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Había preocupación entre las entidades conservacionistas por el ruinoso estado de mantenimiento de lo poco que queda en pie de la casa de Antonete Gálvez, ubicada en la pedanía de Torreagüera. De hecho, desde la Asociación Bicihuerta daban la voz de alarma hace casi dos meses de que las obras de rehabilitación de la que fuera morada del líder cantonal se encontraban paradas. «De repente, la empresa que había contratado el Consistorio para afianzar los muros ha dejado de trabajar y, con todo lo que ha estado lloviendo, no creo que las paredes vayan a aguantar mucho más mientras deciden qué van a hacer, y entonces no habrá nada que rehabilitar», decía entonces su presidente, Raúl Hernández.
Patrimonio explicó a finales de marzo que las obras estaban suspendidas «por la tramitación en el expediente de un modificado para ver cómo se sujeta la pared». Fue ayer, finalmente, cuando la Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Murcia aprobó la modificación del contrato de obras para llevar a cabo las actuaciones y estudios previos a la rehabilitación de la casa. Esta incluye el apuntalamiento de un muro, cuyos trabajos suponen una inversión de 7.200 euros, y que va a proporcionar mayor estabilidad y seguridad a la vivienda. Con este modificado, el presupuesto total de los estudios previos, cuyo plazo de ejecución es de cuatro meses, alcanza los 78.262 euros.
Además del apuntalamiento y consolidación de los muros existentes –mediante inyecciones de mortero de cal hidráulica–, el proyecto incluye la retirada y clasificación de escombros, para su posible uso posterior, y la realización de catas y estudios geotécnicos y de capacidad de carga. «La estructura del edificio está 'mírame y no me toques'; esperemos que los trabajos se retomen ya y se empiece a pensar en una segunda fase de rehabilitación», valoraba Jiménez, marcando el que debe ser a su entender el próximo paso a dar. «Lo ideal sería colocar una pérgola sobre el inmueble –imitando una torre antigua– para protegerlo de las precipitaciones y evitar que todo el trabajo que se está llevando a cabo no sirva para nada», añadió Jiménez, partidario de no acometer una reconstrucción total de la vivienda, ya que la «decontextualizaría». «La pérgola y un mirador puede ser suficiente, vallando y musealizando con paneles informativos las ruinas, que incluyen una ermita, la almazara y unos hornos de yeso con importancia etnográfica», añade el presidente de la Asociación Bicihuerta, dejando para una tercera fase la posible construcción de un centro de interpretación anexo en el que se aborde la figura del líder cantona y el contexto de una época.
Antonio Gálvez Arce, nacido en la pedanía de Torreagüera en 1819 y fallecido en la misma en el fatídico 1898, fue un agricultor, revolucionario, diputado español y concejal del Ayuntamiento de Murcia. Llamado por algunos el 'Emiliano Zapata de la Huerta', Gálvez ha sido considerado una de las máximas figuras del republicanismo federal del último tercio del siglo XIX. Su vivienda, ubicada en el Huerto de San Blas de la pedanía de Torreagüera, pasó a ser propiedad municipal a principios de los años 2000. En ella residió el líder cantonal desde su matrimonio en 1843 hasta su fallecimiento. En principio, sus restos reposan en el panteón familiar en el cementerio de la pedanía, aunque no hay lápida alguna que lo atestigüe.
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