Predicar y dar trigo

La 'Escena huertana' que Inocencio Medina Vera plasmó en uno de sus magníficos lienzos -también conocido como 'Bautizo en la huerta de Murcia'-, y que ayer presidía el acto oficial del Día de la Región de Murcia en la iglesia de San Esteban, pareció cobrar vida a través de los corrillos y comentarios políticos que se fueron sucediendo a lo largo de la mañana. Una escena cuya protagonista no podía ser otra que la rocambolesca situación creada en el Ayuntamiento de Murcia por la enésima salida de tono de Mario Gómez tras sus escarceos con PSOE y Podemos. «Sigue haciendo oposición aunque esté en el gobierno municipal», criticaban fuentes del PP.

El alcalde de Murcia, José Ballesta, quiso ser «muy prudente» en sus declaraciones y también dejar claro que «no será por nuestra parte» por lo que se rompa el gobierno de coalición en el Consistorio de la capital. Señaló que su papel y el de su equipo es «arriesgar» para lograr una «transformación radical». Por eso, «si nuestra estrategia de ciudad se encuentra bloqueada, me pregunto si todo esto me merece la pena. Tengo dudas. Para mí hay cosas que son intelectualmente incomprensibles y políticamente inviables».

Ballesta fue el último político en realizar declaraciones a los periodistas, a pesar de ser uno de los más buscados. De hecho, muchos plumillas pudieron ver al alcalde departir -y gesticular de forma inconfundible- con algunos destacados líderes de Ciudadanos en la Región de Murcia, como la portavoz del Gobierno regional, Ana Martínez Vidal. Al primer edil de la capital cuesta reconocerle un gesto diferente al de su habitual rostro circunspecto -más aún con mascarilla-, pero ayer se le veía especialmente molesto. Así lo confirmaban fuentes del PP, que lo veían «jodido», pero en ningún caso con intención de «arrojar la toalla». Esto es, que Ballesta no se plantea en ningún caso dimitir, pero «le molesta tener a Mario Gómez otros tres años en el gobierno». Lo que está claro es que quedan «muchos capítulos por escribir de este libro», aseguraban las mismas fuentes en relación al «matrimonio» Ballesta-Gómez. «¿Hay una posibilidad de acercamiento entre usted y Mario Gómez?», le preguntaron los periodistas. «No existen responsabilidades colectivas. Uno asume las consecuencias de sus actos de forma individual. Creo que he sido bastante claro», contestó. Lo que se dice claro, no.

Por su parte, el delegado del Gobierno, José Vélez, que se ha pasado una semana a la gresca con el consejero de Empleo, Miguel Motas, a cuenta de los ERTE, deseó ayer que «las administraciones trabajen por y para los ciudadanos con lealtad, con unidad, con colaboración y trabajando de manera coordinada. Hemos visto procesos de desinformación que no ayudan a nuestra querida región», lamentó sin dar más detalles. Después no cruzó más de una palabra con Motas.

A su vez, el portavoz del PSOE en la Asamblea y secretario general de los socialistas murcianos, Diego Conesa, señaló que su partido seguirá trabajando «codo con codo y con firmeza» por una Región de Murcia «más justa y sostenible para no dejar a nadie atrás y por una mejor gestión de la sanidad pública». También intervinieron ante los medios los portavoces de PP y Podemos, Joaquín Segado y María Marín, respectivamente, que agradecieron el «esfuerzo» y el «civismo» que han demostrado los ciudadanos y los profesionales de la Región.

También tuvo palabras de agradecimiento a los ciudadanos el portavoz de Vox, Juan José Liarte, que llegó y se fue acompañado del secretario de la Mesa de la Asamblea, Francisco Carrera, ambos expedientados por el partido tras haber despedido a cuatro trabajadores designados desde Madrid. Pidió ser riguroso con la cuestiones jurídicas en torno a este caso porque «nos arriesgamos a hacer el ridículo», y confió en que «la verdad salga pronto a la luz».