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«Nos encontramos en un parque regional, como es el de El Valle y Carrascoy, que se supone que debe gozar de protección ante ciertos abusos urbanísticos, pero de pronto aquellos que vivimos allí, y que además lo queremos, nos hemos encontrado con este despropósito, que supone un importante impacto visual y ambiental para la zona». Así se manifestaba José Luis García Gallego, alpinista –práctica que muestra una inequívoca pasión por la naturaleza– y residente en la urbanización de Teatinos, ubicada en la subida a la Cresta del Gallo.
Tanto él como otros vecinos del entorno han mostrado su malestar por la edificación en esta zona de una vivienda «que no cumple con las restricciones impuestas por la normativa». «De pronto, nos hemos encontrado con un monstruo de tres pisos, que su titular ha ido levantando uno detrás de otro, cuando ahí no se debe edificar más de uno», asegura García Gallego, denunciando una situación que, «no solo afecta a los residentes de alrededor que cumplimos con las indicaciones urbanísticas y a los que nos tapa las vistas, sino también a todo caminante que se acerque a El Valle para disfrutar de la naturaleza». «Es visible desde diversos puntos y afecta gravemente al paisaje», apostilla. «Pidió licencia, pero, tras obtener la cédula de habitabilidad, retomó los trabajos para ampliar las dimensiones de la edificación», explica.
El concejal de Urbanismo, Andrés Guerrero, explicó a LA VERDAD que, tras un comunicado remitido por la Policía –a raíz de la denuncia vecinal– en el mes de agosto, se procedió al envío a la zona de un inspector que constató la situación irregular, determinando que el propietario de este inmueble en construcción «contaba con un título habilitante expedido en 2018 que no se ajustaba a la obra allí desarrollada». Por ello, dictó orden de suspensión de los trabajos, sin perjuicio del inicio del correspondiente expediente sancionador y de restitución de la legalidad urbanística.
Sin embargo, los vecinos vienen constatando, pese a este decreto, que las obras «no solo no han cesado, sino que avanzan incluso a mayor velocidad». De hecho, LA VERDAD pudo constatar esta misma semana que el trabajo de los obreros continuaba en el inmueble. «Yo es que alucino, parece que ha metido la directa para acabar lo antes posible, y parece que no le queda mucho, ante la pasividad de las autoridades», lamenta García Gallego, que teme que una vez acabada la edificación, su posible demolición, si se acaba por consumar, lleve años de peleas en los tribunales.
«Nos está siendo muy difícil notificarle el decreto a pesar de que hemos mandado a la Policía, ya que no se quiere dar por enterado; ante esta situación no nos queda otra que publicarlo en el Boletín Oficial de la Región de Murcia para que se estime que se ha producido la comunicación; y si en ese caso no cesa, el siguiente paso es ir a la Fiscalía y abrirle causa por desobediencia», concluye el concejal Guerrero.
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