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Botellones, carreras de motos, suciedad, pintadas de grafitis, iluminación insuficiente... Son algunas de las molestias que vienen sufriendo los vecinos del residencial Los Arces, en Sangonera la Seca. «A altas horas de la madrugada –explica Antonio José Arias, portavoz de los afectados– se producen reuniones masivas de más de 40 personas, sin importar si hay o no confinamiento, sin mascarillas ni distancias de seguridad».
Estas concentraciones, aseguran los vecinos, se vienen produciendo desde hace varios años, cuando fue urbanizada la zona. Actualmente viven en Los Arces 14 familias, algunas desde hace ya 2 años, pero en próximas fechas serán unas 30, y sostienen que los servicios «son muy deficientes» y, en algunos casos, prácticamente inexistentes. «Por las noches son frecuentes los ruidos de acelerones, frenazos, portazos, músicas altas y, además, nos arrojan todo tipo de cosas al jardín y tocan los timbres de las casas», indica.
Como consecuencia de los botellones, afirman que los jardines quedan en pésimo estado de suciedad, con basura y botellas por el suelo de los parques infantiles. También hay pintadas de grafitis en bancos, papeleras, y torretas de comunicaciones. Otra de sus quejas es que los servicios de limpieza «no pasan con asiduidad. Tan solo de vez en cuando y se llevan únicamente lo más voluminoso que hay junto a los bancos. Hemos llamado a Cespa y nos desvían al Ayuntamiento, donde hemos presentado varios escritos».
Los vecinos se han dirigido al servicio municipal de Disciplina Urbanística para que se inste a la empresa constructora a la limpieza de los solares de su propiedad, aún sin edificar, que «son un foco de insectos y ratas». Carecen de aceras que comuniquen el residencial con el pueblo y como no tienen contenedores de basura para el reciclaje, deben echarla en sus coches para llevarla a sitios retirados de sus viviendas.
Los vecinos han expuesto la situación con fotos y vídeos a la Junta Municipal y han presentado escritos a los distintos servicios del Ayuntamiento. La pedánea, Ana Romero (PP), asegura que «los escritos están mandados a la Concejalía de Seguridad, y la Policía Local tiene conocimiento del tema». De hecho, agrega, «han montado vigilancia en la zona, pero los recursos son escasos y los agentes pasan cuando no tienen otros servicios urgentes».
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