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Llano de Brujas ha empezado la cuenta atrás para la celebración del Carnaval. Aún quedan cuatro meses, pero el tiempo ya corre en contra para las 16 comparsas que dan vida a la fiesta pagana, que aspira a ser declarada de Interés Turístico Regional. La elección de los personajes es el punto de inflexión que hace que en la pedanía murciana ya estén inmersos en ultimar los detalles del programa de la próxima edición, que se extenderá del 11 al 26 de febrero y que vendrá «cargada de novedades», según el presidente de la asociación de Carnaval salareño, José Antonio Amaya.
«Queremos afianzar algunas de las tradiciones de las Máscaras de Carnaval, la antigua celebración que da origen a nuestra fiesta. Hace tres años recuperamos el desfile de los harapos, una especie de Halloween a la murciana en época carnavalera. Para esta próxima edición haremos lo mismo con las almas en pena, un pasacalles que recorría el pueblo al atardecer del Martes de Carnaval hasta llegar a la puerta del cementerio y cuyos participantes iban vestidos de fantasmas, portando candiles y con grilletes en los tobillos», explicó Amaya.
Silvia Marín, de la comparsa Buen Rollito, ha sido elegida musa del Carnaval 2023. «Fue un momento inolvidable», recuerda la joven de 19 años sobre su nombramiento. «No me lo esperaba y estoy muy contenta de poder representar a la fiesta más importante de mi pueblo». Al contrario del cargo de musa, para el que se presentaron cinco candidatas, Fernando Hernández, del grupo Con un Par, fue el único aspirante a muso. «No me quedaba otra», bromea al mismo tiempo que dice que «fue igual de emocionante que si hubiera tenido rivales y me siento muy orgulloso. Voy a vivir la experiencia intensamente».
Los compañeros infantiles de Silvia y Fernando son la musa Rubí Pino y el muso Fran Manchado, ambos de la Escuela de Baile Lucía Muñoz, de donde salen muchos carnavaleros.
Por otro lado, Carmen María Nicolás, de la comparsa Azahar, dará vida a la reina del Carnaval, mientras Doña Cuaresma estará encarnada por María Dolores Liebana. En el caso del personaje del bastonero, que ha recaído en José Francisco Ruiz, la asociación ha hecho uno de los últimos guiños con su historia, ya que es una figura que ha sido recuperada recientemente. «Se trata del cargo más antiguo de la fiesta, que tradicionalmente tenía el alcalde. Era la persona que decidía quién podía participar en los bailes de piñata de antaño», indicó Amaya.
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