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Nadie se explicaba este jueves cómo había podido ocurrir. La imagen, además, de dantesca era surrealista: un vehículo modelo Opel Astra se hallaba empotrado contra un camión cisterna estacionado en un margen de la vía. «He escuchado un golpetazo y lo primero que se me ha ocurrido es que se nos había caído un palé, pero además de los grandes», explicaba un empleado de seguridad de una empresa ubicada justo en frente del lugar de los hechos, en la avenida de Murcia, entre las pedanías de Zarandona y Casillas. El frontal del turismo se hallaba totalmente destrozado. Ni siquiera el 'airbag' pudo salvar al conductor: un hombre de 51 años al que los efectivos de emergencias únicamente pudieron introducir en el furgón de la unidad forense.
Un bombero hacía sus cálculos sobre el terreno para tratar de entender cómo el automóvil podía haberse estrellado de esa manera contra el camión, aparcado en el mismo sentido de la marcha. No había señales de frenada, derrape o de volantazo alguno en el asfalto. «Iba rápido, acelerando», se escuchó decir por parte de un testigo a un agente de la Policía Local de Murcia en el lugar de los hechos.
Minutos después, varios compañeros de trabajo se personaron en la zona, incrédulos. Comentaron que la víctima, empleado de un restaurante de Murcia, había tenido un conflicto por la mañana con su jefe y había sido despedido. «He trabajado con él 25 años; tenía dos críos, no me lo puedo creer», comentaba uno de sus colegas, al borde del llanto.
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