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ÁNGEL ALONSO
YECLA
Miércoles, 11 de marzo 2020, 08:49
Corum, un fondo de inversión francés, demandó a Baraka, sociedad del empresario murciano Trinitario Casanova, por una presunta salida fraudulenta de patrimonio de la constructora Trabis, con sede en Yecla, y que echó la persiana meses después de recibir 14,1 millones de euros. Los franceses invirtieron esa cantidad para adquirir en 2018 las instalaciones de la planta de prefabricados de hormigón que Trabis poseía en la localidad. A cambio, la empresa seguiría su producción en el mismo sitio y pagaría un alquiler mensual por su utilización.
El acuerdo con el fondo de inversión le dio liquidez a Baraka, pero no lo utilizó para aumentar la producción o ampliar el negocio. Los gestores decidieron repartir un dividendo por valor de diez millones de euros. El dinero se fue a quienes en ese momento eran sus socios, Baraka CG y Barak GI.
Una manera de descapitalizar a la sociedad antes de que meses después se declarara en estado de insolvencia, según la denuncia presentada por los letrados de Corum, que acusan de una trama fraudulenta para desviar el dinero en perjuicio de los acreedores. Tras declararse en preconcurso de acreedores, Trabis fue traspasada a una persona física y salió del Grupo Baraka. Desde Baraka aseguran que fue antes de esa venta cuando se repartió parte del dinero de la operación con Corum. El grupo señaló a LA VERDAD que «la mercantil informó en sus cuentas anuales sobre el dividendo y, además, el auditor externo aplicó procedimientos específicos que corroboraron que el dividendo cumplió con la legalidad y requisitos establecidos en la normativa», aseguraron.
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