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Ascensión Carrillo. J. A. Moreno
«Lo más doloroso era imponer multas, porque conozco a todos mis vecinos»

«Lo más doloroso era imponer multas, porque conozco a todos mis vecinos»

Ascensión Carrillo Ramírez es juez de Paz de Ulea

Jesús Yelo

Martes, 2 de abril 2019, 07:51

Ascensión Carrillo Ramírez (Ulea, 1944), casada y madre de tres hijos, es de esas luchadoras y trabajadoras que hacen falta en muchos sitios. Huérfana de padre a los cinco años y con estudios primarios, comenzó a trabajar desde muy joven en una fábrica de frutas; en 1965 se marchó a Suiza y estuvo contratada en una fábrica de nailon. Cuando regresó a España se enganchó en la cooperativa de frutas de su pueblo. En los últimos veinticinco años viene desempeñando un papel fundamental en la vida social y cultural de Ulea. Fue concejal en la legislatura 1991-1995, con el PP; es la presidenta desde hace más de dos décadas de la Junta Local contra el Cáncer y desde el 23 de julio de 2002 ocupa el cargo de juez de Paz. Afirma que es la mujer con mayor edad en presidir un juzgado de esas características.

-¿Qué principales funciones realiza hoy día un juez de Paz?

-Por ejemplo, actos de conciliación, mediación entre vecinos y celebrar bodas civiles que cada día están tomando más auge.

-¿Qué le llevó a aceptar el cargo y por qué?

-Primero porque el alcalde de entonces, José Bolarín, me lo propuso y a mí me gustó la idea. Es algo que tengo como vocación, trabajar en beneficio de los ciudadanos de mi pueblo.

-¿Es vocacional esta labor?

-Sí, porque quien coge un cargo de esta índole lo hace por vocación hacia los demás y porque le gusta trabajar para mejorar la vida de sus conciudadanos.

-¿Es Ulea un pueblo tranquilo?

-Bastante, la verdad. Los pocos problemas que tenemos se solucionan mayoritariamente en este juzgado y si no es así, pues para eso están los juzgados de mayor instancia a los que acudir.

-¿Ha recibido en alguna ocasión presiones para que un asunto no fuera a mayores?

-No. Nunca he sido presionada por nadie en los diecisiete años que llevo ejerciendo el cargo.

-¿Cuál ha sido la decisión más gratificante que ha tomado desde que ocupa el puesto?

-A mí me gratifica en general todo el trabajo, principalmente cuando soluciono algún problema entre vecinos. Pero en particular, cuando tomé posesión había muchos volúmenes de libros del Registro Civil mal conservados y mi gran satisfacción fue lograr que el Tribunal Superior de Justicia los encuadernara para su mejor conservación.

-¿Y la más triste o dolorosa?

-Cuando celebrábamos juicios de faltas y tenía que imponer sentencias condenatorias e imponer multas, ya que conozco a todos los vecinos.

-¿Alguna anécdota que recuerde?

-Tengo muchas, pero la más gratificante fue cuando conseguí que Ulea acogiera el VII encuentro de Jueces de Paz, el 21 de mayo de 2010.

-¿Se sienten olvidados o marginados los jueces de Paz dentro del sistema español?

-Sí. Realmente la justicia de paz es la marginada u olvidada dentro del sistema español.

-¿Principales necesidades o carencias que tiene la Justicia de Paz?

-Sobre todo la falta de medios empezando por los informáticos. En Ulea no tenemos informatizado el Registro.

-¿Qué características que debe reunir un buen juez de Paz?

-Para mí, debe ser una buena persona, sociable e imparcial, que se preocupe por solucionar los problemas de sus vecinos y ayudarles en todo lo que necesiten.

-¿Un deseo?

-Deseo que todo el mundo viva en paz y armonía. Siempre he pensado en la igualdad entre hombres y mujeres, y lo he practicado a lo largo de mi vida.

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