
Secciones
Servicios
Destacamos
Y más de 33 años después se hizo la luz al final del túnel... pero la de las farolas y justo después de que esta se apagara cuatro minutos antes. Porque este es el tiempo que el tren de Cercanías Murcia-Alicante, de primera hora de la mañana, empleó para cubrir los 1.113 metros de la primera fase del soterramiento, que se estrenó este miércoles a nivel comercial.
Los pasajeros tuvieron que cruzar por primer vez la pasarela instalada en la estación del Carmen de Murcia para acceder a los andenes provisionales en superficie en los que pararán, por el momento, los convoyes que circulen por la nueva infraestructura. Apenas seis pasajeros aguardaban, todavía con noche cerrada, para subir a este primer tren, que retomaba su circulación tras cuatro días en los que se el trayecto se hacía por carretera para ultimas las pruebas en el túnel.
«Pensaba que este momento ya no lo iba a ver, después de 40 años de servicio, pero esto ha empezado a coger carrerilla y de pronto ves que los acontecimientos te atropellan», confiesa Nicolás Vivo, que tuvo el honor de ser el primer maquinista en cruzar el tramo soterrado. Catorce años llevaba operando en Murcia para acabar jubilándose en 2021, justo después de este acontecimiento histórico.
No quiso perderse la cita Francisco Consuelo, más conocido como Paco 'el Carnicero', ilustre miembro de la Plataforma Pro-Soterramiento. «Me he despertado, me he puesto en pie y mi mujer me ha dicho: '¿Dónde vas? ¿No tienes otra cosa que hacer?'», comenta con humor. Los miembros de la Plataforma ya tenían previsto celebrar este hito en la tarde de este miércoles, como efectivamente hicieron, cruzando el tramo subterráneo a bordo de un convoy y acudiendo después al paso a nivel de Santiago el Mayor. Pero Paco no pudo esperar y se sacó un billete de ida y vuelta a Beniel para comprobar, de primera mano, lo que se siente al recorrer bajo tierra aquella porción de terreno que han ocupado desde hace más de un siglo las vías.
Junto a él, y justo antes de posar para el fotógrafo de LA VERDAD, subían al tren Lola Robles y Fernando Pascual, un matrimonio de jubilados que tenían previsto coger el AVE a Madrid a las 8.40 horas en Alicante. Este miércoles tenían una cita médica en la capital de España y no querían apurar su tiempo esperando al próximo convoy. Piensan que el retraso de esta expedición inicial desde Murcia les da la razón, ya que partió con casi un cuarto de hora de retraso, a la espera del aviso de 'vía despejada' desde Beniel. Fallos del directo. «Los andenes provisionales y la pasarela han quedado geniales y tienen hasta pinta de definitivos», valora Lola, contenta de que «los vecinos se hayan salido finalmente con la suya». «Ahora toca remodelar la estación, que tenemos la misma que en tiempos de Alfonso XIII; otra cosa es si el AVE por Alicante nos va a ser útil a los murcianos, contando lo bien que funciona el Alvia por Albacete, y te lo digo por experiencia», zanja.
Unos vagones detrás completaba la expedición Chups, un inmigrante nigeriano que acudía a trabajar a un vivero en Elche; León, empleado de la empresa Pollos Pujante en Beniel; y Francisco, que aunque vive ahora en casa de su hermana en Murcia, tiene su vida en Orihuela. Era un pasaje corto, pero acorde con la tempranera hora de salida y con una movilidad limitada por la situación de pandemia.
En torno a las 7 de la mañana, el primer Cercanías procedente de Alicante hacía su parada en Beniel. Era el momento de prepararse para cruzar el túnel por primera vez en el sentido contrario. En aquel momento la luz del sol ya despuntaba y la entrada y salida de las entrañas de la tierra era más nítida para los viajeros. «¡Qué largo es!», exclamaba María, sorprendida por el estreno y tentada de hacer una foto a su paso por la infraestructura. «La pena es que no se va a ver mucho y, encima, la cámara de mi móvil no es muy buena», concluía, decepcionada por no poder inmortalizar y compartir con sus contactos la imagen del momento.
Alcanzada la estación del Carmen, las decenas de pasajeros -muchos de ellos estudiantes- empezaban a enfilar las escaleras de la mastodóntica pasarela acristalada, que se llenaron y se vaciaron rápidamente, con el abandono de la estación. «Esto parece un aeropuerto», se oyó decir a uno de los viajeros recién llegados, que también pudieron hacer uso de los nuevos ascensores instalados.
A las puertas de la terminal todavía aguardaban los autobuses que deben trasladar hasta Albacete a aquellos viajeros que desean alcanzar la capital de España a través de la línea férrea de toda la vida, la de Chinchilla. Una situación que se prolongará hasta el 16 de mayo, según los planes de Fomento, por las obras programadas por Adif en Agramón. El fin de los trabajos permitirá que todos los trenes convencionales hagan uso del nuevo tramo subterráneo.
Completada la primera fase, las obras se centran ahora en la estación, donde la UTE formada por Ferrovial y Acciona acelera la construcción de una zona de embarque para recibir el AVE el año que viene, en un andén soterrado junto al antiguo edificio. Mientras tanto se irá ejecutando la nueva terminal ferroviaria, que necesitará tres años de obras. No obstante, el ferrocarril en Murcia arrancó este miércoles definitivamente una nueva etapa: las personas por arriba, el tren por abajo.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Favoritos de los suscriptores
Especiales
Así se desbocó el urbanismo en La Manga
Fernando López Hernández
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.