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Más de 150 aparcacoches denunciados y unos 500 euros incautados. Este es el balance que dejan los diez primeros días de aplicación de la conocida como 'ordenanza antigorrillas', que ha llevado, además, a la detención de siete inmigrantes irregulares por infracciones de la Ley ... de Extranjería, así como al decomiso de varias armas blancas y a la localización de un individuo reclamado por orden judicial.
La ofensiva contra esta actividad, la más importante en los últimos años en la ciudad de Murcia, no solo se está plasmando en cifras, sino que también comienza a calar en la percepción de los vecinos, aunque sea de manera desigual. Son las áreas reguladas por la ORA, las de la llamada 'zona azul', las que más han visto cómo se reducía la presencia de pedigüeños. Precisamente, estos eran los espacios de aparcamiento donde los vecinos solicitaban con más ahínco algún tipo de actuación policial, ya que a la tasa municipal por estacionar en horario laboral deben sumar el 'peaje' cobrado por estos aparcacoches. Una práctica poco habitual hasta hace unos años.
«Esto ha bajado mucho en apenas unos días. Antes, casi permanentemente, había varios gorrillas para unos cuantos huecos, que además se peleaban entre ellos; ahora hay momentos en los que incluso no ves a nadie», señala Mari Carmen, la quiosquera de la intersección entre Callejón de Burruezo y la calle Jerónimo Roda. «Ahora mismo acabo de dejar el coche con total tranquilidad; la semana pasada lo hice una calle más allá y tan solo había un aparcacoches, poca cosa para lo que se veía en los últimos meses», corroboraba el pasado martes José, tras bajarse de su turismo junto a su mujer en el entorno de San Esteban. No obstante, Mari Carmen explica que, si bien es más difícil verlos en las horas punta, aumentan su presencia a mediodía y a última hora de la tarde, cuando baja la presión policial, ya que controlan la hora a la que circulan los agentes por la zona.
Los alrededores de la Jefatura Provincial de Tráfico han sido en los últimos tiempos otro de los lugares donde los aparcacoches casi campaban a sus anchas. «Precisamente le comentaba ayer a mis compañeros que esta normativa parece estar dando resultado. Los mismos a los que les veías la cara todos los días ya no están y ahora solo ves a gente nueva que no sabe posiblemente de qué va esto y que se marcha enseguida», expone uno de los guardias de seguridad que trabaja en el edificio de la DGT. Algunas mañanas era perfectamente posible encontrar allí media docena de personas ofreciendo indicaciones más que prescindibles para aparcar el vehículo. Este miércoles, a las 9 de la mañana, apenas un joven subsahariano hacía guardia a las puertas de estas dependencias públicas.
Otro punto caliente de esta actividad, declarada ilegal por la nueva norma municipal, ha sido hasta ahora la avenida del Río Segura y la calle Santa Joaquina Vedruna, donde se encuentra el colegio del mismo nombre. Silvia lleva y recoge cada día a sus vástagos, alumnos de este centro educativo y no se le escapa que hay menos gorrillas en los alrededores. «Ya esta bien de poner la hucha doble», señala. Una controladora de la ORA da fe de que estas calles han quedado bastante despejadas, aunque también apunta que algunas otras siguen prácticamente en la misma situación.
Por ejemplo, uno de los emplazamientos donde no parece haber cambiado mucho la situación es a las puertas de la galería comercial Centrofama. Allí se encontraba a media mañana del martes el mismo vecino de Espinardo, con problemas de drogodependencia, que una de las nuevas 'patrullas antigorrillas' denunció el primer día de aplicación de la ordenanza. «Los habituales se quedan en la esquina y, cuando se marcha la Policía, vuelven a la carga», relatan desde la administración de lotería El Huertano.
Peor es la situación en la conocida 'zona blanca' o de estacionamiento gratuito. La Fama amanecía estos días plagada de aparcacoches. También había unos cuantos en el disuasorio del Malecón. «Muchos se han marchado por miedo a que les pidan los papeles y los devuelvan a su país», señalaba allí un joven magrebí. Mohammed, compatriota suyo, confirma que están sintiendo una mayor presión policial y que muchos compañeros están perdiendo sus ganancias por las incautaciones. «Yo prefiero hacer esto a robar», confiesa, al tiempo que censura a aquellos que intimidan o causan daños en los vehículos.
El edil de Seguridad Ciudadana y Gestión Económica, Eduardo Martínez-Oliva, pronosticaba con el arranque de la 'ordenanza antigorrillas' que sería necesario un tiempo prudencial para comenzar a notar sus efectos. Apenas diez días han bastado, sin embargo, para comenzar a percibir «sensaciones positivas», señalaba este miércoles el concejal. «Es cierto que hay zonas en las que está funcionando mejor y en otras peor, pero en general estamos satisfechos. Al menos y por norma general, los aparcacoches ya no se plantan de 9 de la mañana a 10 de la noche, aunque es complicado controlarlos durante todo el día», aseguraba.
Lo que sí tiene claro es que esta labor va a ser larga, porque «si bajamos, la presión volverán». «Hemos conseguido que sepan que no tiene inmunidad y que se puede actuar contra ellos en cualquier instante. De hecho, abrimos cada día una veintena de expediente, gracias al trabajo de las nuevas patrullas específicas, pero también de todos los agentes», prosiguió. «No creo que esta norma sea la panacea, pero se estaba pidiendo», concluyó.
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