Las comuniones, «un soplo de aire fresco» para los salones de celebraciones

Este acontecimiento supone un gasto importante para las familias murcianas que contratan el banquete en un restaurante, no solo por el coste del menú en sí –ya que la tendencia es la reducción de comensales–, sino por los servicios extra que los establecimientos hosteleros ofrecen para la ocasión, como es el caso de la mesa dulce, el 'photocall', la recena y las actividades de animación, que cada vez están más de moda para garantizar el disfrute de los pequeños de la casa en una fecha tan especial.

«Se están haciendo celebraciones con menos invitados para que las comuniones sean más íntimas y no parezcan una boda. La media está en unos 60 comensales adultos, con menús que incluyen barra libre y rondan los 100 euros por persona. Sin embargo, el precio final del convite sube por todos los servicios que se contratan aparte», explica Saorín, quien calcula que el coste medio total del evento es de 7.000 euros. «El banquete ha ido pasando a un segundo plano, ahora montamos atracciones infantiles que parecen una feria».

Para evitar que la fiesta acabe con mal sabor de boca, desde la Asociación de Consumidores y Usuarios en Red (Consumur) recomiendan firmar un contrato con el restaurante en el que aparezcan detallados todos los servicios con su importe, para que no quede nada en el aire y no haya sorpresas a la hora de pagar la cuenta. Resaltan que hay que cerciorarse de que la decoración floral y las minutas de los menús que adornan las mesas se incluyen en el precio pactado.

El traje de comunión es otra pieza clave para la celebración. En el caso de las niñas, el vestido puede costar 500 euros de media, mientras la ropa para los niños requiere un presupuesto mucho más bajo, que parte de los 100 euros, según detalla Mercedes Cánovas, de Amanecer Nupcial, una tienda de la pedanía murciana de Zarandona especializada en ceremonia y con más de treinta años de historia.

Sobre las tendencias para las pequeñas que hacen la comunión, asegura que el estilo predominante es el romántico, con trajes confeccionados a base de puntillas, encajes y entredoses. Respecto al color, dice que «es raro vender un vestido totalmente blanco, ahora se lleva mucho combinar con colores como el verde aguamarina, el rosa palo y el azul cielo, aunque este año el cobalto se ha puesto de moda y ha destronado a los tonos pasteles».