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Imagen tomada por un dron del grave deterioro que presenta el Cristo de Monteagudo en una de sus manos.

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Imagen tomada por un dron del grave deterioro que presenta el Cristo de Monteagudo en una de sus manos. HUERMUR

El Cristo se cae a pedazos

El deterioro del Sagrado Corazón de Monteagudo causa el desprendimiento de trozos de hormigón de los dedos y brechas en las uniones de las piezas. Unas fotografías tomadas con un dron revelan grandes desconchones y herrumbre en esta obra de 14 metros de altura

Domingo, 29 de abril 2018, 08:11

Ni los rayos ni las tormentas de piedra, ni las ruinas árabes donde se asienta, ni siquiera la petición a un juez por parte de un grupo de juristas para que fuera desmantelado -al creerlo un símbolo religioso en un terreno público-, han podido con él en los últimos 67 años. Pero es muy probable que el tiempo y sus inclemencias sí logren acabar con uno de los símbolos más populares de la vega murciana. La escultura del Sagrado Corazón que culmina el castillo de Monteagudo está, más que nunca, hecha un auténtico cristo. Pero en minúscula. Su estado era hasta ahora conocido solo por los pájaros que anidaban en aquellas alturas. Sin embargo, ha bastado un simple dron para evidenciar el preocupante y grave deterioro que sufre la enorme estructura de hormigón que compone la imagen, obra del escultor murciano Nicolás Martínez Ramón (1905-1990) e inaugurada en 1951.

El descubrimiento se ha producido durante la preparación de un informe sobre el estado de la fortaleza y su entorno, que ha sido elaborado por la Asociación para la Conservación de la Huerta y el Patrimonio de Murcia (Huermur), una de las instituciones que más ha denunciado en los últimos años el deterioro de todo el sitio histórico.

En las imágenes tomadas a escasos metros de la escultura se aprecia cómo ya se han producido diversos desprendimientos del hormigón que componía los dedos del Cristo, la imagen de hasta catorce metros de altura que se yergue sobre una base que alcanza los veinte metros.

En el caso de la mano derecha, ha desaparecido parte de la falange de un dedo y todo el recubrimiento superior de otro. En ambos se aprecia la estructura interior de hierro que mantiene en pie y unida la estructura. De hecho, la obra fue realizada en los talleres de Martínez Ramón y luego trasladada por piezas hasta el castillo, donde se recompuso el puzzle empleando un armazón de hierro.

Sin riesgo para la pedanía

Las fotografías también prueban la existencia de brechas en las juntas de las diferentes piezas de la estatua y se constatan en sus bordes numerosas manchas de óxido, lo que podría suponer un síntoma de la degradación de toda la estructura interior. Algo similar ocurre con la descomunal corona o potencia que luce el Cristo en su cabeza y que aparece cubierta de herrumbre, además de mostrar un gran cable metálico también desprendido.

En otros lugares de la escultura se observan desconchones, como es el caso del cuello, por donde es muy probable que se introduzca el agua cada vez que llueve y vaya minando el interior de la imagen.

Pese al mal estado de la escultura, los expertos descartan que pueda desplomarse, si bien es muy posible que nuevos trozos se desprendan de la misma, aunque los residentes en la pedanía de Monteagudo parecen no tener miedo. Sobre todo, porque cualquier fragmento de hormigón que caiga «quedaría en el recinto del castillo o en la pendiente de la cima y jamás alcanzaría las viviendas», señala uno de los ellos.

Otra cuestión por determinar es a qué administración corresponde la reparación de esta gran escultura. Porque aunque se asienta sobre un castillo propiedad del Ministerio de Hacienda, desde este organismo ya advirtieron en su día que el Cristo es propiedad municipal. De hecho, la incorporación de la fortaleza al Patrimonio del Estado se produjo en virtud del acuerdo de la Dirección General del Patrimonio del Estado de 11 de noviembre de 2005.

En esta resolución , después de culminar un proceso de investigación, se advertía de que «en el expediente de investigación ha quedado excluido totalmente del monumento al Corazón de Jesús que corona el cerro, al haber quedado acreditado en la investigación que fue costeado, genéricamente, por los vecinos de Murcia, debiéndose considerar como un bien comunal del municipio».

Es decir, que la Administración General del Estado es propietaria de los terrenos que circundan el citado monumento y restos del castillo musulmán, pero no de la imagen.

En el año 2007, el Ayuntamiento de Murcia se interesó por la cesión gratuita del inmueble, lo que llevó a dictar una Orden Ministerial, de fecha 12 de mayo de 2008, en la que se acordó la transmisión solicitada con destino a Turismo. Pero no fue formalizada en escritura pública o documento administrativo, pese a varios requerimientos efectuados desde la Delegación de Economía y Hacienda en Murcia.

La última noticia referida al Sagrado Corazón se produjo cuando el letrado José Luis Mazón, junto a una colega de profesión, Encarnación Martínez Segado, y la Asociación Preeminencia del Derecho, presentaron a comienzos del 2010 un recurso ante la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Madrid, por el que solicitaban la retirada de este símbolo religioso del espacio público que ocupa. Aquella petición no prosperó, pero es muy probable que ya entonces la gran escultura padeciera los efectos de la erosión.

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