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Kike Boned, en el centro con su hijo en brazos, posa con los jugadores de ElPozo y los invitados a su homenaje, ayer, en el Palacio de Deportes.
Larga vida a Kike Boned, el eterno capitán
FÚTBOL SALA

Larga vida a Kike Boned, el eterno capitán

El exjugador de ElPozo, aclamado como un héroe en el Palacio. Un gol suyo cerró el marcador en su homenaje

JUAN ANTONIO CALVO

Viernes, 1 de mayo 2015, 02:35

El de anoche fue el clásico partido en que lo que menos importaba era el juego y el resultado. Lo realmente atractivo era volver a ver a Kike Boned unos cuantos meses después de su retirada y a sus compañeros de equipo, otrora jugadores que escribieron algunas de las mejores páginas de la historia de ElPozo, algunos peinando ya canas y un poco más entrados en carnes que cuando jugaban, pero que mantuvieron muchos de ellos -Paulo Roberto, sobre todo- una envidiable forma que les hizo poner en más de un aprieto a los actuales jugadores de ElPozo, mucho más jóvenes y, por lo tanto, más en forma que sus rivales, muchos de los cuales ya eran figuras cuando ellos apenas si habían comenzado a dar patadas al balón.

Como era lógico, el triunfo fue siempre sonriendo a ElPozo, sobre todo gracias a su fulgurante comienzo, ya que en los primeros minutos ya habían subido tres goles (dos de Gréllo y uno de Raúl Campos) al marcador. Pero ahí se estancó el equipo titular y el cuarto gol tardó en llegar nada menos que quince minutos, cuando faltaba muy poco para el descanso.

La clase de Paulo Roberto

En cambio, las antiguas figuras, bien movidas por Paulo Roberto, que dejó destellos de la clase que tuvo y que aún suelta de vez en cuando para regocijo de los espectadores, estuvieron a punto de marcar en varias ocasiones. Y aún pudieron reducir más la distancia del 4-1 con el que acabó la primera parte si Kike Boned hubiera transformado un penalti al filo del descanso, pero el balón se estrelló en el portero.

En la segunda parte, más de mismo. Dominio en el marcador de los jóvenes, aunque no tanto como cabía suponer, y defensa más que digna de los veteranos, que incluso llegaron a estar a un gol (5-4), precisamente marcado por el homenajeado en medio de una atronadora ovación) y con posibilidades de empatar el partido en los cinco minutos que restaban para el final.

Un final que llegó cuando, según el marcador, restaban cuatro minutos para cumplirse el tiempo reglamentado. Pero era un partido en el que las formalidades no contaban nada y sí el sentimiento de homenajear a quien lo fue todo vistiendo la camiseta de ElPozo.

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