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Lunes, 13 de septiembre 2021, 16:28
Ecologistas en Acción presentó al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico una propuesta de franja «renaturalizada» perimetral en el Mar Menor. Se trata de una franja de casi 15.000 hectáreas, en torno al 12 % de la cuenca vertiente, donde se promovería la «renaturalización», limitando la actividad agrícola y urbanística.
El objetivo sería «contribuir a la resolución de la crisis eutrófica en la que se encuentra la laguna salada, que ha sido originada principalmente por los aportes de abonos agrícolas». Una crisis que «se ha hecho de nuevo palpable este verano con la mortandad masiva de peces y crustáceos en sus aguas», según informaron fuentes de la organización ecologista en un comunicado.
Con esta medida, Ecologistas en Acción «busca crear una zona libre de cultivos y de construcciones, consiguiendo así recuperar la vegetación natural y sus funciones ecológicas». Por ejemplo, cita humedales en zonas inundables y matorral propio de la zona en otras áreas, para conseguir frenar de manera eficaz las entradas de abonos y sedimentos a la laguna, además de otros beneficios.
La organización ecologista consideró que las medidas planteadas hasta ahora para limitar la entrada de fertilizantes agrícolas «se han centrado solo en los nitratos, en las aguas del acuífero y en la rambla del Albujón». Sin embargo, lamentó que «no han tenido en cuenta la necesidad de actuar frente a la contaminación difusa y las avenidas, que suponen la entrada principal de sedimentos y fosfatos».
«En el análisis se han estudiado la situación administrativa y los usos de los terrenos cercanos a la laguna salada, intentando conseguir una propuesta coherente y viable», según Ecologistas en Acción que señaló que, entre los criterios que se han seguido para delimitar la franja se observó la red natural de drenaje, las zonas de inundación y las zonas de flujo preferente.
Además, Ecologistas en Acción ha tenido en cuenta que la eutrofización de las aguas requiere de la entrada de nitrógeno y fósforo, y este último «no entra a través de las aguas del acuífero (donde no está presente) sino principalmente a través de los sedimentos en las avenidas».
Una parte importante de la entrada de nutrientes se produce cuando las avenidas arrastran los contaminantes acumulados en la cuenca durante meses o años, y los humedales naturales son los únicos sistemas capaces de reducir los nutrientes arrastrados durante las avenidas. Ninguna obra civil puede superar la comparativa de un análisis de coste/eficacia.
Con esta franja «renaturalizada» perimetral, Ecologistas en Acción pretendió recuperar terreno con funciones de retención de sedimentos y actividad desnitrificadora natural, que son muy eficaces, como se puede observar en la Marina del Carmolí. Asimismo, la franja «renaturalizada» reduciría también los daños por inundaciones, al mejorar la gestión de las zonas inundables y retener una parte del agua y los sedimentos que ahora alcanzan tanto la laguna como las poblaciones del entorno del Mar Menor. «Algo difícil de conseguir con obras de cemento», ha advertido la organización ecologista.
A su juicio, «resulta además imprescindible que en las zonas ya urbanizadas se lleven a cabo medidas de corrección que ayuden a reducir daños por inundaciones y contaminación a la laguna». Tal y como señaló la organización ecologista, el origen del aumento de nutrientes en el Mar Menor «no se encuentra solo en el uso intensivo de fertilizantes y agroquímicos de la industria agrícola, sino que también influyen las técnicas de cultivo».
En este sentido, lamentó que se ha abandonado el paisaje de secano, que tenía dos elementos importantes: los aterrazamientos y lindes con vegetación que favorecían la retención del agua de lluvia y evitaban la erosión; y los humedales en la zona final de las ramblas que actuaban de freno natural a los sedimentos y nutrientes.
En lugar de secano, el actual paisaje de inmensas fincas de decenas o cientos de hectáreas allanadas «diseñadas para evacuar el agua de lluvia con rapidez» ha propiciado «el aumento de las escorrentías y su capacidad de erosionar y arrastrar tierras de cultivo cargadas de nitratos y fosfatos», añadió.
Por todo ello, para Ecologistas en Acción «es muy importante recuperar en todo el Campo de Cartagena la estructura y funciones de la red natural de ramblas y zonas inundables, las medidas agroambientales de retención de suelo y nutrientes, y una franja renaturalizada final que evite la contaminación y la colmatación de la laguna, así como daños a la población».
El portavoz de Ecologistas en Acción de la Región Murciana, Pedro Luengo, señaló que «la propuesta de franja 'renaturalizada' se establecería en un área perimetral que supone entorno al 12 % de la cuenca vertiente, donde las limitaciones a la actividad agrícola y urbanística serían las más restrictivas, y en la que primaría la 'renaturalización' y recuperación de funciones de retención de suelos y nutrientes». La propuesta identificó, además, unas 3.000 hectáreas de terreno no protegido y no urbanizado que pueden formar parte de un programa de adquisición pública para recuperar humedales».
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