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El veterinario Juan Carlos Izquierdo, de Torre Pacheco, con dos de sus perros; un dogo argentino y un presa canario. pablo sánchez / agm

«Si lo educas mal, puedes tener problemas muy graves»

Veterinario y dueño de cuatro canes de razas peligrosas, Juan Carlos Izquierdo aconseja «tener nociones» sobre estos animales antes de hacerse con uno de ellos

Domingo, 2 de septiembre 2018, 17:27

Ni uno ni dos, sino cuatro perros potencialmente peligrosos (PPP) son los que tiene Juan Carlos Izquierdo en su finca de Torre Pacheco: 'Chula', una rottweiler de dos años; 'Zyra', una mestiza de bullmastiff de cinco años; 'Triana', de raza presa canaria y de seis años, y el único macho, 'Kaiser', un dogo argentino de nueve años. «Mi capricho fue 'Triana'; yo quería tener una perra presa canaria. Los demás los he acogido, bien porque estaban abandonados o porque me los trajeron para sacrificarlos y ya se quedaron conmigo». Por eso y por su experiencia como veterinario, Izquierdo no recomienda un 'PPP' «como primer perro, porque en la educación de estos animales no puedes fallar. Yo siempre digo lo mismo: si tienes un chihuahua y te sale mal, pues no pasa nada, pero si tienes un perro de estos y te sale mal, pues puedes tener problemas muy graves. Lo que no puede ser es que no hayas tenido un perro en la vida y que empieces con un dogo argentino o con un rottweiler, porque posiblemente te salga un perro noble y bueno, pero ¿y si no es así?», pregunta sin esperar una respuesta.

A nivel educativo, el veterinario asegura que «un perro de estas características no es más ni menos difícil de educar que un perro pequeño, pero el chihuahua pesa un par de kilos y este -señala con la mirada a 'Kaiser'- tiene 60; y claro, las consecuencias de una mala educación son diferentes».

Para evitar problemas, considera indispensable que «la persona que coja un perro de estas características haya tenido otros antes; debe entender de canes y haber contado con experiencias que le permitan identificar qué reacciones tiene el animal para poder atajar cualquier problema que pueda aparecer».

«El anexo de la ley sobre las características de otras razas provoca confusión en los dueños; por eso algunos no se sacan las licencias»

Por esta razón, además del test psicotécnico, la licencia y el seguro de responsabilidad civil obligatorios para la tenencia de estos animales, el veterinario también pediría, «como hacen en otros países europeos, algún tipo de acreditación que demuestre tu experiencia con perros, o la realización de un curso práctico, no teórico, que de verdad sirviera para algo. No sé de qué forma, pero la Administración debería comprobar, por un lado, la idoneidad del dueño para saber si es un buen candidato para tener un 'PPP'. El error que comete mucha gente, ya no solo con estos animales, es que no tienen en cuenta si su carácter es compatible con el tipo de carácter del perro. Por ejemplo, ahora se ha puesto de moda tenerlo de caza, pero no puedes coger una raza de esas si no te gusta hacer deporte y no lo vas a sacar al monte el tiempo que el animal necesita».

Él, que a pesar de ser alérgico a los perros les dedica su vida a diario, sabe mejor que nadie que estos canes «están mal vistos en la sociedad, pero no por prejuicios ni ideas preconcebidas, sino porque se han dado casos puntuales de mordidas o ataques que, como es normal, hacen que la gente se alarme. Lo que sí que no es cierto es lo que se piensa de que a estos perros se les va la cabeza. No es verdad que tengan más problemas neurológicos que otros; los tumores o las esquizofrenias pueden desarrollarlas todos, sin importar la raza. Pero volvemos a lo mismo: un chihuahua con un problema mental no provoca lo mismo que un perro de este tipo». Pero también hay una segunda imagen real de este tipo de perros que no está tan popularmente extendida «y es que ante todo son nobles y fieles, son animales a los que les encanta que los acaricien, son dependientes de sus dueños y, si algo no son, es listos».

Las lagunas legales

A pesar de que la ley enumera ocho razas como potencialmente peligrosas, para Izquierdo «hay mucha confusión con las características del anexo II del texto legal. Por ejemplo, un bodeguero cumpliría tres de ellas: es de pelo corto, tiene las patas delanteras rectas y un carácter vivo. ¿Entonces entra como raza peligrosa? Pues no. Eso despista mucho a los dueños y puede generar algunos problemas con la Policía». Su Triana, por ejemplo, no es una de las razas establecidas como peligrosas por la ley, «pero cumple las características del anexo y es un 'PPP'. Por eso yo aconsejo a la gente que consulte con algún veterinario o con la Policía Local cualquier duda acerca de si tiene que inscribir a su perro en el censo y sacarse la licencia».

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