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Radovic, en el partido contra el Unicaja de este domingo.
Victoria prestigiosa ante un rival de Euroliga (79-90)
Baloncesto | Liga endesa

Victoria prestigiosa ante un rival de Euroliga (79-90)

El UCAM se puso por delante en el segundo cuarto y dominó hasta el final

Andrés Egea

Domingo, 28 de febrero 2016, 12:00

El UCAM disputó por fin un gran partido a domicilio en una pista complicada, en la que hasta la fecha solo habían conseguido vencer el Laboral Kutxa y el Barcelona. Al equipo le hacía falta un triunfo de prestigio frente a un rival de Euroliga, aunque no se encuentre precisamente en su mejor momento, sino todo lo contrario. El Unicaja estaba tocado y el conjunto de Fotis Katsikaris lo supo aprovechar para conseguir su primera victoria fuera del Palacio ante un equipo que juega la máxima competición europea y que le había derrotado en sus últimas cinco visitas.

Además, el equipo murciano logró un triunfo que vale su peso en oro. Primero, por la carga positiva de moral que le va a aportar a los jugadores del conjunto murciano; segundo, porque lograron una victoria de prestigio que les mete en el octavo puesto (zona de playoff por el título); y tercero, porque el UCAM supera el average particular con los malagueños (58-60 en la ida). Todo porque el equipo de Katsikaris logró lo que hasta ahora no había conseguido nadie, anotar 90 puntos en el Martín Carpena, justo donde más le duele a los de Joan Plaza, que se precian de ser un gran equipo en defensa.

Las consignas estaban muy claras desde el principio y todas se cumplieron: mantenerse vivo en el primer cuarto que era clave porque los malagueños iban a apretar mucho, mentalidad defensiva y torpedear su defensa desde el perímetro. Así fue pese a que los locales anotaron 27 puntos en el primer cuarto. Casi todo fue perfecto para el UCAM, ya que dominó el rebote (30 logrados de los que 13 fueron en ataque) frente al mejor equipo en capturas ofensivas, dio 19 asistencias (8 de Campazzo), fue eficaz y estuvo concentrado en defensa (sobre todo en el segundo cuarto donde encajó solo 10 puntos); también castigó a su rival desde la línea de tres puntos con 11 canasta de 24 intentadas (45%). Estas vez el guion se cumplió y sin fisuras, ya que a pesar de la mala racha por la que atraviesa su rival, el potencial del Unicaja está fuera de toda discusión. Si a todo esto se le suma que los dos bases, Cabezas (14) y Campazzo (16) marcaron la pauta durante 30 minutos y especialmente en el último cuarto, que el UCAM errase 12 tiros libres de los 33 intentados pasa a un segundo plano. Por cierto, que el base de Marbella logró su primera victoria en Málaga con una camiseta que no es la del Unicaja. Precisamente es al equipo malagueño al que los murcianos han sacado de los ocho primeros puestos.

Fuerte y confiados en dar la sorpresa saltaron los murcianos a la pista. Con una dura defensa castigada con faltas personales, el UCAM logró bloquear el ataque de un rival que se veía superado desde todas las partes de la pista (4-12). El equipo visitante empezaba a jugar como lo suele hacer en el Palacio, aunque en esta ocasión estaba espoleado por poco más de un centenar de sus aficionados, no por 6.000 como cuando lo hace en casa. Pero la intensidad, las ganas y la concentración eran las mismas. Pero su rival se jugaba mucho porque, tras quedar apeado en Copa del Rey y casi descartado en la Euroliga, solo le quedaba agarrarse a la Liga Endesa.

Eso fue lo que le permitió engancharse al partido y superar a los murcianos por 27-23 pese a los intentos de Antelo que, con 10 puntos, permitía a los suyos seguir en el partido. Katsikaris tenía dos contratiempos y uno de ellos al final le fue favorable. Campazzo cometió muy rápido sus dos primeras faltas y se tuvo que ir al banquillo. Pozo después le ocurría lo mismo a Lishchuk, que saltó de inicio. A la postre, al base argentino le vendría bien, ya que estuvo fresco en el último cuarto y, junto a Carlos Cabezas, dinamitaron el partido y fueron claves en la victoria final. Pero entonces no se sabía lo que iba a suceder y los problemas parecían aparecer.

Asoma Kelati

Pero el que apareció fue Thomas Kelati, que comenzó a anotar con facilidad desde el exterior y a darle alas a su equipo. Sus puntos y los de Radovic mantuvieron al UCAM en el partido para empezar a reventarlo posteriormente con la ayuda de Cabezas y Faverani. Pero la clave estuvo en la defensa de este segundo cuarto y el atasco ofensivo de su oponente, que, tras el empate a 37, se fue del choque. Estuvo casi tres minutos sin anotar y eso, a diferencia de lo que venía ocurriendo últimamente, lo aprovechó el conjunto de Katsikaris para irse al descanso con ventaja tras un 0-7 de parcial en 2:50. Los visitantes dominaban a los locales y solo su 7 de 15 en tiros libres les impedía marcar una ventaja aún más considerable.

Tras el descanso, el UCAM llegó a marcar una máxima ventaja de 10 puntos, 53-63, merced a los triples de Rojas, que hizo tres. Fue vital que solo Jackson anotase en el Unicaja y que lo hiciera desde el tiro libre, pero también que los malagueños nunca tuvieran una posesión para empatar o superar a los de Katsikaris en el marcador. Los murcianos marcaban el ritmo y aunque el Unicaja hacía la goma en el marcador en un intento por acercarse, su juego era tan inestable como irregular. Además, el rebote estaba equilibrado o inclinado ligeramente a favor del UCAM y los triples del rival no estaban entrando. Llegaba el equipo murciano a la parte decisiva del choque con seis puntos de renta, la cual no parecía decisiva, pero sí lo sería que los dos bases llegaran a la recta final tan frescos como para disputar juntos la mayoría de los minutos sin estar al borde de la eliminaciónbasket control.

Suárez y Nelson colocaron a su equipo a solo dos puntos (65-67), pero después de haber fallado un triple, Cabezas se atrevió con otro que sí convirtió y ese fue el principio del final del Unicaja. El marbellí atesoró la confianza que hasta el momento había tenido con cuentagotas y dinamitó el partido. Entre él y su compañero Campazzo convirtieron 19 de los 23 puntos de su equipo en el último cuarto. El recital de los dos bases fue espectacular y en ningún momento el Unicaja supo cómo cortar la sangría. Cabezas pidió el balón y cada vez que le hacían falta, castigaba al rival con dos puntos desde el tiro libre, así fue como se fue a los 11 puntos solo en el último cuarto. Su triple para irse 65-70 arriba fue fundamental porque eso hizo dudar al rival, precipitarse en ataque y darle al UCAM la opción de manejar el tiempo del partido hasta el final.

En los malagueños la desesperación fue tal que trataron de resolver de forma individual el partido e intentaron, a base de faltas personales, cortar el ritmo de un rival que estaba totalmente desmelenado y confiado en el triunfo. El quipo de Katsikaris no vio peligrar el triunfo durante la recta final, ni tan siquiera el average, pues tenía que ganar por más de dos puntos y desde que faltaban 8 minutos para el final no solo los tuvo en el bolsillo, sino que los fue incrementando hasta que los colegiados dieron por finalizado el choque.

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