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Salvador Lax y su hermano José con una de sus equipaciones de árbitro. :: la verdad
Sangre de árbitro en las venas

Sangre de árbitro en las venas

«El apoyo de nuestra madre ha sido vital; nuestro padre nos ha ayudado desde el cielo», dicen los hermanos, colegiados recién ascendidos a Segunda B y Tercera

JUAN ANTONIO CALVO

Lunes, 23 de junio 2014, 01:18

Que dos hermanos asciendan a la vez no es muy normal en el mundo del arbitraje. Pero los Lax Franco lo han conseguido. Salvador (23 años) ha subido hace unos días a Segunda B ocupando un excelente puesto en la lista final del curso de ascenso del Comité Nacional. Su hermano José (21 años) será el año próximo nuevo árbitro en la Tercera murciana. «Mi ascenso ha sido un sueño largamente acariciado, un sueño y un objetivo que parecía imposible de alcanzar hace unos años -explica Salvador-. Ahora viene lo más difícil: mantenerse en la categoría».

Ambos hermanos comenzaron en el arbitraje cuando tenían 15 años: «A mí me atrajo al arbitraje un compañero de clase; yo jugaba al fútbol y quise probar en el arbitraje. Esto me enganchó y poco a poco me fue gustando. Esto era cuando tenía 15 años, por lo que llevo ocho año en esto», explica Salvador.

«Yo llegué a este mundillo a través de mi hermano, un par de años mayor que yo -explica José- y seguí sus pasos, categoría a categoría, hasta ahora que acabo de llegar a Tercera. También comencé con 15 años y ahora mismo soy uno de los dos o tres más jóvenes de Tercera».

Ambos coinciden en que el Comité Murciano está demostrando la excelente preparación de sus integrantes. Salvador lo explica: «Eso se lo debemos al buen trabajo que están desarrollando en el Comité tanto Javi como, sobre todo, Toni, que es el que se encarga de los exámenes y que nos exige mucho. Eso luego se nota cuando vas a los cursos nacionales».

Ahora va a llegar lo más difícil todavía: «Subir es complicado, pero mantenerse lo es aún más. Ese va a ser el objetivo a partir de ahora», profetiza Salvador.

Ambos tienen como principal hincha y seguidora a su madre: «Ha sido siempre nuestro gran apoyo y la que nos ha animado siempre. Es una madre muy protectora porque nos quedemos sin padre siendo muy jóvenes y él nos ha guiado desde el cielo», dice José. «Yo sé que la primera llamada cuando acaba el partido es la de mi madre para preguntarme qué tal me ha ido el encuentro. Sufre mucho por nosotros, pero solamente nos ha venido a ver un par de veces a cada uno».

Ahora tiene al fin la recompensa de ver a sus dos hijos como árbitros en categoría nacional.

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