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El belén de Casillas es uno de los más originales del municipio, pero lleva años, en torno a una década, sin poder exhibirse al público por falta de espacio. Lo que lo hace realmente singular es el movimiento de la mayoría de sus 600 figuras, lo que dota de vida escenas como la Anunciación a los pastores o la Visitación de María a su prima Isabel. La necesidad de contar con un lugar amplio y la fragilidad de las piezas, que hace desaconsejable su montaje y desmontaje Navidad tras Navidad, ha motivado que el Ayuntamiento haya incluido en su plan de inversiones un centro municipal para albergar el belén y poder exhibirlo durante todo el año.
A Casillas llegaban hace diez años autobuses llenos de escolares y de turistas para ver el belén. Durante muchos años ha estado instalado en los bajos de unas casas viejas de su propietario, Vicente Sánchez Romero, hasta que este necesitó disponer del espacio por motivos familiares. Se comenzó a montar entonces en los salones parroquiales, pero tampoco allí podía permanecer de manera permanente porque eran necesarios para otros usos.
Ahora, la Concejalía de Barrios y Pedanías, que dirige Marco Antonio Fernández, ha sacado a contratación el proyecto para construir un nuevo centro municipal en el que se exponga el belén. El solar donde se ubicará, en la calle Alcalde Ángel Martínez, cuenta con 834 metros cuadrados, de los que 472 se destinarán al nuevo centro municipal, reservando el resto para una segunda fase en la que se construirá una biblioteca para esta pedanía. El nuevo edificio tendrá una única planta, distribuida como una gran sala de exposiciones, que albergará el emblemático belén. El precio base de licitación es de 365.975 euros y el plazo de ejecución, de diez meses.
«Este proyecto está diseñado para albergar uno de los belenes más emblemáticos y reconocidos de nuestra Región. Trabajamos para poner en valor la cultura y las tradiciones de cada una de nuestras pedanías», destaca Marco Antonio Fernández.
El propietario del belén móvil, Vicente Sánchez, está feliz con la noticia de que el Ayuntamiento va a construir un edificio para exhibirlo: «Nunca es tarde si la dicha es buena», admite. «Por fin va a empezar el museo del belén». Consta de 600 figuras, de la que el 90% tienen movimiento. Doscientas cincuenta bombillas se encuentran repartidas por las diferentes edificaciones, 93 motores dan movimiento a todo el belén y nueve bombas de agua hacer correr el agua del río.
Recuerda que comenzó su colección cuando apenas era un chaval de 15 años. Con el tiempo fue agrandándolo y encargándole figuras a maestros artesanos como los hermanos Griñán, Nicolás Almansa y Jesús Montoya, «que me fabricaban las piezas con mucho cariño». También las casas son artesanales y están hechas a mano, una a una. «Gracias a Manolo Sánchez y Pepe Guillén, que es mecánico, les fuimos metiendo movimiento y eso es lo que diferencia y da vida a este belén».
Entre las distintas escenas, rememora la de la Huída a Egipto, «en la que hay unas palmeras que se doblan cuando pasan los carros romanos» o la de «San José dando golpes a la puerta, y la cabeza del posadero negando con la cabeza». Otra de las muchas escenas en movimiento es la de la Anunciación a los pastores, «con ángeles que aparecen y desaparecen, mientras un pastorcillo atiza el fuego para la cena» o la Visitación de María a su prima Isabel, «con el movimiento suave de una paloma blanca picoteando en la ventana de su casa».
A lo largo de su vida, a Vicente le han hecho ofertas para llevarse fuera de Murcia el belén e incluso para comprárselo. Pero lo tiene claro: «Esta colección no tiene precio y mientras yo viva, no se vende. Luego, si no se pudiera montar, que mis hijos hagan lo que quieran».
Vicente asegura que por el hecho de que las piezas hayan estado en su almacén varios años, sin exhibirse, no quiere decir que esté descuidado: «Está igual o mejor que antes. Todas las figuras y conjuntos en movimiento están bien cuidados y estos años he tratado de ir limpiando y reparando lo que hacía falta».
El pedáneo de Casillas, Serafín Muñoz García, incide en que «ha sido una reivindicación desde hace muchos años hasta que se ha podido conseguir un espacio propio». Al presidente de la Junta Vecinal le gustaría que el nuevo centro estuviera abierto para la Navidad próxima, pero advierte de que «montar el belén lleva mucho tiempo. Se empezaba en agosto a instalar para que estuviera listo a primeros de diciembre. El edificio está ahora en fase de contratación y ojalá dé tiempo para tenerlo la próxima Navidad». Serafín Muñoz asegura que «todos estos años que hemos estados sin belén, el pueblo lo ha echado mucho de menos. Venían también muchos turistas de la Región y de municipios limítrofes. Al final, Casillas era conocida por su belén y los comerciantes lo notaban en sus negocios».
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