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Un grupo de ingleses se prepara para empezar a rodar, el pasado jueves en el Circuito de Cartagena.
Una mina de dos ruedas
REPORTAJE

Una mina de dos ruedas

Los casi siete mil pilotos que pasarán este año por el Circuito de Cartagena llenarán hoteles y bares incluso en temporada baja

Francisco J. Moya

Domingo, 1 de marzo 2015, 00:03

Está aquí, a diez minutos de la céntrica plaza de España. Los más de 40.000 cartageneros que viven en la zona norte del municipio son perfectamente conscientes de que al lado de sus casas, en ese Circuito de Velocidad de Cartagena que acaba de cumplir sus primeros 20 años de vida, la actividad no para. Es frenética. El ruido de los motores se convierte cada mañana, de 10.00 a 13.00 horas, y cada tarde, de 15.00 a 18.00 horas, en la banda sonora de sus vidas. Uno tiende la ropa y escucha el rugir de las motos. Uno friega el patio y oye cómo braman las máquinas en el trazado situado en El Plan, en la carretera que va de Los Dolores a La Aljorra. En los Molinos Marfagones o La Guía, lugares muy cercanos al Circuito, también saben de qué estamos hablando.

  • Son los días de ocupación prevista del circuito para este año 2015.

  • Es el número de pilotos que pasaron el año pasado por las instalaciones del trazado de El Plan.

  • Cada piloto amateur que pisa el trazado deja 250 euros diarios (de media) en el municipio.

  • Son los pilotos de Moto 2 que se entrenan cada semana en el circuito de Cartagena. Aquí tienen su sede permanente Jesko Raffin, Axel Pons, Edgar Pons, Luis Salom y Álex Rins.

  • Son los años de vida que cumplió el Circuito el pasado mes de noviembre. En 2009, fue remodelado casi de manera integral.

El Circuito es parte de la vida de la ciudad. Es oro puro para los hosteleros y los hoteleros. Es una mina, sobre todo en invierno, cuando las reservas escasean y los que vienen a rodar con sus motos llenan las habitaciones de unos hoteles que sin estos pilotos (casi todos no profesionales) estarán casi vacíos. El Circuito de Cartagena resulta tan estimulante para los ingresos del sector servicios durante la temporada invernal como lo es la actividad 'futbolera' del complejo Pinatar Arena para el municipio de San Pedro del Pinatar. O la de La Manga Club para toda la zona de Los Belones y la ribera sur del Mar Menor.

Sin embargo, a pesar de todo, el Circuito es el gran olvidado del deporte cartagenero. No sale en los medios. Muchos cartageneros no lo han pisado ni una sola vez en toda su vida. Es como si no existiera. Se oye, pero no se ve. Ahí va un ejemplo muy sintomático. Hace un mes, cuando el consejero de Turismo de la Comunidad Autónoma, Juan Carlos Ruiz, visitó por vez primera las instalaciones del trazado cartagenero, acabó alucinado. Él pensaba que lo que había en ese vasto solar de El Plan era un pequeño circuito de karting. Y cuando se dio cuenta de que estaba pisando «un circuito de verdad», no dio crédito.

No siempre fue así, pero en los últimos tiempos las instituciones públicas se han volcado por fin en la ayuda, conservación y promoción de una instalación por la que pasan casi siete mil pilotos al año. Los más numerosos son los británicos, seguidos de alemanes, holandeses, italianos, belgas y franceses. En los últimos años, ha aumentado la llegada de pilotos de Noruega, Suecia, Rusia y Ucrania. Los españoles son minoría, aunque los rectores del circuito mantienen desde hace años un convenio con el expiloto local Miguel Ángel Castilla, quien tiene allí la sede de su escuela. También utiliza estas instalaciones muy a menudo Chicho Lorenzo, padre de Jorge Lorenzo, quien trae hasta Cartagena a los niños de su escuela de pilotaje. Aquí aprenden mucho. Y rápido.

Todo lleno

¿Qué tipo de gente visita el trazado de Cartagena? «La mayoría de los 7.000 que pasan por aquí cada año son aficionados. Estamos muy volcados en un turismo deportivo que generó en el último ejercicio 24.000 pernoctaciones en establecimientos hoteleros de la zona. Estamos hablando que desde el pasado 8 de enero, y hasta esta semana, un hotel de Cartagena [el NH Campo] ha estado al completo gracias a los pilotos y acompañantes que vienen a rodar a nuestro circuito», contesta Juanjo Ríos, director del trazado cartagenero. Arturo Cifuentes, Modesto Conesa, Leticia Conesa, Loli García y Markus Profus completan un equipo liderado por José Miguel Martínez Castejón, presidente del Circuito.

«Hablamos de grupos de amigos, locos por el motociclismo, que vienen a dejarse su dinero aquí. No son profesionales, pero aman este deporte. En España no hay tanta afición ni es tan habitual. Sin embargo, sí que hay mucha tradición fuera de nuestras fronteras. Se trata de gente veterana, con poder adquisitivo, y que aprovecha nuestro buen clima para pasar sus vacaciones aquí, rodando cada día en nuestro circuito. Se gastan a diario, de media, unos 250 euros», añade Ríos.

No obstante, el dato del que más presumen los dirigentes del Circuito de Cartagena es el de ocupación de sus instalaciones. 220 de los 365 días del año hay actividad allí, algo que no pasa en casi ningún otro circuito del país. Las razones de este espectacular dato son tres: el benigno clima cartagenero, el elevado nivel técnico del trazado y la abundancia de hoteles de todos los tipos, estrellas y precios en 30 kilómetros a la redonda.

Trazado muy técnico

«Jugamos con ventaja con respecto a la competencia en el asunto del clima. Con lluvia no se puede rodar. Y aquí no llueve. Además, en invierno tenemos un sol maravilloso que atrae a pilotos de toda Europa que en sus países están congelados por el frío y por la nieve», explica Ríos. Además, «nuestro circuito es de gran dificultad técnica y todo el que lo conoce, quiere repetir. Algunos dicen que es un trazado ratonero, pero la realidad es que los pilotos disfrutan un montón y los más jóvenes aprenden mucho aquí», indica.

Es el caso de los cinco pilotos de Moto 2 que han convertido el trazado cartagenero en su sede permanente de entrenamientos de invierno. Aquí preparan su temporada el suizo Jesko Raffin y los españoles Luis Salom, Álex Rins, Álex Pons y Edgar Pons, los dos últimos hijos del legendario piloto catalán Sito Pons, dos veces campeón del mundo de 250 cc.

«Todos llevan publicidad nuestra en el casco y pasean el nombre de Cartagena por todos los circuitos del planeta. Hay que recordar que las audiencias televisivas del Mundial de motociclismo son millonarias. Además, los cinco participan en todas las actividades solidarias o actos con niños que organizamos aquí y se involucran en nuestro día a día. Para ellos, Cartagena es una especie de centro de alto rendimiento. Y están muy contentos, ya que desde que entrenan aquí todos han mejorado muchísimo sus tiempos. Salom y Axel Pons han estado entre los mejores en los entrenamientos de este invierno en Jerez», cuenta Ríos.

El único lunar está en la ausencia de competiciones. En Cartagena llevamos ya muchos años sin vivir un fin de semana de motos. De motos de nivel, claro. Pero es que los presupuestos de los campeonatos se han disparado y los precios que se pagan por ahí son absolutamente prohibitivos para los dirigentes del Circuito de Cartagena. Por ejemplo, traer el Mundial de Superbikes cuesta 2,5 millones de euros. Y el Campeonato de España de Velocidad (CEV) llega a Albacete, Navarra y Aragón. Pero aquí no viene. No hay dinero para traerlo.

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