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Si la supresión de las barreras arquitectónicas en la ciudad es todavía una asignatura pendiente, aunque algo va mejorando, en las pedanías el problema es más acuciante. En la de Santiago y Zaraíche, que cuenta con 10.500 vecinos, su pedáneo, el popular Francisco Ludeña, se ha marcado como uno de los ejes principales de esta legislatura conseguir unos espacios más cómodos y seguros para caminar. Y no solo para las personas discapacitadas, sino para aquellas que van con un carricoche o simplemente con el carro de la compra y tienen que hacer malabarismos para subir una acera.
Ludeña, en compañía de la concejal de Movilidad Sostenible, Rebeca Pérez; de la presidenta de Famdif, Carmen Gil Montesinos, y Manuel García, arquitecto técnico de la OTAF (Oficina Técnica de Accesibilidad de Famdif), realizó esta semana un recorrido por calles y plazas de la población para estudiar soluciones a los problemas constatados. LA VERDAD les acompañó durante el itinerario.
Nada más cruzar desde la plaza de Santiago, donde se halla el centro municipal, hasta el paseo de la calle José María Belando, se echa en falta un paso de peatones que dé continuidad sin tener que dar un rodeo para llegar hasta un cruce más seguro. Para consesguirlo será necesario eliminar dos plazas de aparcamiento y también habilitar dos vados peatonales.
En la avenida Ciudad de Aranjuez se precisa poner dos vados y quitar una isleta para pintar un paso de peatones que dé más seguridad al recorrido peatonal. Además, hay un banco en el centro del paseo que habría que cambiar de ubicación si finalmente se opta por pintar un paso de peatones en esa zona. En la actualidad no molesta, pero de habilitarse el paso de peatones sería un obstáculo a la hora de cruzar.
En la avenida de la Inmaculada, cerca de la iglesia, hay algunos de los llamados 'vados trampa', ya que aunque los bordillos estén rebajados, aún y todo cuentan con unos 10 centímetros de altura, lo que invalida el fin para el que realmente están puestos. El arquitecto de la Oficina Técnica de Famdif, cinta métrica en mano, pudo constatarlo. En la misma puerta de la iglesia falta también pintar un paso de peatones y elevar la calzada unos metros antes para que los coches, que tienen la velocidad limitada a 30 kilómetros/hora, circulen más despacio y se gane en seguridad. Sobre todo, cuando hay eventos que concitan a mucha gente como bodas y funerales.
A lo largo de la avenida Santiago serán necesarios al menos diez vados, según el pedáneo, Francisco Ludeña, e incluso colocar algún semáforo más. También se va a volver a solicitar a la Comunidad Autónoma la retirada de un poste aislado de Latbus en mitad de una acera que se ha convertido en todo un obstáculo para el tránsito.
Estas son algunas de las propuestas que tendrán que pasar por el Servicio de Tráfico para que las informe. La junta municipal tiene un presupuesto en torno a 5.000 euros para acometer algunas de las medidas apuntadas en el paseo.
«Mi apuesta en mi primera legislatura 100% está siendo la accesibilidad, intentar quitar barreras arquitectónicas para facilitar el paso a personas con discapacidad y los vecinos en general. No se me tiene que escapar ninguna parte de la pedanía, pero en especial la más antigua, que tiene más necesidad», dice Francisco Ludeña.
Entre los últimos vados ya habilitados se hallan los de las calles Olimpia, Claveles y Guerrero. «Estamos tramitando un presupuesto para 40 pasos de peatones que permitan eliminar centímetros en los bordillos y habilitar rampas», añade.
La concejal de Movilidad, Rebeca Pérez, indica que «hay más pedanías que trabajan por la accesibilidad universal, pero es verdad que para el pedáneo de Santiago y Zaraíche es prioritario y así lo manifiesta hasta en redes sociales».
La representante municipal reconoce la importancia de los convenios con Famdif, «que seguimos prorrogando porque nos aportan el asesoramiento preciso y el diagnóstico para garantizar la continuidad de los itinerarios peatonales y ganar en seguridad en los cruces y carriles bicis». Todo esto se complementa con la señalización podotáctil y la sonorización de los báculos de los semáforos, que garantiza la seguridad a las personas con deficiencias visuales.
Recibir un premio siempre es una satisfacción pero también un incentivo para seguir trabajando en la hoja de ruta iniciada. En julio del año pasado, el alcalde recogió de manos de la Reina Letizia el premio de Accesibilidad Universal a Murcia como la localidad española de más de 10.000 habitantes que más ha trabajado en pro de la calidad de vida y la inclusión de las personas con discapacidad. La concejal de Movilidad Sostenible, Rebeca Pérez, asegura que «la accesibilidad es un objetivo prioritario para todos como plan estratégico del mandato». Para contar con el mejor asesoramiento, el Ayuntamiento renovó un convenio en 2019 con la Federación de Asociaciones Murcianas de Personas con Discapacidad Física y Orgánica Famdif/Cocemfe. Según este acuerdo, la Oficina Técnica de la Accesibilidad de esta federación realizará estudios sobre aceras e itinerarios peatonales, puntos de cruce, desniveles y otros elementos que afectan a la seguridad vial, especialmente en pedanías.
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