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ALEXIA SALAS
Miércoles, 1 de abril 2015, 02:10
La subida de las temperaturas de los últimos días ha sido como las burbujas del champán turístico. Las reservas hoteleras en la costa murciana se animaron al calor del sol veraniego que reinó hasta ayer, y que hizo decidirse a los ciudadanos indecisos que esperan las previsiones del clima para hacer sus planes en estas primeras vacaciones playeras del año. La Semana Santa traerá a partir de hoy una bajada de las temperaturas para acomodarse al inicio de la primavera, con máximas de alrededor de 21 y 25 grados. Se pasará, por tanto, de un calor seco a una masa de aire más húmeda, procedente del Mediterráneo, que propiciará que las máximas desciendan entre 6 y 8 grados, en las zonas del interior y entre cuatro y seis en la costa.
«Llenos no estamos, pero el buen tiempo nos está ayudando y se ve algo más de alegría en la llegada de reservas», explicó el presidente de Hostetur, la Asociación de Empresarios Turísticos de la Costa Cálida, Antonio Guillén. Si en 2014 los hoteles superaron en 21 puntos la ocupación de 2013, hasta llegar al 87%, este año podría dar otro salto cuantitativo si el clima no tuerce demasiado los planes. Como siempre, los empresarios se mueven en la incertidumbre de las reservas de última hora, ya convertido en hábito de los turistas del siglo XXI. De momento, solo han cerrado la venta los pocos hoteles que cuentan con las plazas ocupadas del Imserso, pero quien esté hoy trazando su ruta de Semana Santa por la costa mediterránea podrá encontrar plazas sin problemas en el Mar Menor, Águilas o Mazarrón.
Entre hoy e incluso mañana, cuando muchas familias que tengan que cumplir la mitad de la jornada laboral de Jueves Santo, se decidirá el nivel de ocupación. El tiempo soleado ha tenido otro efecto positivo, ya que los hoteles perciben que las reservas se realizan para estancias más largas.
Mejorar la marca de Murcia
Si bien este puente festivo está alentado sobre todo por el turismo nacional, los empresarios tienen en cuenta que la situación de incertidumbre que reina en los países árabes mediterráneos, como Túnez -un claro competidor de la Región por sus amplias playas, precios ajustados y parque hotelero de calidad-, donde se produjo el atentado contra turistas europeos, beneficiará al litoral murciano por el desvío de turistas. «El extremismo provoca animadversión hacia competidores nuestros y hace aumentar el turismo en España, pero no nos engañemos, a quien beneficia principalmente es a las islas Baleares y Canarias, y nosotros solo nos aprovechamos del turismo residual por el efecto 'rebosadero' del que no encuentra plaza en la Costa del Sol o en Alicante», señala Guillén.
¿Cómo dejar de ser segundo plato en el mercado turístico? «Solo se consigue haciendo promoción de la zona, pero sin altibajos ni tonterías ni inventos, porque eso se paga», asegura el portavoz de los hoteleros. La baja difusión de la marca turística murciana hace, según Guillén, «que la señora de cualquier país europeo, cuando va a planificar las vacaciones de su familia, se decida por la Costa del Sol, por la Costa Blanca o por la Costa Brava porque es lo que le suena». Por otro lado, Hostetur considera que «al compararnos con cualquier otro destino, como Gandía por ejemplo, es fácil ver que tenemos un producto único, el Mar Menor, al que no sacamos rendimiento».
Dos mil camas menos
Los empresarios no quieren echar las campanas al vuelo de la recuperación. Esperan ver en el comportamiento de los clientes un síntoma positivo, pero recuerdan que la crisis no ha pasado en balde por el sector murciano: seis hoteles han cerrado sus puertas en los últimos años. En La Manga ya clausuraron el aparthotel Stella Maris, con 86 apartamentos y Rincón Latino, un dos estrellas. La oferta hotelera perdió también las 28 habitaciones del hotel Dos Mares y, con mayor impacto negativo, el 'Titanic' de La Manga, el Doblemar, que cumplirá el próximo verano su segunda temporada sin servicio, lo que suponen mil camas menos en el mayor enclave turístico de la Región. Hostetur confirma que en abril cerrará además el hotel Daniyac, con más de 200 camas, que pasan a manos de una entidad bancaria.
En Los Alcázares, años después del cierre del hotel Corzo, se espera la apertura próxima del hotel de lujo que el 'caso Ninette' dejó clausurado en el centro del casco urbano. El juzgado tiene casi ultimado el alquiler a un grupo hotelero que podría ponerlo en funcionamiento antes del verano. Otro hotel en Los Narejos permanece terminado pero bloqueado por el desacuerdo entre sus propietarios.
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