![Otro palacio andalusí bajo limoneros en Murcia](https://s1.ppllstatics.com/laverdad/www/multimedia/2023/10/22/184945619--1200x840.jpg)
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Bajo un huerto de limoneros, a los pies de la ladera oeste del Castillejo de Monteagudo, reposarían los restos de otro palacio andalusí. Los arqueólogos no han podido llegar hasta ellos, al no contar con permiso del propietario para excavar en ese terreno de cultivo, pero los vestigios localizados en dos parcelas aledañas apuntan en esa dirección. Los elementos arquitectónicos que han llevado al investigador Julio Navarro, de la Escuela de Estudios Árabes-CSIC, a defender el hallazgo son una arquería de ladrillo levantada para expandir el palacio y el patio con su puerta monumental que le daba acceso, luego transformado en época cristiana.
El descubrimiento se produjo durante los trabajos desarrollados en 2018, pero ha sido ahora (en la tercera y última campaña de este 2023, tras un parón de tres años por la pandemia y la falta de financiación) cuando se ha confirmado su relevancia. Después de repasar las fuentes documentales, consultar el parcelario y estudiar de nuevo el yacimiento, Navarro interpreta que las citadas estructuras formarían parte del conjunto áulico que Ibn Hud erigió en el siglo XIII (entre los años 1228 y 1238) para alojar su corte durante las terceras taifas.
«Al igual que hace en el alcázar menor, actual convento de Santa Clara, Ibn Hud también construye una residencia palaciega sobre los restos, arrasados por los almohades en el siglo XII, de la almunia de Ibn Mardanis [conocido por las fuentes cristianas como el Rey Lobo]», explica el experto. Julio Navarro ya estudió esa superposición de palacios andalusíes durante las excavaciones en el monasterio de las clarisas, en pleno centro de la ciudad, a partir de los años 80, y ahora lo vuelve a constatar en Monteagudo. En el extremo sur del yacimiento, según mantiene, ha quedado a la vista la base –pilares y muros– de la entrada principal al palacio de este último emir, flanqueada por las garitas del cuerpo de guardia. El acceso quedó tapiado en época cristiana por las obras de construcción de una zona residencial para la corte de Alfonso X el Sabio.
En la otra parcela, los últimos trabajos arqueológicos han puesto el foco en ochos arcos de ladrillo. Indica Navarro que se levantaron como una plataforma monumental para ampliar el palacio y que de esta forma dispusiera de vistas sobre el jardín de crucero de Ibn Mardanis, que se extendía de este a oeste y se salvó de las dos razias almohades. En un principio se barajó la posibilidad de que esa estructura medieval semejante a un acueducto era posterior y que estaba relacionada con el sistema de regadío de la zona. Ahora, el arqueólogo opina que su construcción corresponde al conjunto palaciego del siglo XIII y que después se reutilizó para cimentar una acequia. Con este cometido, se recortaron los arcos en su parte superior.
También se han localizado muestras de pavimento del palacio de Ibn Hud. Realizado con ladrillo, contrasta con los restos conservados, a una cota inferior, de la solería de piedra de las suntuosas estancias de la finca del Rey Lobo, de más calidad. El investigador sostiene que se trata de una prueba de que el segundo conjunto residencial debió ser «más modesto» que la construcción anterior.
La extensa almunia de Monteagudo, una finca agrícola y de recreo, contó con amplias áreas de cultivo, tanto de regadío como de secano, además de jardines, albercas y áreas palatinas, situadas en el llano y en altozanos en las que adoptaron formas arquitectónicas fortificadas. Hasta ahora, lo que se conocía de ella es que solo había tenido un periodo de esplendor, en el tercer cuarto del siglo XII, como símbolo de poder y prestigio del Rey Lobo. Los nuevos hallazgos vendrían a completar el puzle, y confirmarían que gozó de una segunda época dorada, aunque efímera, en tiempos de Ibn Hud, además de su reutilización en época cristiana.
De momento, los trabajos de investigación podrán continuar hasta el año 2026, gracias a la financiación (121.000 euros) que el equipo del CSIC ha obtenido del Ministerio de Ciencia para un proyecto centrado en las arquitecturas de prestigio de las almunias medievales, en el que se estudiará la trasmisión de estos modelos desde la Antigüedad al Renacimiento. En las próximas campañas también colaborará el Instituto Arqueológico Alemán, que ya ha comprometido apoyo económico y científico.
«Monteagudo es un yacimiento especial. En Occidente no existen muchos ejemplos de esta arquitectura paisajística, que sí encontramos en otros lugares como Afganistán, Irán y la India. Pocas ciudades pueden presumir de este patrimonio único, con las posibilidades que eso supone para Murcia», destaca Félix Arnold, de la citada institución alemana. El arquitecto y arqueólogo no solo pone el foco en el estudio de las cronologías de cada fase constructiva de la almunia, sino también en la investigación de los «contactos culturales» entre el Islam oriental y occidental, que dejaron su huella en Monteagudo.
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