Los huertanos de Murcia obran en Benetúcer y cierran el conflicto abierto hace 3 años

«Aquello no estaba presentable y tenemos que dar una respuesta a nuestros regantes», ha señalado en reiteradas ocasiones Juan Jesús Sánchez, secretario general de la histórica comunidad que los agrupa, que espera zanjar de manera definitiva el problema con este proyecto. Las obras, según explica, se ejecutarán durante estos días aprovechando que el agua de la acequia mayor Aljufía –de la que es continuación la de Benetúcer– se corta para realizar las mondas.

Precisamente se han cumplido esta semana tres años desde que la relación entre el Ayuntamiento de Murcia y la Junta de Hacendados cambió de forma abrupta sus términos, a cuenta del tratamiento urbanístico de los cauces de la red de riego tradicional. Explotó esta situación, precisamente, en relación con el primer intento de la Junta de Hacendados de intervenir en el citado tramo de acequia. La intención inicial de los regantes pasaba por el hormigonado del canal, manteniéndolo, no obstante, a cielo abierto, unos planes que motivaron la movilización de diversas entidades conservacionistas como Huermur y Huerta Viva.

Finalmente, el entonces concejal de Urbanismo, el socialista Andrés Guerrero, irrumpió en el área de trabajo para paralizar las obras por decreto, al tiempo que rompía los lazos municipales por los huertanos. Esta decisión se apoyaba en la premisa legal, ratificada en varias sentencias judiciales, de que la Junta de Hacendados necesita licencia urbanística para efectuar obras en los cauces tradicionales, los cuales, además, deben ser preservados según establece el Plan General de Ordenación Urbana, (PGOU) para mantener el paisaje.

Llevó la comunidad de regantes esta decisión a los tribunales, entendiendo que la Ley de Aguas les facultaba a actuar sin dicha licencia «por ser un proyecto de urgencia, responder al interés general y afectar a varios municipios, como el de Murcia, Santomera, Beniel u Orihuela». Sin embargo, la Justicia volvió a dar la razón al Consistorio. Ahora, tres años después, tras reconducir las relaciones con el Ayuntamiento, y una vez que se ha aceptado que el campo de juego es otro, la Junta de Hacendados ha optado por ejecutar un proyecto «respetuoso con el patrimonio cultural y con el paisaje», según destaca el actual edil de Planificación Urbanística, Medio Ambiente y Huerta, Antonio Navarro.

«No podíamos esperar más», reconoce Juan Jesús Sánchez, por lo que finalmente se ha pactado con el Consistorio una fórmula de intervención que ha supuesto multiplicar por tres el coste previsto en 2022. «Hemos pasado de algo más de cien mil euros de presupuesto a cuatrocientos mil; no es sostenible mantener la huerta sin ayudas», apostilla el secretario general de los huertanos, subrayando que «al menos este año hemos cobrado la subvención para la limpieza de los tramos cimbrados».

Así, la propuesta técnica que se está ejecutando incluye la construcción de un muro de mampostería trapezoidal de piedra caliza de más de 200 metros lineales, mientras que el lecho se mantendrá en tierra vegetal. Destaca Navarro que el proyecto «cuenta con todos los informes favorables, ya que emplea materiales tradicionales e integra en la solución final los elementos patrimoniales preexistentes relacionados con el cauce: puente, partidores, compuertas, tablachos de husillo y canales». Además, en lo que respecta al ámbito medioambiental, «la propuesta no presenta afección» y se prevé la reposición de arbolado autóctono en ambos márgenes de la acequia, con la instalación de 43 ejemplares de almeces y falsos plátanos. Además, se mantendrán los olmos del entorno inmediato.

«Hemos renunciado a los entubamientos ante las nuevas exigencias y sensibilidades de la ciudadanía», viene aseverando en los últimos tiempos la Junta de Hacendados. Sin embargo, desde la asociación Huerta Viva muestran su escepticismo ante afirmaciones como estas. De hecho, desde la entidad conservacionista subrayan que han detectado «el anuncio de juntamentos para decidir sobre el 'acondicionamiento' de diversos tramos de cauces menores», los cuales sospechan que encierran «la intención de entubar tramos de varios metros a petición de vecinos colindantes, con la finalidad de hacer caminos o abrir nuevos accesos a sus fincas».

Dichas asambleas de regantes han sido convocadas en relación a la aprobación de actuaciones en el brazal de los Chocoros en La Albatalía, en una azarbeta de la landrona del Rodeo en Los Ramos y en otro brazal de la acequia del Turbedal en Aljucer, apuntan desde la asociación, que teme que en estos casos se produzcan nuevos entubamientos, como de hecho denuncian que se ha ocurrido en esta última ubicación. Aseveran, además, desde Huerta Viva que «estas obras de canalización exigen una licencia, acompañada de un proyecto que se ha de cumplir al pie de la letra, respetando el Plan General de Ordenación, que prohíbe actuaciones que alteren el paisaje, la fisonomía de los cauces y la vegetación asociada».

Asegura el secretario general de la Junta de Hacendados, Juan Jesús Sánchez, que cuando en un juntamento se dirimen «asuntos particulares» como estos, «se informa a los interesados de la necesidad de pedir licencia», al tiempo que recuerda que también se autorizan obras de este tipo, por ejemplo, cuando un particular urbaniza una parcela. Por otro lado, el edil de Urbanismo, Antonio Navarro, señala que no todos los cauces tienen la misma consideración ni exigencias para intervenir en ellos, y que esta se determina «según se integren en una red principal asociada al paisaje».