

Secciones
Servicios
Destacamos
Aún sienten que están viviendo un sueño cuando se despiertan por la mañana. Tienen que pararse a rememorar el momento en el que sus ... nombres sonaron en la gala de elección del muso y la musa del Carnaval de Cabezo de Torres 2023, celebrada el pasado sábado en la plaza Circular con una puesta en escena con la que la organización de la fiesta demostró que quiere abrirse al público tras dos años sin poder compartir su gran pasión por la pandemia.
Irene Nicolás, del grupo Me sacas de quicio, y Pedro Medina, de Las Rebeldes, reconocen estar «en una nube» después de proclamarse representantes del carnaval más importante del municipio en su vuelta a las calles de la pedanía murciana, prevista para febrero del año que viene. La cuenta atrás ha comenzado para estos dos festeros que llevan el ritmo en las venas. Aunque tendrán que esperar siete meses para el traspaso de poderes en el que tomarán posesión de su cargo, ya sienten la responsabilidad del papel que les tocará asumir.
«Para mí el carnaval es una forma de vida», asegura Irene Nicolás, la futura musa de la cita por excelencia de la pedanía murciana, donde nació y se ha criado rodeada de plumas, lentejuelas y mucho brillo. Esta joven de 23 años destaca que se acordó especialmente de su abuelo, conocido en Cabezo de Torres como Pepe 'el Mandurundo', cuando logró el reconocimiento. «Me emocioné muchísimo cuando vi a mi familia, mis compañeras y a mis amigos arropándome. Aún no me creo que vaya a ser la musa de la fiesta más grande de mi pueblo. Es un orgullo muy grande. Me presenté por mi abuelo, que falleció hace tres años y era muy carnavalero. A él le encantaba el verde, por eso me vestí de ese color para la gala».
Irene se define como «una chica simpática a la que le gusta mucho viajar y hacer deporte». Aunque trabaja en la empresa de su familia –que se dedica al envasado de bicarbonato y sal de mesa y a la elaboración de sacarina y agrio de limón–, es maestra de Educación Infantil y acaba de presentarse a las oposiciones. «Lo he llevado todo en danza. Si apruebo, este sería el mes de junio más feliz de toda mi vida», asegura. Recuerda cuando su madre la vistió de flor con tan solo un año de vida y la primera vez que desfiló cuando tenía tres años con su grupo, al que antes de ella pertenecían su tía y sus primas. «Cuando era pequeña y veía a las musas subidas a la carroza quería ser como ellas», confiesa ilusionada. Prueba de su espíritu festero es que escucha música carnavalera durante todo el año. «Me meto en mi habitación yo sola y empiezo a bailar. Las canciones que más me gustan son las de batucada». Así evoca la «pasión, alegría y libertad» que le produce desfilar.
La musa del Carnaval de Cabezo de Torres de 2023 ya ha empezado a pensar en el atuendo que lucirá en los próximos carnavales. Aunque asegura que quiere compartir las ideas que tiene en mente con su compañero en el cargo para «ir en sintonía», sí adelanta que será «un traje lleno de fantasía» en el que no faltarán plumas, pedrería y lentejuelas.
Pedro Medina tampoco entiende su vida sin el carnaval ni puede dejar de pensar en su papel protagonista en la próxima cita con la fiesta pagana. A sus 21 años, este vecino de San Ginés no podía dormir de la emoción cuando el sábado llegó a casa después de la fiesta que se pegó con sus compañeros y empezó a ver los mensajes de felicitación que acumulaba en su móvil. «Estoy sorprendido con tantas muestras de afecto y muy agradecido. Ser muso de Cabezo de Torres es llegar a lo máximo del carnaval», asegura emocionado.
Cuenta que cuando era un bebé de seis meses su madre lo disfrazó de Mickey Mouse y a los tres años ya desfilaba con varios grupos invitados al Carnaval de Cabezo de Torres. «Empecé con las majorettes de Aljucer, después salí con la comparsa Vulcano y la academia de baile de Chari Lajara de Era Alta, hasta que a los 18 años formé mi propio grupo: la comparsa Tuku Taka de El Palmar, de la que soy coreógrafo y donde bailo con mi madre y mi hermana». Al no pertenecer a uno de los 33 grupos carnavaleros cabezotorrenses no había tenido la opción de presentarse a muso hasta que Las Rebeldes se lo ofrecieron. «Son amigas mías y me plantearon que me presentara en representación de su grupo. No esperaba salir elegido porque el nivel era muy alto y les estaré eternamente agradecido porque sin ellas no hubiera podido cumplir este sueño».
«Una persona con fuerza, elegancia y actitud». Así se describe Pedro, quien llevó un complemento durante la gala en la que salió elegido máximo representante de la fiesta del que no se quiere desprender. «Me puse una corona de laurel que se ha convertido en un amuleto y que quiero conservar para mi vestuario de muso, ya que para mí significa victoria y supone un impulso para conseguir todo lo que me propongo. No sabía que iba a ganar, pero sí tenía claro que estaría a la altura y daría un buen espectáculo sobre el escenario».
El carnavalero lució para la ocasión un traje en el que sus compañeros le pegaron «una a una» 2.880 piedras. Trabajo en equipo que tanto él como Irene valoran. «Pertenecer al carnaval es sinónimo de formar parte de una gran familia y eso es lo mejor de esta fiesta», dicen orgullosos.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Pillado en la A-1 drogado, con un arma y con más de 39.000 euros
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.