mejor valor para suceder a Pilar Barreiro en el Ayuntamiento en un nuevo tiempo político en el que predominarán los pactos. Calderón gana partidarios dentro del PP frente a las opciones de Francisco Espejo y Nicolás Ángel Bernal.

El número dos de la lista municipal participó ayer por la mañana en una sesión de trámite de la Junta de Gobierno local y asistió, por la tarde, a una junta directiva del PP. El tema de la alcaldía no fue tratado oficialmente en ninguno de los dos frentes, pero desde primera hora de la tarde hasta la noche se dispararon los rumores, entre ellos, el de que Calderón había reconocido ante algunas personas que no quiere esa responsabilidad. Con todo, fuentes del PP admitieron a 'La Verdad' que el concejal de Asuntos Sociales en las últimas dos legislaturas reúne varias virtudes. No ha gestionado nada polémico ni su nombre se ha visto vinculado a presuntos casos de corrupción. Tiene prestigio entre las asociaciones de ayuda a los desfavorecidos y buena imagen social. Y, además, cuenta con una ventaja formal: es el aspirante obligatorio del PP, salvo que renuncie expresamente en el Pleno de constitución de la Corporación, el 13 de junio.

Ese día tomarán posesión los 27 ediles. En la sesión se formará la mesa de edad, con el concejal más veterano, el propio Calderón, y el más joven, Ricardo Segado García, de MC, que recibirá las propuestas de mayorías. Si no hay ninguna posibilidad alternativa, será el PP el que presente la suya, con Calderón en primer lugar. Solo si se niega tomará el testigo Francisco Espejo, número tres.

El tercer aspirante es Nicolás Ángel Bernal, número cuatro, que solo tendría opciones si también Espejo renuncia. La diferencia entre Calderón y los otros dos ediles es que ellos sí tienen perfiles políticos ligados a aspectos polémicos de la gestión de Barreiro en los últimos años que son más difíciles de limar de cara a posibles pactos con otros partidos.

Calderón no ocupa cargos en la dirección del PP; tiene inédita esa vertiente. Tampoco ha manifestado ambiciones políticas. «Yo me dedico a trabajar en el día a día del Ayuntamiento», dijo ayer. Esa falta de peso orgánico genera división de opiniones. Algunos miembros de la Corporación y del partido la consideran una desventaja para manejar el Ayuntamiento, mantener la cohesión en el PP y negociar cada decisión con la oposición. Otras fuentes indicaron que eso le hace ganar puntos y evita pulsos por el poder interno entre Espejo y Bernal.

Ambos ediles tienen, además, problemas para 'lavar' su imagen de cara a la oposición. Espejo ha defendido el Plan General Urbano, recientemente anulado judicialmente, la gestión de la concesión del agua y el cambio de ubicación de la estación, que no comparte ningún otro partido. Bernal defendió los cambios en el funcionamiento del hospital del Rosell, cuando se quedó sin áreas de hospitalización, pese al descontento ciudadano que eso generó.

Además, Espejo ha tenido que soportar tres años de acusaciones sobre la forma en que tramitó la licencia de su casa de Cala Flores, en 2013. Bernal ha lidiado con varios casos de presuntas irregularidades en barrios y diputaciones, como el contrato de una obra en Perín, por el que está imputada su subordinada en Descentralización, la edil Florentina García.

Exigencias «sin sentido»

Pero además de los movimientos internos, en el PP también se juega otra partida táctica en relación a los partidos que estarán en la nueva corporación. Así, Francisco Espejo aseguró ayer que no habrá «acuerdo a cualquier precio» para formar gobierno en el Ayuntamiento. El edil de Urbanismo en funciones dijo que la exigencia de Movimiento Ciudadano de que la alcaldesa en funciones, Pilar Barreiro, también renuncie al puesto de diputada en el Congreso para sentarse a negociar «no tiene mucho sentido».

Espejo recordó que el PP «es el partido que por responsabilidad con los ciudadanos y con sus 26.000 votantes ha iniciado los contactos». Pero pidió a Movimiento Ciudadano que, si está dispuesto a hablar, «den a conocer todas sus condiciones».

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