

Secciones
Servicios
Destacamos
Catedrático de Historia Económica en la Universidad de Murcia, José Miguel Martínez Carrión lleva décadas narrando la historia de España en centímetros: fue pionero ... en la investigación de la historia antropométrica, que estudia las relaciones entre el crecimiento económico y el bienestar humano a través de la estatura de las sociedades. Ha participado (con los investigadores Antonio David Cámara y Begoña Candela) en el estudio publicado en SSM-Health Population sobre la talla de los nacidos en España, que revela que el impacto de la clase social en la salud –los universitarios son 3 centímetros más altos que los 'sin estudios'– se sostiene en pleno siglo XXI, y apunta que el crecimiento de los españoles se ha estancado.
–La investigación que acaban de publicar revela que los universitarios españoles miden 3 centímetros más que los que solo tienen estudios primarios. ¿Es el efecto de las desigualdades en la alimentación y la salud?
–La altura es un buen indicador del nivel de vida, y registra los cambios que se producen en el bienestar humano; de algún modo revela el estado nutricional de las sociedades. El pediatra e investigador británico James Tanner sostenía que la altura es 'el espejo de la condición de la sociedad'.
-3 centímetros son décadas de desarrollo en una sociedad...
–3 centímetros de diferencia entre los universitarios y quienes tienen estudios primarios es la expresión de desiguales inversiones en salud y diferentes rendimientos. Esos 3 centímetros reflejan la desigualdad del estatus socioeconómico en renta y acceso a salud y educación. Los ricos en promedio han sido más altos que los pobres porque siempre han disfrutado de más recursos. Y eso se mantiene; aunque las diferencias se aminoran en los últimos tiempos, persiste la desigualdad.
–Habían realizado otros estudios partiendo de las fichas de reclutamiento; este es el primero que incluye a las mujeres...
–Teníamos mucha información de los datos de reclutamientos, pero en esas fuentes no están las mujeres, había un sesgo de género. A partir de 1987 tenemos los datos de las Encuestas Nacionales de Salud. Hemos trabajado con cohortes nacidas en los años 40 hasta 1994. Hicimos una clasificación de los grupos poblacionales atendiendo a sus estudios (primarios, secundarios y universitarios y sin estudios), y comprobamos que la altura crecía en todos, de forma significativa, como consecuencia del desarrollo que vivió España a partir de los 60 y la consolidación del estado de bienestar. Pero vimos que persistía la desigualdad al final del periodo. En menor grado que al comienzo, pero persiste. Ha habido un proceso de aminoramiento de la desigualdad, pero todavía en el último tramo de los nacidos a principios de los 90 sigue siendo decisiva.
INFORMACIÓN
–Pensaban a priori que no sería así, que el estado de bienestar habría igualado la talla de los españoles independientemente de sus estudios o procedencia.
–Nuestra hipótesis era que el estado de bienestar en España, que aunque se cimentó muy tarde fue muy intenso, iba a arrojar una menor desigualdad. Sin embargo, todavía persiste, lo que significa que hay margen de actuación para las políticas públicas. Hemos avanzado, hemos crecido, pero hay margen para intervenir en políticas de mayor equidad. Los universitarios siguen siendo más altos, como lo eran hace 60 años, y los 'sin estudios' siguen siendo los más bajos, como lo eran hace cuarenta años. En los años 40 las diferencias entre unos y otros eran de 5 centímetros, y ahora son de 3. Los de abajo han avanzado, pero no lo suficiente para tener el nivel de vida y salud de los universitarios.
–Los hombres nacidos en los años 80 son 5 centímetros más altos que los nacidos en los años 40. En las mujeres, ese crecimiento solo alcanza los 2 centímetros. ¿Por qué?
–En las sociedades del XIX en las que el hombre era el 'jefe' de la familia, todos los recursos y los nutrientes iban destinados al alimento de los niños y del padre, y dentro del hogar había cierta desigualdad. El dimorfismo sexual, que mide la diferencia de alturas entre hombres y mujeres, ha aumentado en las últimas décadas. Los hombres han aumentado más la talla que las mujeres. Hay teorías que señalan que la talla del hombre es más sensible a los cambios ambientales. Las mujeres son más resilientes a los cambios, y eso se prueba también en su mayor esperanza de vida.
–¿La estatura es una cuestión de nutrición y salud?
–Que los universitarios actuales sean 3 centímetros más altos significa que ha habido un proceso de inversión intergeneracional a lo largo de las últimas décadas que pone de manifiesto que la inversión en salud y educación tiene un desarrollo no solo en logros cognitivos y mejoras salariales, sino también en condiciones físicas.
–Otro dato del estudio que llama la atención es el que destaca que la talla, tras un crecimiento sostenido, se estancó e incluso descendió en los nacidos en los años 90.
–El estancamiento es una cuestión que nos preocupa. El estudio demuestra que la altura había crecido 5 centímetros en seis décadas en los hombres, y 2 o 3 entre las mujeres. Al final del periodo ha habido un aplanamiento. Los datos nos dicen que hemos dejado de crecer, un hecho que se manifiesta en mayor grado en las mujeres, cuya talla disminuye, que en los hombres. Incluso comprobamos que disminuye en la última cohorte estudiada, la de los nacidos en 1990-94. No esperábamos que la altura se detuviera abruptamente, sino que se desacelerara, esperábamos que siguiera creciendo, porque todavía hay margen. Los holandeses, que son los más altos del mundo, tienen un promedio de 1,84, y los españoles de 1,76. La sorpresa por el aplanamiento es relativa; en Europa del Norte desde los años 80 la altura se ha detenido, en Noruega, Suiza, Holanda, Suecia... Hay que seguir trabajando con nuevos datos, porque hay que pensar que en España hemos sufrido más que otros el impacto de la gran recesión, y puede que tenga relación. También hay que tener en cuenta el techo biológico, porque no podemos estar creciendo eternamente. Los estilos de vida tienen influencia, y la nutrición ha cambiado. Hemos eliminado elementos típicos de la dieta mediterránea, comemos más grasas, proteína de menos calidad. Entre las hipótesis que se barajan también hemos visto en otros estudios el descenso del consumo de la leche. Si superpones las series promedio de la talla con las de consumo de leche per cápita de los españoles casan perfectamente. Desde los años 50 a los años 90 hay un incremento constante del consumo de leche que se ha frenado. La obesidad también puede ser un elemento que influya negativamente.
RESULTADOS
–¿Cuándo paramos de crecer?
–El estancamiento se produce en la última cohorte. Los 176 centímetros del hombre se consiguieron en los años 80, y se mantienen a principios de los 90. Si se reproduce la misma tasa es que nos hemos estancado. En el caso de la mujer, no solo se estanca, sino que baja ligeramente. Pero para decir que hemos dejado de crecer hay que esperar nuevos datos y más investigación. Los holandeses sí lo han hecho y llevan así 20 años. Nosotros solo llevamos 5 años estancados en 1,76 en el hombre y 1,63 en la mujer, que llegó a medir más en los años 80.
–Estudió los efectos de la autarquía del franquismo en la estatura media; los resultados son demoledores...
–Hice un estudio comparando la altura de holandeses y españoles en los últimos 150 años. En el punto de partida, en tiempos de Isabel II, los holandeses eran casi tan bajos como los españoles, medían 1,64-1,65, y los españoles 1,63. Desde mediados del siglo XIX, los holandeses empiezan a crecer y ese crecimiento es sostenido en el largo plazo hasta finales del siglo XX. Los españoles mantenemos una altura estancada hasta que a principios del siglo XX empieza a crecer, pero luego se detiene por la hambruna durante el franquismo; a mediados del siglo XX, las diferencias entre holandeses y españoles llegan a ser de 20 centímetros, cuando habían sido solo de 2. Con lo cual, ¿es genética? claro, hay un componente genético muy importante, pero los cambios ambientales se reflejan en la altura. Generación tras generación hemos ido creciendo porque hemos recibido los efectos de la inversión en salud y alimentación. Los holandeses tenían un modelo de desarrollo más equitativo y sostenible, con cooperativas agrarias, instituciones inclusivas, acceso a los nutrientes... y en España teníamos latifundios, autarquía y hambruna.
–¿El parón en el crecimiento puede ser fruto de los malos hábitos en la alimentación, de la recesión?
–Son muchos motivos. Está el techo biológico; no puedes seguir creciendo intensamente como lo hacíamos en las últimas décadas, y es lógico que haya un proceso de ralentización. El tema es que nos hemos frenado en seco. Influyen también los cambios en los estilos de vida, son cohortes que nacen en los 90 y viven su etapa infantil y adolescente hasta 2012, con la crisis de 2008 y los recortes.
–En ese escenario parecen fundamentales los comedores escolares. La Región es la que menos becas de comedor ofrece...
–Mucho, es fundamental. La dieta, cuando es insuficiente supone malnutrición. Las instituciones son básicas, y las políticas públicas condicionan el bienestar y la nutrición. Desde que empezó la crisis, la desigualdad es mayor, y afecta con más intensidad a las rentas más bajas.
PASADO
–Los alumnos vascos tienen todos becas de comedor..
–Y son los más altos de España...
–¿Cómo estamos los murcianos comparados con los vecinos?
–En el promedio de la media española. El contexto ambiental nos favorece, por ahora, siendo una región con rentas promedio relativamente bajas. Pero también tenemos la tasa de obesidad más elevada. ¿Cómo tenemos los niños más obesos cuando disponemos de más horas de luz solar para hacer ejercicio físico que otros?
–¿Cuál es el período crítico en el crecimiento de la talla?
–La infancia es decisiva, más que la adolescencia. Los especialistas hablan de la teoría de los mil días. El ambiente que un niño percibe en los tres primeros años es decisivo. Lo que ocurre en esos años, para bien o para mal, influye en la talla y la salud adulta. La infancia es decisiva, pero la adolescencia, que se plantea como una segunda ventana de oportunidades para el crecimiento, también influye. Durante la hambruna de Franco se retrasó el crecimiento entre los adolescentes. La postguerra fue muy dura y muy larga, hasta 1952 había cartillas de racionamiento, y zonas rurales que sufrieron mucho impacto. Hubo más de medio millón de españoles que murieron por enfermedades asociadas a carencias nutricionales. Los años 40 fueron terribles para la mayor parte de la población española, perdimos altura por malnutrición. Si no hubiera habido Guerra Civil y franquismo, seríamos más altos.
–La nutrición es clave, pero el factor emocional parece que también. Cuenta que las poblaciones blancas del 'apartheid' eran siempre más bajas que sus pares holandeses, pese a ser la élite socioeconómica de Sudáfrica...
–La altura no solo es un indicador del nivel de vida y del estatus social y económico, sino que también desvela aspectos emocionales. Hay estudios que dicen que la altura refleja la influencia del estatus socioeconómico y emocional. La violencia genera tensión, estrés y debilita probablemente, como la enfermedad, en las etapas vitales del crecimiento.
DIFERENCIAS
–¿Afectarán el IPC y la guerra?
–La desigualdad ha aumentado, y cada vez más españoles no alcanzan a final de mes. Eso significa que están obligados a alimentarse con nutrientes baratos. Lo más asequible son las carnes grasas, procesados... Probablemente también se manifieste en la altura.
–Han publicado otro estudio que analiza la altura en relación a los ciclos agrarios
–Es un estudio de población rural del siglo XX que desvela que los que nacen en septiembre y los meses de otoño son más altos que los que nacen en invierno. La hipótesis que barajamos es que en esos meses después del verano las sociedades rurales disponían de más recursos como consecuencia de los ciclos agrarios y de más rentas. El papel de la luz solar también se debe contemplar por sus beneficios potenciales, y buena parte del embarazo ocurre en primavera y verano.
–¿Por qué centró sus estudios de historia económica en la altura?
–Los historiadores económicos analizamos el crecimiento económico y el impacto que genera en el bienestar. Los indicadores al uso eran la renta per cápita, el consumo, la esperanza de vida, la mortalidad infantil... Todos esos registros son brutos, y complicados de encontrar en las sociedades agrarias que no participaban del mercado. Sin embargo, encontramos un registro que empieza a funcionar regularmente desde mediados del siglo XIX, que son los reclutamientos. Las guerras eran frecuentes y el Estado requería de soldados de reclutamientos, y esa fuente de información se encuentra en todos los pueblos a lo largo de los años, e informa de todo: enfermedades, edades, talla, ocupación, nivel de estudios... es un indicador fabuloso. En el año 1982, estudiando los cambios demográficos en las sociedades rurales, comprobé el descenso de la mortalidad desde finales del siglo XIX asociado a las enfermedades digestivo infantiles, y me plantee que podía tener relación con las mejoras de la nutrición. Quise saber más, y comencé a fijarme en la altura como indicador. Empecé así a estudiar la historia de España antropométrica, lo que estoy narrando es la historia de España contada en centímetros. Desde entonces estamos viendo que la altura refleja todos los impactos de los procesos socioeconómicos en el bienestar biológico.
–¿La mayor altura está siempre asociada al crecimiento económico?
–No siempre; en el siglo XIX hay periodos en los que el crecimiento económico se dispara y hay más renta per cápita, salarios, producción... Como eso genera más demanda de trabajo, los niños empiezan a trabajar en las fábricas, y vemos como a la vez que se incrementan las rentas, baja la talla. Los niños que estaban en la fase más crítica de su crecimiento gastaban la energía que su cuerpo necesitaba para crecer en el trabajo.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.