La Consejería alerta de los graves destrozos de la 'autovía del bancal'

«El Gobierno regional no está dispuesto a admitir una obra defectuosa y por eso anuncia que va a ser implacable en la búsqueda de los motivos de los desperfectos y en la determinación de las responsabilidades jurídicas, administrativas y económicas» que pudieran derivarse de esas investigaciones, sostiene la Consejería de Fomento, para la cual una obra que se considera joven presenta una evolución negativa que es completamente inusual.

La Consejería ha encargado al Laboratorio de Carreteras un estudio exhaustivo de las causas del deterioro del tramo San Javier-Zeneta, de la autovía RM-1, y así poder determinar las posibles responsabilidades de la constructora, que además se encargó de la redacción del proyecto. Dicho estudio viene motivado porque los desperfectos iniciales detectados en la autovía, «han evolucionado desproporcionadamente a raíz de las lluvias torrenciales de septiembre». Este tramo tiene pendiente su continuidad hasta Santomera, que lo ejecutará la Consejería con cargo al presupuesto del Ministerio de Transportes y Movilidad, con el que firmó un convenio.

El consejero José Ramón Díez de Revenga explicó que el primer punto de cualquier infraestructura que se construya «es que mantenga su estabilidad geométrica, y en esta autovía se están produciendo unas deformaciones y unos desperfectos que son completamente inadmisibles, puesto que apenas han transcurrido diez años desde que fue ejecutada».

Reveló que tras los primeros análisis «tenemos claro que hay agua en circulación por dentro de los terraplenes». «Es inadmisible en cualquier carretera que el agua circule por el interior de los elementos estructurales», recalcó. La Consejería quiere averiguar cuál es el origen de esa circulación de agua, cómo está afectando a la estabilidad geométrica de la infraestructura y cuáles son las medidas correctoras.

La primera medida que se llevó a cabo hace unos meses fue reducir la velocidad en algunos tramos de la vía porque «actualmente no es apta para las velocidades máximas que conlleva el uso de la autovía». La Consejería insiste en que la seguridad «está garantizada siempre y cuando se respeten las señales de velocidad y otras normas, como en cualquier otra carretera».

El tramo entre Zeneta y el puerto es el más deteriorado, con numerosos badenes y hundimientos del firme que obligan a los conductores a extremar las precauciones.

La Consejería ha iniciado una investigación en profundidad en la que analizará todas las causas técnicas que están originando esta situación que se está generalizando en todo el tramo, lo cual hace sospechar que podría ser un «vicio oculto en la ejecución, que da la cara mucho tiempo después de que se termine la obra».

Díez de Revenga apostilló que el Gobierno regional no está dispuesto a admitir una obra defectuosa y por eso anuncia que «va a ser implacable en la búsqueda de los motivos de los desperfectos y en la determinación de las responsabilidades jurídicas, administrativas y económicas que pudieran derivarse de esas investigaciones».