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Una macroperación conjunta de la Guardia Civil, la Policía Nacional y la Agencia Tributaria ha logrado descabezar una organización que regentaba tres fábricas ilegales de tabaco en Blanca, Alicante y Madrid. Tres puntos estratégicos con los que este entramado llegaba a producir la friolera de 18.000 cigarrillos por minuto. No en vano, la 'Operación Tervel-Centinela', adelantada por LA VERDAD, se ha convertido en uno de los golpes contra el contrabando de tabaco más importantes de la última década.
Hasta 38 presuntos integrantes de esta red han sido arrestados a raíz de unas pesquisas que se prolongaron durante meses y en las que participaron diferentes unidades. Catorce de los supuestos miembros del grupo fueron arrestados durante el registro de la fábrica que éste tenía en Blanca. La banda, según explicaron fuentes ligadas a la investigación, estaba liderada por ciudadanos búlgaros. Haciendo gala de una alta especialización, llegaba a abastecer al mercado negro nacional e internacional con hasta 14 marcas distintas de tabaco falsificado, como Fortuna, Wiston, Chesterfield o L&M.
Los resultados del operativo dejan entrever el alcance de esta organización. Los agentes decomisaron 43.160 kilos de picadura de tabaco y hasta 1.443.000 cajetillas. Un material valorado en más de nueve millones de euros. Incautaron, además, seis vehículos, una cabeza tractora, dos camiones-remolque y diversa maquinaria dispuesta para realizar el proceso completo de fabricación y empaquetado del tabaco.
Los investigadores de estos tres cuerpos trabajaron durante meses para localizar una serie de instalaciones clandestinas que sospechaban estaban vinculadas a la organización criminal. Ésta, explicaron las fuentes, estaba integrada mayoritariamente por ciudadanos búlgaros y ucranianos, varios de ellos con antecedentes por delitos similares.
Una vez localizadas esas supuestas fábricas ilegales, los funcionarios de los tres cuerpos decidieron explotar la operación de forma simultánea. Tal y como avanzó este diario, a finales del pasado mes agentes de la Guardia Civil de Cieza irrumpieron en las instalaciones de una empresa, en el polígono industrial de Blanca, y sorprendieron a catorce presuntos integrantes de la banda -ocho búlgaros y seis ucranianos- en el momento en que manipulaban una gran cantidad de tabaco de contrabando.
En el almacén de Blanca se encontraron 41.840 cajetillas de cigarrillos de distintas marcas, 1.800 kilos de hoja de tabaco picada, y diverso material de fabricación. La fábrica, precisaron las fuentes, se encontraba en pleno funcionamiento y con doble línea de producción.
De forma paralela al golpe en la Región, otros investigadores desplegaron un operativo similar en otro almacén en ciernes que la banda tenía en la localidad alicantina de Albatera. Esta nave estaba totalmente preparada para comenzar a operar. Tanto es así, que ya se encontraban los trabajadores en la fábrica, con toda la maquinaria instalada. Allí se detuvo a otros once presuntos miembros de la red - cinco búlgaros, cinco ucranianos y un ruso-. Se intervino, además la maquinaria y el cartonaje necesario para envasado de cigarrillos de distintas marcas, abundante material de empaquetado, así como 12.960 kilos de hoja de tabaco y picadura, además de varios vehículos.
La actuación más importante cuantitativamente se dio, sin embargo, en la localidad madrileña de Villanueva de Perales donde la banda ocultaba otra fábrica. Los agentes hallaron allí 462.533 cajetillas de cigarrillos ya elaborados, 4.900 kilos de hoja de tabaco picada y el correspondiente material de fabricación. Una docena de personas fueron arrestadas en este enclave. Entre ellos se encontraban los tres presuntos cabecillas de la organización que, explicaron las fuentes, ingresaron en prisión provisional.
Con el desmantelamiento de la estructura en España de esta organización y sus fábricas ilegales, remarcaron las fuentes, se ha logrado evitar un importante perjuicio económico a la Hacienda Pública. Además, se combate la competencia desleal que la actividad ilícita ocasiona a los operadores legalmente establecidos, así como un perjuicio sanitario a los consumidores, dado el nulo control sanitario al que están sometidos los cigarrillos producidos ilegalmente.
Las investigaciones, iniciadas al amparo de la Fiscalía de Elche, se instruyen actualmente en los juzgados de Instrucción de Orihuela, de Cieza, de la localidad madrileña de Navalcarnero y del municipio toledano de Illescas.
La banda, dada su alta especialización, contaba, además de con las fábricas de Blanca, Albatera y Madrid, con varias naves de seguridad. Estos espacios servían para almacenar los materiales y la materia prima hasta el momento en que era necesario su traslado a la cadena de producción en las fábricas. Los agentes encontraron varias naves de este tipo en Illescas (Toledo) y Alcalá de Henares (Madrid). En Illescas se detuvo a la persona que controlaba una de las naves, de nacionalidad búlgara, interviniéndose abundante material de fabricación
La red utilizaba, además, remolques-tráiler para el almacenamiento de cigarrillos. Remolques que mantenían en aparcamientos públicos destinados al estacionamiento de camiones. En uno de ellos, situado en la localidad de Móstoles (Madrid), se intervinieron 500.000 cajetillas y 18.700 kilos de hoja de tabaco picada que se encontraban ocultas en dos remolques.
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