![Dumoulin, un rojo que atrae tiburones](https://s2.ppllstatics.com/laverdad/www/pre2017/multimedia/RC/201509/09/media/cortadas/dumoulin-vuelta--575x323.jpg)
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COLPISA
Miércoles, 9 de septiembre 2015, 01:47
No se puede decir que la Vuelta a España, la general, se haya quedado como estaba, porque no sería cierto, pero sí es verdad que la contrarreloj de Burgos no ha dejado la carrera sentenciada, ni tampoco los nueves finales en alto que ha pasado la prueba. Con tres segundos de ventaja entre Dumoulin y Fabio Aru, con Purito en tercera posición, a 1:15, por citar al podio actual de la prueba, lo que pueda pasar en los próximos días es una incógnita.
Dumoulin está de rojo, pero tiene muchos tiburones a su lado, -aunque en este caso no Nibali-, y ese color atrae muchos a los escualos, en este caso a corredores que siguen manteniendo alguna aspiración por meterse en el podio, en esa batalla por subir posiciones en la general que nunca se sabe como puede terminar debido a los intereses que hay en juego.
La sorpresa en Burgos no es que Dumoluin ganase en los 38,7 kilómetros de la contrarreloj que tenía la prueba, a una media horaria de 50,604 kilómetros por hora. Lo más llamativo es que Fabio Aru sólo perdiese 1:53 y estuviese tan cerca del holandés. Purito confesaba que esperaba perder un minuto menos de lo que perdió, 3:06. También Valverde y Nairo Quintana lo hicieron muy bien, pero su Vuelta a España llegaba ya lastrada a Burgos.
Con un estado de cansancio generalizado, con 2.693 kilómetros encima, el corredor o equipo que tenga alguna reserva puede hacer mucho daño. Será cuestión de evaluar hasta que límite se puede llevar el riesgo. La contrarreloj, con una distancia importante, resultó un festival para Tom Dumoulin, que llegaba después de seis intensos de pasar montañas, con lo que eso supone a nivel de desarrollos y de desgaste, y no defraudó.
Fue el mejor en todos los pasos intermedios, con unas diferencia llamativas, que le permitían aventajar en 44 segundos a Aru en los primeros 13,5 kilómetros, mientras que Purito perdía 1:11, lo que anunciaba los tiempos finales para el líder de Katusha, al que las largas rectas que tenía por delante se le iba a atragantar. Purito, por fortuna, es como es y a los 36 años no va a cambiar su condiciones físicas.
Aru, gran final
Comentó al final que más que en el llano, donde tuvo más problemas fue en las subidas, en las que no conseguía mantener su ritmo. Valverde y Quintana lo hacían muy bien, perdían 28 y 41 segundos, mientras que Rafal Majka era otro al que se le acabarían atragantando la contrarreloj. Cedía un minuto.
Dumoulin, desde la salida, demostró las diferencias que hay entre un especialista y un corredor normal: la forma de acoplarse a la bicicleta, de rodar, de tomar la curvas y salir de ellas lanzado, el conseguir mantener siempre la misma velocidad, regulando perfectamente los tiempos. Era un contrarrelojista rodeado de escaladores, de diferente tipo, ante los que no se arrugó en la montaña y frente a quienes debía de ofrecer un recital en la contrarreloj. El segundo paso intermedio no hacía más que refrendar lo que se había visto en los primeros veintisiete kilómetros.
Dumoulin no aflojaba, era capaz de seguir moviendo unos desarrollos sólo al alcance de un corredor de 1.86 de estatura y de 71 kilos de peso, aunque ese último dato ahora estará desfasado puesto que el invierno pasado comenzó a trabajar más en montaña y ya se han visto los resultados, al menos en la montaña de la Vuelta a España, que no tiene nada que ver con la del Giro, ni con la del Tour de Francia.
Aru cedía 1:44, lo que quiere decir que en los once kilómetros finales sólo perdió nueve segundos, en un terreno que le era más favorable a él, con la subida a El Castillo y la larga bajada hasta la meta. Purito estaba en los 2:38 perdidos y Majka, en 2:19. Tanto Valverde como Nairo Quintana seguían manteniendo su gran nivel y perdían 1:05 y 1:28.
Dumoulin acusó el tramo final, que de haber sido llano si le hubiese permitido dejar la carrera sentenciada. No se puede decir que se haya visto una contrarreloj de sorpresas, salvo con Aru, que continúa creciendo a todos los niveles y llama a gritos a las puertas de una victoria en una grande.
Purito Rodríguez está en el podio, tiene una ventaja importante sobre Rafal Majka, dos minutos con respecto a Valverde y 1:39 con Nairo Quintana. No será fácil para él tomar una decisión: conformarse con el podio, volver a estar en un cajón que ya conoce de otras ocasiones o buscar la victoria, sacar partido de lo que puedan hacer Aru y Dumoulin, mejor dicho el italiano. Las diferencias les permiten a los tres primeros vigilarse entre ellos, algo que no le vale a Movistar, ni a Majka, ni a Chaves, ni a Dani Moreno, ni incluso a Mikel Nieve.
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