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El Gobierno regional planea un nuevo desplante a la reforma educativa aprobada por el Ministerio. La Consejería de Educación, según el último borrador de instrucciones que ha remitido a libreros y editores, no tiene intención de renovar los libros de texto (gratuitos) que utilizarán el ... próximo curso los estudiantes de 5º de Primaria y de 1º de la ESO para adaptar los contenidos a la Lomloe. Los estudiantes de esos dos cursos seguirían utilizando los libros con el currículo antiguo, sin tener en consideración las destacadas novedades introducidas por la ley educativa.
El borrador de la Consejería especifica qué se hará en cada curso de Primaria y Secundaria con respecto a los libros de texto para el próximo año académico, que es diferente en cada nivel porque depende de dos factores: si se trata de un curso impar (en los que entra en vigor la reforma) o par (se implanta en 2024); y si el curso está incluido ya o no en el plan progresivo de implantación del bono libro, que aún no alcanza al 100% de los niveles educativos.
Así, tendrán bonolibro (el cheque para la compra de manuales de texto que reciben todos los alumnos de los cursos a los que les corresponde, independientemente de su renta) los estudiantes de cuarto, quinto y sexto de Primaria y primero y segundo de la ESO. Pero aunque tengan bonolibro, no todos los alumnos de los cursos impares estudiarían con manuales acordes a la reforma. Los de quinto de Primaria y primero de la ESO seguirían con los manuales de la anterior ley, con contenidos ya obsoletos. En cambio los de tercero de Primaria sí tendrán libros adaptados a la Lomloe. La razón hay que buscarla en la antigüedad de los manuales. El sistema de bono se basa en el préstamo: los libros los paga la Administración regional para cuatro años, y solo después se renuevan. Mientras que los de tercero de Primaria estaban ya para cambiar, y se renovarán ya adaptados a la Lomloe, a los de quinto y primero de la ESO les quedaban años de vida útil, y por esa razón Educación ha decidido no renovarlos y mantenerlos a pesar de que los contenidos no se adaptan a la ley. Según reza el borrador, «en los cursos de 4º, 5º y 6º de Primaria y 1 y 2º de la ESO se establece el mantenimiento y la continuidad de los actuales libros de texto impresos y digitales», lo que no es óbice para que esos manuales se complementen después con contenidos de la Lomloe.
Además, se quedarían sin bonolibro miles de estudiantes de tercero de la ESO (a los que, según el plan inicial les correspondía ya) y los de cuarto de la ESO. Esos alumnos solo podrían optar a las becas tradicionales, que se asignan a las rentas más bajas y dejan fuera a quienes superan determinados umbrales de ingresos, que aumentan para que puedan acceder más alumnos. Los requisitos de renta estaban en la última convocatoria un 25% por encima del indicador Iprem, y el plan es elevar ese porcentaje hasta el 37,5%.
Para los libreros y editores, esos planes de Educación suponen un desastre económico, ya que solo los estudiantes de 3º de Primaria renovarán los libros con los bonos. El gremio, que aún confía en que las instrucciones se modifiquen, denunció que «no tiene justificación alguna, menos aún pedagógica, mantener libros de texto obsoletos, que no se adaptan al currículo vigente, en cursos como 5º de Primaria y 1º de la ESO. La Administración murciana estaría incurriendo en prácticas contrarias a la legalidad y en una auténtica vía de hecho, como ya tuvo ocasión de resolver el TSJ de Castilla y León en 2016, cuando lo que debe hacer una administración responsable, en palabras de la referida sentencia es «evitar el efecto sumamente funesto para la educación de los alumnos (...) que supondría la utilización de manuales obsoletos e inadecuados a la programación docente ya vigente».
Para los libreros y editores, «toda recomendación, orientación, instrucción y normativa que se adopte por la Región de Murcia con la finalidad de impedir el cambio de libros de texto por otros adaptados a los nuevos currículos Lomloe, o las decisiones de no autorizar el cambio de materiales, serían ilegales por vulnerar de forma directa la autonomía de los centros y la libertad de cátedra».
La Consejería insistió ayer en que las instrucciones remitidas por la Dirección General de Centros e Infraestructuras a libreros y editores son «un borrador más; no están firmadas ni son las definitivas». Educación ha remitido varios borradores a los sectores implicados, y ayer insistió en que aún no hay una decisión definitiva.
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