El cierre del hotel Arco de San Juan deja en el paro a 20 trabajadores

El hotel Arco de San Juan, uno de los establecimientos con más solera del centro de la ciudad, echa el cierre después de tres décadas de atención al público. Los propietarios comunicaron ayer a los empleados el inicio de un expediente de regulación de empleo (ERE) que afecta a la plantilla al completo, formada por unos veinte trabajadores, según confirmó anoche a LA VERDAD el director del hotel, Jesús Pacheco, que también se ve afectado por el despido. Admitió que el anuncio del cese de la actividad «ha sido una sorpresa para todos los trabajadores». Pacheco compagina ese puesto de dirección con el cargo de concejal de Cultura del Ayuntamiento de Murcia, con dedicación parcial.

Será un «cierre ordenado» para atender las obligaciones contraídas con clientes y proveedores. El alojamiento seguirá funcionando «con normalidad» durante todo este mes de febrero y, probablemente, algunos días de marzo para atender las reservas que había programadas.

En un comunicado, la dirección habla de «diversas dificultades y situaciones que han propiciado una ralentización económica en el negocio», informa Efe. Pacheco indicó que la empresa, propiedad de la familia Colomer, arrastraba «pérdidas acumuladas» por la crisis, y el enfriamiento de la economía de los últimos meses parece haberse convertido en la puntilla. Además, los dueños, según han indicado a los trabajadores, deben hacer frente «a otras inversiones afectadas por la DANA» del mes de septiembre. La familia Colomer posee en la Región varias propiedades y fincas agrícolas.

El establecimiento llegó a tener cuatro estrellas, que rebajó a tres hace años. La media de ocupación rondaba el 56%. Según el director del hotel, en principio no se baraja «ni la venta ni el alquiler del edificio», enclavado en la plaza Ceballos, en pleno casco antiguo de la capital. Es un inmueble cargado de historia, ya que allí vivió el conde de Floridablanca, José Moñino. Posteriormente, se convirtió en residencia de verano de los Colomer, hasta que decidieron reconvertir las dependencias para darles un uso turístico.