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Raúl Hernández
Viernes, 6 de junio 2014, 00:42
No es la primera vez que la Guardia Civil irrumpe en una finca del ganadero benielense Blas V. En febrero de 2012, el Seprona y el Servicio de Sanidad Animal desmantelaron un albergue ilegal de perros propiedad del ahora arrestado.
La inspección se produjo también tras numerosas denuncias de asociaciones y protectoras de animales. Pero lo que hizo a los agentes no esperar más y tirar la puerta del refugio abajo, fueron las fotos que recibieron dos días antes de perros devorándose entre sí.
Los canes, en su mayoría variedades usadas para la caza, como galgos, podencos y bretones, se encontraban en lamentables condiciones sanitarias, en un estado de extrema delgadez, con heridas abiertas, comidos por las garrapatas y hacinados en minúsculos recintos
Pocos días después, casi una veintena de asociaciones y protectoras de animales de toda España se movilizaron y acudieron a Bullas para proceder al rescate de los más de 120 perros para sacarlos de aquel infierno.
Tras la inspección se imputó al hijo, Blas V., por un delito de maltrato animal contemplado en el artículo 337 del Código Penal. Fue condenado en abril del año pasado a tres meses de prisión (que sustituyó por una multa) y tres años de inhabilitación para el ejercicio de profesión, oficio o comercio relacionado con animales.
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